Para degustar el verdadero sabor de una trucha de agua fría, el único requisito es subir a la montaña y, en medio de la baja temperatura, saborear este plato muy cuencano. Los viajeros son los que más disfrutan de este alimento, en especial los que van por la vía Cuenca-Molleturo-Puerto Inca, es decir, los que van a la Costa o vienen hasta la capital azuaya.

En esta ruta está el Parque Nacional El Cajas, el mismo que alberga en su interior más de mil lagunas, entre grandes y pequeñas. Este espacio es considerado como la “esponja de agua” de la ciudad de Cuenca.

En el sitio, las lagunas han sido gentiles con los pescadores. Willy Cabrera frecuenta estos parajes y su único propósito los fines de semana es ir a pescar trucha para comer de varias formas: “Hago trucha frita, ahumada y también ceviche. Tiene un sabor especial y único”, dijo.

El plato más solicitado está compuesto de trucha, mote pillo y arroz, acompañado de una salsa agria, hecha en base de tomate, pimiento, cebolla, sal y aceite.

En el kilómetro 39, desde Cuenca con dirección a Molleturo, se levanta un sitio de descanso y también destinado a degustar la gastronomía de la zona. Roque Prado, su propietario, junto a sus hijos levantó este proyecto de turismo y gastronomía a 3.800 metros sobre el nivel del mar. En este lugar los viajeros pueden disfrutar esta delicia.

“Es la especialidad de la casa”, señala Francisco Prado, hijo de Roque. Ambos iniciaron con esta iniciativa hace 10 años y ahora es en un lugar muy frecuentado por los turistas debido a los paisajes que también ofrece.

“Lo más importante y el secreto de este plato es la frescura de la trucha. Cuando el cliente quiere sentir el verdadero sabor, el primer paso es ir a las piscinas, pescar, adobar y luego poner al sartén”, dijo Francisco, tras indicar que este pez se cría sobre los 2.700 metros sobre el nivel del mar. “Necesita agua fría y de acuerdo a la altura, incluso, desarrolla su tamaño”.

Pero además de criar esta especie en la montaña y el páramo, se necesitan también algunos secretos de la cocina para que el “cliente pueda regresar”. Para Francisco, es importante dar un toque inicial con sal, también se le adoba con comino, pimienta, orégano y un poco de otros condimentos. La trucha, según Prado, es considerada un alimento sano ya que posee omega 3 y 6 (ácidos grasos no esenciales producidos de forma natural por el cuerpo), “por eso es que la gente busca ese recurso”, indica.

Para complementar esta delicia, los hermanos Prado, ofrecen una agüita de tipo, que no es más que una planta silvestre que crece en el páramo y que sirve para combatir el frío y el “mal de altura”. (I)