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Scouts, “siempre listos”

Scouts, “siempre listos”
Fotos: Cortesía
28 de mayo de 2018 - 00:00 - Mario Valiente Velásquez

En 1908, el teniente general británico Robert Stephenson Smyth Baden-Powell, preocupado por el desarrollo físico, espiritual y mental de los jóvenes para que llegaran a ser “buenos ciudadanos”, realizó en la isla de Brownsea un campamento, donde durante 10 días dirigió a un grupo de poco más de 20 jóvenes de entre 12 y 17 años, que se organizaron en patrullas y pusieron en práctica un sencillo programa de actividades: levantarse temprano, ejercitarse, preparar su propia comida, recorrer la naturaleza, observar la fauna, emprender juegos, construir estructuras rústicas, aprender nudos y amarres, compartir fogatas, entonar canciones, escuchar viejas historias, elevar una oración. Al despedirse, los grupos habían generado una pequeña organización social regida por la fraternidad. Esto se considera el comienzo del Movimiento Scout para niños en el mundo. Dos años más tarde (1910) se iniciaría también el movimiento scout para niñas.

Actualmente, el Movimiento Scout cuenta con más de 40 millones de beneficiarios a nivel mundial. En Ecuador, los scouts están presentes desde 1920, tienen alrededor de 10.000 jóvenes inscritos y, según datos publicados en la página web de la Asociación Scout de Ecuador (ASE), la cual rige las actividades a nivel nacional, existen al menos 140 grupos repartidos en todo el país. La organización está afiliada a la Asociación Mundial del Movimiento Scout.

Agustín Cedeño es el jefe del Grupo Scout #10 Dr. Vicente Rocafuerte de Guayaquil, el cual se reúne todos los sábados, de 14:00 a 18:00, en el campus de la Universidad de Guayaquil, para realizar actividades, como caminatas, campamentos, aprender técnicas de supervivencia, hacer nudos, aprender a cocinar a leña, a comunicarse en clave morse, en clave murciélago, entre otras.

Cedeño explica que los grupos scouts se dividen en unidades, las cuales agrupan a los niños y jóvenes dependiendo de su edad y que desarrollan actividades distintas. “La primera es la Manada, a esta pertenecen los niños de entre 7 y 11 años, los cuales aprenden con libros y dinámicas; luego sigue la Patrulla, con jóvenes de entre 11 y 15 años, quienes entran en fase aventura, ellos aprenden nudos, técnicas de campamentación, cocinar sin utensilios; la tercera es la unidad Caminantes, a la cual pertenecen los menores de entre 15 y 17 años, esta es una unidad de retos, los chicos hacen labor social, descensos, construcciones; y la última es la unidad Rover, con mayores de 18 hasta 22 años,en ellos se forja el carácter, se les enseña a trabajar por sus metas y sueños. Una vez alcanzada esta edad, el scout tiene la opción de egresar del movimiento o continuar preparándose como instructor”.

Cedeño explica que, para pertenecer a un grupo scout, “se necesita principalmente tener las ganas, de ahí los representantes deben acercarse a dar su consentimiento y se paga un valor de inscripción con el cual reciben un carnet y un seguro. La camisa debe costearla el aspirante y el pañuelo se lo otorga el grupo”.

El guía pondera que en Ecuador, desde 2008, no existe distinción entre los grupos scouts de niños y niñas. “Antes cada grupo scout se subdividía por géneros en los que, siguiendo las tradiciones machistas, los hombres hacían los trabajos de fuerza, armaban carpas y aprendían ese tipo de habilidades, mientras que las niñas aprendían a cocinar y cosas que se consideraban más ‘femeninas’. Ahora ya no se hacen distinciones, tanto niñas como niños realizan las mismas actividades, si un varón realiza 20 abdominales, las niñas hacen el mismo número. Si una niña sabe cocinar con leña, el niño debe saber también”.

Sobre su forma de financiamiento, explica que cada grupo tiene sus propias políticas; sin embargo, considera que la mejor manera es con la autogestión, pues así los jóvenes aprenden que, para obtener algo, hay que esforzarse. “Por ejemplo, hay ocasiones en los que se organizan campamentos en otras ciudades, que tienen un costo, digamos de $ 75, los grupos deben obtenerlos mediante diferentes actividades, como ventas de dulces o de alimentos. En ocasiones, los padres se presentan a decirnos que van a costear los costos del viaje, pero nosotros no lo permitimos, si el niño quiere participar, debe ganárselo. Así se les enseña el valor de la perseverancia, aprenden a valorar su esfuerzo y el costo de las cosas”.

Acerca de la disciplina, Cedeño explica que, si bien cada grupo puede establecer ciertas reglas particulares, existen reglas generales para pertenecer a los grupos. “Por ejemplo, los jóvenes tienen que obtener buenas calificaciones en la escuela o colegio, tienen que participar activamente en las actividades, respetar a sus compañeros scouts y obedecer a los instructores”. Además, está prohibido que los jóvenes tengan un enamoramiento, pues es una hermandad, “entre hermanos no se puede dar eso”.

“Otro de los motivos para tenerlo prohibido es que durante la adolescencia los jóvenes toman decisiones equivocadas, en los campamentos no se los puede vigilar todo el tiempo y pueden cometer errores. Cuando se detecta un caso de estos, se pide a los padres una reunión para explicarles la situación y que las opciones son que terminen su enamoramiento, o que uno o ambos abandonen el grupo si lo que desean es continuar con su relación”.

Uniformes y distintivos

La indumentaria de los grupos scouts del país se encuentra reglamentada por la ASE, y está conformada por una camisa color gris perla con cuello tipo “nerú” para los hombres y blusa con entalle en la cintura para las mujeres. El Grupo Scout decide, en su conjunto, el uso de camisa con mangas cortas o largas. También conforman el uniforme un pantalón jean color azul y un pañuelo que varía de color y diseño, dependiendo del grupo. Los zapatos y las medias pueden variar.

Katy Álvarez tiene 28 años y desde hace 14 pertenece al Grupo Scout N° 21 Hipólito Segundo González Asinc; ella recuerda cómo conoció este movimiento. “La mamá de una amiga de la escuela le contó a la mía sobre el movimiento, le pareció interesante, así que me llevó a conocer. Antes de ir leí un poco y me entró la curiosidad. Decidí quedarme porque me gustaron las actividades y los valores que se inculcan. Me enseñaron que si un amigo te necesita, debes estar ahí, te enseñan a llevar una vida de servicio a la comunidad, a ser un líder y a ser autónomo en la solución de los problemas”.

Katy se muestra complacida de que ahora no existan diferenciaciones a la hora de cumplir labores, pues admite que antes solo los hombres realizaban las actividades scouts y las mujeres hacían básicamente labores de limpieza. “Con la adopción de grupos mixtos ya no hay diferencias, tanto niñas como niños comparten y ejecutan las mismas responsabilidades. Claro que se toman en cuenta detalles como la diferencia en la fuerza para designar los trabajos, pero todos se capacitan por igual. Así se aprende de compañerismo, de trabajo en equipo y se cultiva el respeto e igualdad entre géneros. (I)

Los scouts realizan excursiones, campamentos y actividades al aire libre, como la reforestación y el plogging, que compaginan ejercicio con recolección de desechos.

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