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Los perros tienen clubes para reunirse con sus amigos

El Club Pug Guayaquil es uno de los pioneros en la urbe. En la actualidad tiene cerca de 150 integrantes y sedes en diferentes ciudades. La más reciente es Pug Machala.
El Club Pug Guayaquil es uno de los pioneros en la urbe. En la actualidad tiene cerca de 150 integrantes y sedes en diferentes ciudades. La más reciente es Pug Machala.
Foto: William Orellana / El Telégrafo
10 de septiembre de 2017 - 00:00 - Juan Carlos Holguín

Chanel nació el 31 de enero de 2014 y desde que llegó al hogar de Hugo Yánez se convirtió en su fuente de inspiración con sus ojos saltones, su nariz chata, sus patas cortas y su contextura menuda.

Para él, la pequeña es más que una mascota, es una parte fundamental de su vida. Por eso cuando ella se deprimió y dejó de comer porque quedó preñada y perdió a sus cachorritos, él llevó a Pipo, a quien Chanel adoptó como si fuera su hijo.

El amor que Hugo siente por sus perritos pug lo llevó a embarcarse en una idea que a muchos les pareció loca, pero en la que tenía confianza: reunir a personas que tuvieran esta raza y crear el Club Pug Guayaquil.

El 25 de marzo de 2015 Hugo abrió la cuenta de Instagram Pug_Guayaquil, en la que subió fotos de Chanel e hizo un llamado a los dueños de perros de esta raza. Poco después comenzaron a realizar reuniones entre amigos de la infancia y personas que tenían estos canes.

Hoy, dos años después, el club se ha convertido en una realidad que reúne a más de 150 integrantes, de los cuales 100 ya poseen su carnet. Pero hay que hacer una precisión: los carnetizados son los perritos. Chanel fue la primera miembro oficial del club y posee su propio documento, en el que aparece su foto y dice que sus mejores amigos son Hugo Yánez y Mary Castillo.

Así como el Club Pug, en Guayaquil han surgido grupos que congregan a dueños de perros de una raza determinada. Los pitbull, poodle, shithzu, beagle, bulldog y schnauzer tienen sus propios clubes, en los que el objetivo principal es llevar a la ciudadanía un mensaje de amor hacia los animales y concienciar sobre la importancia de cuidar a los amigos de cuatro patas.

Un ejemplo es el Club Pitbull Guayas, que congrega a docenas de amantes de esta raza y anualmente realizan una caminata sumándose al evento mundial en defensa de los canes catalogados PPP (Perros Potencialmente Peligrosos). La agrupación nació en febrero de 2012, gracias al auge de las redes sociales, que permitieron reunir a la comunidad pitbull de diferentes ciudades.

Todos los clubes realizan reuniones mensuales en la que sus integrantes, tanto humanos como caninos, socializan, participan en concursos, hacen desfiles y competencias. El auge de estas agrupaciones ha hecho además que diferentes empresas de productos para mascotas las auspicien y se hagan presentes con stands en las reuniones.

Esto da también un espacio para emprendedores que elaboran bocadillos, juguetes y accesorios para perro. Inclusive hay helados con sabor a hígado y pollo, que los canes degustan con placer en cada encuentro.

Los clubes realizan labor social

Los grupos han adoptado una labor social y en cada encuentro reciben donaciones de comida para mascotas, que entregan a fundaciones y activistas dedicados a rescatar animales de la calle. “Siempre estamos pensando cómo ser parte de la solución a sus necesidades”, dice Marcos Bulgarín, del Shihtzu Guayaquil.

A los clubes se han sumado participantes de diferentes ciudades. En la última reunión del Club Pug Guayaquil, realizada el 12 de agosto en el Puerto Principal, hubo miembros de El Oro, Santo Domingo, Santa Elena y Manabí. Hace dos semanas nació el Club Pug Machala y la gente de Guayaquil se movilizó en caravana hasta la capital orense para este importante acontecimiento.

Hugo Yánez, al ser uno de los pioneros de estos clubes con los pug, ha ayudado en la creación de otros grupos. Comenta que “cuando comencé fue duro porque no había quién te diera una orientación ni los contactos. Todo eso lo hemos ido desarrollando por el tiempo”.

Sin embargo, dice, “el amor por las mascotas hace que no paremos en nuestras locuras por ellas. Cada mes sacamos algo nuevo, vamos incrementando los seguidores y socios. Cada perro tiene un carnet gratuito, no cobramos por nada, el club es sin fines de lucro”. Con los carnet, cada miembro de los clubes accede a descuentos en los servicios y productos de los respectivos patrocinadores.

El Club Pug Guayaquil también busca crear conciencia entre los más pequeños. En agosto comenzó una campaña educativa en colegios y escuelas, donde hablan sobre cómo y por qué cuidar a los animales.

Según Karen Vargas, miembro de la agrupación, ya visitaron el primer plantel, el Bernardino Echeverría, en Los Ceibos. Ahí se reunieron con niños de 3 a 5 años, quienes pudieron compartir y jugar con los pug. “Muchos nos dijeron que era la primera vez que tocaban un perro”, relató Karen, quien posee un pug de 9 meses de edad llamado R2, en honor al robo R2D2, de ‘Star Wars’, película de la que ella es fanática.

El club lleva un mensaje de amor a los animales, de concientización contra el maltrato, principalmente a los niños. “Inculcarles esa semilla, sembrarles el amor a las mascotas, que no son un juguete, que si les halas la oreja les duele”.

Las reuniones permiten que los perros socialicen

Marcos Bulgarín, del Shihtzu Guayaquil, destaca la necesidad de que los animalitos tengan actividades entre ellos. “No es solo por recreación sino por salud. Los perros son animales muy sociables, más aun los shihtzu. El que tengan un momento de recreación entre ellos y otros perros es muy saludable”.

Según él, varias enfermedades caninas se asocian con el no salir a pasear. “Estar muchas horas encerrados les causa ansiedad, y eso conlleva a que acumulen tensión que se convierte en estrés. Eso es peligroso para su salud porque se han conocido casos donde el perrito sufre problemas de piel y picazón debido a ello”.

Por eso, dice, es importante que el can tenga tiempo de caminata diaria junto a su dueño y con otros perritos, no necesariamente de la misma raza.

Con él coincide Hugo Yánez. “El perro tiene que aprender a socializar para ser educado y adaptable a su entorno. Esta es la oportunidad para que ese hijo perruno socialice con otros animalitos y así vaya teniendo esa interacción. Y a su vez los dueños nos ayudamos entre nosotros, con consejos, experiencias, cómo y cuándo hacer las cosas”.

Poodle

El sicólogo Omar Garay y su esposa, Diana Guerra, son los presidentes del Poodle Guayaquil. No dudan en afirmar que “esta es una actividad para las personas que cuidan a los perros, que amamos las mascotas, en especial a esta raza”.

El grupo surgió en mayo de 2017, ante el auge de los clubes de otras razas. La pareja tiene dos poodle: Max, de 10 meses, y Osa, de 7; además poseen un snauzer: Lula, de 8 meses. Meses atrás los invitaron a integrarse con el grupo de snauzer. “Entonces nos dimos cuenta de que faltaba un club de poodle y a la mayoría de personas les gusta estos perros porque son cariñosos. Así que decidimos crearlo”.

Hasta ahora tienen 72 integrantes carnetizados. Y cada vez los contactan más personas a través de las redes sociales para inscribirse. “Para empezar creamos la cuenta del club en redes y buscamos las amistades que poseen poodles. Así empezaron a pasarse la voz. No esperábamos la acogida que tuvimos”, cuenta entre risas Diana.

Por su parte, Omar se siente feliz pues considera que están impactando a la sociedad con respecto al cuidado de las mascotas y la protección animal. “La raza poodle es bastante afectiva, necesita cuidado y afecto y genera en los niños la responsabilidad y los impulsa a brindar afecto”.

Beagle

El Beagle Club Guayaquil es coordinado por Jorge Ycaza y Érika Luna, quienes se conocieron por Instagram y se decidieron a crear el club para reunir a los amantes de esta raza de canes.

El proyecto inició en 2016, pero como estaban cerca a las fiestas de Navidad decidieron esperar hasta febrero pasado, cuando se dio el primer encuentro. Según Jorge, “esa vez nos reunimos cerca de 20 integrantes, éramos pocos. Pero ahora, en nuestro segundo encuentro (realizado a mediados de agosto) ya fuimos 82 miembros del club”.

Su cuenta en Instagram ya supera los 800 seguidores. Un mes antes de cada reunión planifican los concursos y contactan a los auspiciantes para obtener los premios que darán en los concursos. “A la gente le gusta, tenemos un grupo de whatsapp en el que aportan con ideas”, afirma Érika.

Shihtzu

Jandy y Jumpio son la adoración de Marcos Bulgarín, presidente del Club Shihtzu, quien siempre ha sido un amante de los animales. Viendo la realidad del sector en el que vive, donde hay perritos maltratados y abandonados en la calle, mendigando un trozo de comida, se preguntaba cómo poder ayudarlos.

“En Instagram hice amigos como Elsita con su guapo Gandhi, Roberth con Charlot, Antonella con su precioso koko, y se fueron sumando más personas como Maria Belén con su pequeña Lulu, Nicolle con su niño Snicker, Ivonne y Jonathan con Jandy, entre muchas otras personas, quienes compartían la misma pasión por esta maravillosa raza de perritos como son los shihtzus”, relata Marcos.

En esa red social crearon la cuenta ‘Shihtzu Guayaquil’ para contactar a otros amantes de esta raza y así nació el club. El sábado 18 de febrero del 2017 se hizo la primera reunión, a la que acudieron cerca de 15 miembros.

Según Marcos, “se decidió cuál sería nuestra visión como comunidad canina. Una de las propuestas fue enfocarnos en la ayuda social, tener siempre en cuenta que afuera hay un peludito que nos necesita”. Poco a poco la comunidad ha ido creciendo y ya hay cerca de 200 integrantes.

En el club se creó un grupo de whatsapp en el que se comparten historias, experiencias, y así se han convertido más que en una comunidad, en una familia shihtzu. En las reuniones hacen actividades recreativas, concursos para niños, todo interactuando con los animalitos.

Bulldog

El club English Bulldog Family nació hace un año y dos meses como iniciativa de un grupo de amigos amantes de esta raza. “Se creó una directiva y fuimos creciendo como familia”, comenta Paulina Muirragui Zambrano, presidenta del grupo. Ella posee un bulldog, el pequeño Tatoo, un obsequio que recibió de cumpleaños en 2014 y que se ha convertido en uno de sus grandes amores.

La agrupación empezó con 5 integrantes y en la actualidad ya son alrededor de 90 bulldogs. Las reuniones se hacen una vez al mes y en ellas se presentan a los nuevos miembros, se entregan los carnets, comparten experiencias y se dan consejos “ya que a esta raza se le presentan algunas complicaciones y sus cuidados son mayores; su piel, su respiración, los golpes de calor”.

Entre los objetivos de la agrupación está ser reconocida por la Asociación Canina del Guayas como club, así como trabajar junto a otros clubes y autoridades estatales y municipales “para establecer estrategias y llevar a cabo un proyecto que ayudaría al control de la salud pública y sobrepoblación canina”, señala Paulina.

Para ella, la importancia del club es también permitir que el perro conviva con otros canes, ya sea de su raza o de otra. “Es importante que cada uno tenga sus propias cosas y su propio espacio”. (I)

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