Publicidad
La reconstrucción de Bahía incluye calles y alcantarillado
Dos arcoíris se hacen presentes en el atardecer de Canoa. Es uno de aquellos espectáculos naturales que pocas veces hay oportunidad de ver. Las construcciones de caña al pie del mar completan el paradisíaco paisaje.
Pero el vaivén de las olas no es lo único que se escucha en el lugar. El rodar de una concretera se toma su espacio. Los obreros se aprestan a sacar la última tanda de mezcla para poner en el piso del hotel Palacio del Sol.
A escasos días de cumplirse un año del terremoto, en Canoa avanza la reconstrucción. Manuel Hernández es uno de los lugareños que no esperó mucho tiempo y con un crédito de $ 10.000, otorgado por la Corporación Financiera Nacional (CFN), empezó los trabajos para tener operativo su negocio.
Aclara que el dinero no le alcanza para la totalidad de la obra de reconstrucción (le hacen falta otros $ 10.000), pero indica que “es un apoyo para todos, no solo para unos pocos”.
Hernández manifiesta que el hotel se llenó en el pasado feriado de carnaval y que los fines de semana normales igual tiene clientela. “No como antes, pero vamos mejorando; ya tenemos unos 30 hoteles activos en Canoa”.
La parte alta del lugar está habilitada; la mayoría de los daños sufridos por el terremoto fue en la parte baja, donde el hombre espera estrenar unos locales comerciales.
Él y su esposa, Celia Cabrera (llevan 52 años casados), también tienen un restaurante, el Jixsy. Ese fue su primer negocio; lo abrieron hace 38 años.
Cuenta que en los primeros meses tras el terremoto, era uno de los pocos locales que atendía.
“Ya quiero vender mi restaurante, porque las energías ya no son las mismas para trabajar como cuando era joven. Me quiero dedicar al hotel”, señala el hombre, padre de 4 hijos.
Bahía apunta a un nuevo resurgir tras el 16 de abril
A 15 minutos hacia el sur, por la Ruta del Spondylus, está Bahía de Caráquez, cabecera cantonal de Sucre. La localidad resurge tras su segundo terremoto (7,1 grados, el 4 de agosto de 1998).
Desde San Vicente, la costa de Bahía luce imponente, con grandes edificios. Al cruzar el puente Los Caras se comprueba la reconstrucción.
Manuel Gilces, alcalde de Sucre, hace una autocrítica sobre los arreglos en Bahía: “Estamos en pedazos, pero yo no pienso poner un centímetro de asfalto mientras no tengamos la obra bajo tierra en buen estado”.
Aquello es en relación al plan maestro de alcantarillado que se lleva a cabo en la localidad, con dinero de la Secretaría de la Reconstrucción. La inversión en esta obra es de $ 2’707.886; además, se suma la rehabilitación de las redes de distribución del servicio de agua potable, por un total de $ 3’844.248.
Gilces asevera que para noviembre próximo estarán listas las obras de reconstrucción y regeneración.
“Para las fiestas del 3 de noviembre (cantonización) seremos una ciudad muy diferente, moderna, con buenas calles y con una red de agua potable y alcantarillado de primer nivel”.
El funcionario resalta que el trabajo ha sido en equipo con el Gobierno Nacional. “Algo que embellecerá Bahía será la vía de acceso, que estará lista en julio. Tiene un costo de $ 22 millones, todo soterrado”.
Los reasentamientos de casas dignifican a los damnificados
En Bahía de Caráquez, 560 casas fueron afectadas con daño total. Sus propietarios debieron ser reubicados debido a que los terrenos donde estaban las viviendas se hallaban en zonas de riesgo.
En primera instancia, los damnificados estuvieron en el albergue de la localidad; luego, un grupo de 200 familias se movió al reasentamiento Acuarela 1, al ingreso de Bahía.
Además, se construyen más viviendas en el sector de Cristo del Consuelo. El albergue de Bahía ya fue cerrado y las personas que aún no tienen su casa están en hogares acogientes.
“Hay personas que viven en las calles, pero es porque no se han querido acoger a los beneficios del Gobierno”, expresa Gilces, quien menciona que la mayoría de los afectados residía en sectores como Bellavista, San Roque y La Cruz, en la zona alta de la ciudad.
“El vicepresidente de la República, Jorge Glas, ordenó que las familias sean reasentadas, y así se ha hecho. La ayuda siempre ha estado presente, Bahía de Caráquez sí ha sido apoyada; las obras están avanzando, es la posibilidad de decirle al país que nos levantamos como una ciudad regentada”.
Con respecto a los edificios que evidencian daños y que siguen en pie (las demoliciones por parte del Gobierno terminaron en octubre pasado, con una inversión de $ 7’643.246), Gilces destaca que especialistas revisan estos casos, por pedido de los propietarios de los inmuebles afectados.
El proceso de demolición en las grandes edificaciones se realizó planta por planta, sin necesidad de utilizar cargas explosivas, como sucedió en Portoviejo.
“Ahora se debe construir con todas las condiciones técnicas favorables, con el fin de tener una ciudad más segura, con edificaciones que tengan más posibilidades de aguantar un nuevo terremoto, que esperamos no vuelva a suceder”.
Andrea de Mera es una de las personas beneficiadas con una casa nueva en el reasentamiento Acuarela 1. Antes residía en La Bellaca y su vivienda se desplomó con el terremoto. “Lo perdimos todo, pero ahora vivimos mejor acá. Esta es una muy buena ayuda, porque no teníamos dónde vivir”.
La mujer manifiesta que el ambiente es agradable y que los vecinos son tranquilos.
Margarita Paz, quien antes vivía en San Roque, es otra de las moradoras de la ciudadela. Ella aprovecha las tardes para lavar la ropa en el portal de su casa, así -además- observa a sus hijos jugar.
“Lo más importante es que mis hijos (3) tengan un espacio bonito para estar. Aquí han encontrado más amigos y tienen un parque donde todos se reúnen”.
El área de la educación fue repotenciada
Las instituciones educativas que resultaron perjudicadas por el terremoto fueron readecuadas para que los estudiantes tengan su año lectivo sin complicaciones ni retrasos.
En esta obra la inversión gubernamental fue de $ 750.699. Además, se armaron dos unidades provisionales, la Eloy Alfaro y la San Isidro.
Están en construcción la Unidad Educativa del Milenio Siglo XXI, con capacidad para 1.140 estudiantes por jornada (a un costo de $ 1’626.412) y la Unidad Educativa de Excepción Pluridocente en Leonidas Proaño ($ 441.583).
Además, tras el 16-A se construyó en Bahía de Caráquez el Centro de Atención Ciudadana, para brindar servicios de diversas entidades gubernamentales a la población. La obra tiene una inversión de $ 466.912. (I)