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La 'joya' del noroccidente de Pichincha fascina a miles de turistas
La primera imagen que viene a la mente cuando se habla de Pichincha es el paisaje urbano de Quito con grandes edificios, centros comerciales y escasos espacios verdes.
Este panorama se diluye cuando las personas se alejan del centro urbano de la capital y visitan San Miguel de los Bancos, un cantón localizado a poco más de 2 horas de la urbe.
Conocido también como la joya del noroccidente de Pichincha, San Miguel de los Bancos tiene rincones naturales que cautivan a los turistas.
La denominación de ‘joya’ hace referencia a sus variados atractivos turísticos, entre ellos las cascadas, los arroyos con praderas espectaculares, el bosque húmedo en el que anidan miles de aves y una variada gastronomía.
Ana Pitarch, turista española que llegó al Ecuador el 3 de julio, tiene otra concepción de Pichincha después de su visita a San Miguel.
“Por 3 ocasiones he visitado Quito; hace 2 semanas llegué nuevamente por negocios y decidí aventurarme en un viaje. En la agencia me aconsejaron ir a Baños. Ya he visitado Colta, Pastaza y San Miguel, y me decidí por este último lugar.
Al estar en Pichincha pensé que sería similar a Quito, pero nunca pensé encontrarme con las ‘cascadas del paraíso’, contó.
En apenas 48 horas, Ariana y 2 amigas estuvieron en todas las caídas de agua de los ríos Caoní, Cinto y Blanco. Una de ellas es la cascada del amor que desemboca en un apacible estanque.
Según José Maldonado, guía turístico del sector, “el clima subtropical de Los Bancos fascina a los turistas, pues la temperatura rara vez baja de los 22 grados. La cascada del amor no es muy correntosa, está rodeada de una vegetación de colores múltiples y la piscina natural que se forma es segura para que niños y adultos naden”, explicó.
Cada mes llegan a San Miguel cerca de 2 mil visitantes, en especial turistas de Norteamérica y Europa. Allí, además, es posible caminar junto al río Blanco mientras se escuchan los sonidos de la naturaleza.
“A orillas del arroyo es posible escuchar el relajante sonido del correr de las aguas y el canto de las aves. Al mismo tiempo, es posible observar el majestuoso vuelo de mariposas y percibir una fascinante conjunción de olores frutales, florales y de tierra húmeda”, destacó Alex, turista quiteño.
En tan bendecido rincón del Ecuador la piscicultura es una de las actividades productivas principales junto con la agricultura, la ganadería y el turismo. Por tal razón los platos típicos de San Miguel son la tilapia y la trucha asada que son muy demandadas por los visitantes.
“Estos peces de agua dulce están presentes en los estanques y además son criados en piscinas. Mientras los visitantes se bañan en las cascadas, se prepara la tilapia al ajillo, en salsa, al carbón y en maito, acompañada con papas y ensalada”, comenta Mireya Palacios, propietaria de comedor Cascada del Amor. A 15 minutos del cantón se encuentra Mindo, una de las dos parroquias de San Miguel.
Allí el principal atractivo es el avistamiento de aves en la extensa reserva de bosque húmedo Mindo-Nambillo, donde hay 500 familias de quindes, tucanes y otras especies, al igual que 90 tipos de insectos. Entre las especies más conocidas de esta zona están las mariposas multicolores.
También se puede llegar a Mindo en transporte público, desde Quito se necesita cerca de dos horas y media si escoge este medio de transporte. (I)