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La generación de los 'millennials' en Ecuador, detrás de emprendimientos
“Yo quiero ser mi propio jefe”, es una frase que en una etapa de la vida hay quienes se la plantean. Algunos lo consiguen y otros están en ese camino.
Ser emprendedor por necesidad o por convicción es algo que cada vez crece más en Ecuador y los jóvenes -entre y por debajo de los 35 años- hace unos años han empezado a concretarlo.
El informe Radar Ecuador 2016 elaborado por la consultora Negocios y Estrategias, en el capítulo relacionado al Individualismo destaca la creación de los nuevos proyectos comerciales.
Guido Caicedo, director de Centro de Emprendedores de la Espol, explica que han cambiado las oportunidades para los jóvenes. En los últimos años hay un mayor descubrimiento por parte de ellos, de que pueden hacer crecer un negocio sin la necesidad de intensivos recursos, al menos en el inicio hasta que el negocio tenga cierto posicionamiento y luego pueda recibir inversión para prosperar más y estabilizarse.
Asegura que la revolución de las TICs y del Internet ha permitido que hayan ciertos negocios, sobre todo con el manejo de información o de experiencias, que han hecho más accesibles las oportunidades para los jóvenes usando esta tecnología.
Tendencia o movimiento
Según Angel Castro Peñarreta, director de la carrera de Emprendimiento de la facultad de Especialidades Empresariales de la UCSG, el emprendimiento es una palabra y actividad que se han puesto de moda a nivel mundial. Estudios acerca del emprendimiento realizados a nivel mundial como el del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) muestran que son los jóvenes quienes tienen mayor predisposición a emprender.
El 64% de los ecuatorianos manifiesta que un emprendimiento es una fuente de ingreso posible además de un trabajo fijo, y eso ha calado en los jóvenes, asegura Boris Lascano, profesor de la Facultad de Administración y Ciencias Políticas de la Universidad Casa Grande.
Explica que con el crecimiento de los ‘millennials’ se ha roto ese concepto de la gente que está acostumbrada a que después de terminar de estudiar había que conseguir un buen trabajo.
¿Qué son los ‘millennials’? Lascano explica que son una generación de jóvenes entre 18 y 35 años que tienen una característica especial: crear algo y hacer que su nombre signifique. Ese ser alguien los lleva a emprender. Agrega que para los ‘milenials’ su estilo de vida es lo más importante. Esto los lleva a buscar alternativas de trabajo y una forma diferente para hacer su propia empresa.
Gary Pulla, de 24 años, pertenece a esa generación. Asegura que más que una tendencia es un movimiento el que se ha formado. Esto es el resultado de las generaciones que vienen formando las universidades.
Según el ingeniero comercial y graduado en la Espol, no se necesita tener un doctorado o masterado para sacar adelante una empresa. “Tampoco quiero decir que no es importante tener un título, pero vemos a la universidad más que como un lugar de aprendizaje, un sitio donde hallar a socios”.
Eso le pasó a él cuando formaba parte del club de emprendedores de la Espol. Conoció a su socio Iván Sandoya, con quien desarrolló su empresa de ingeniería digital ‘Geniale’, dedicada a la venta de software y aplicaciones.
Según Gary, en el país falta bastante por emprender. Recomienda que a la hora de hacerlo no hay que olvidarse que existen muchas cosas por satisfacer de las personas.
Indie: Ser tu propio jefe obliga a ser creativo
Susan Lazo Garcés tiene 29 años. Hace 2 años, como parte del plan de independencia económica, junto con su esposo creó Indie, una línea masculina en la que hay desde medias, zapatos a obsequios personalizados.
Cuenta que luego de terminar una maestría en el extranjero decidieron apostar por la industria de la moda masculina 100% ecuatoriana, con su primer producto que fueron las medias de colores, con diseños y con estilo. “Hoy la dependencia total a un trabajo te da estabilidad, sí, pero también te merma la libertad de manejar tu tiempo, crear y ser próspero por tus propios medios. El reto de ser tu propio jefe te obliga a ser mucho más creativo”.
Para Susan lo más difícil de posicionar una marca de ropa en Ecuador cuando -se emprende sin un gran capital- es depender del ensayo y el error. Pero eso no la detuvo, al contrario desde que empezó se planteó fortalecer su marca como principal activo, y así lo hizo.
La internacionalización tardó 2 años en llegar a Wipala
Wipala, una barra energética elaborada a base de granos y frutos tropicales, en unos meses empezará a venderse en Estados Unidos. La internacionalización fue el principal objetivo de este emprendimiento liderado por Jaime Santillán, de 28 años y Mario Torres.
Nació a partir de una tesis en la universidad y con la firme idea de exportar productos con bandera ecuatoriana. Lo mejor de la Costa con la Sierra.
Jaime recuerda que cuando apostaron por tener su propio negocio, la palabra emprendedor no tenía un significado importante como ahora. “Más bien era vista como un tipo sin trabajo y que hace cachuelos hasta encontrar algo. Ahora, con esta nueva ola, el emprendedor tomó un concepto en el que los jóvenes quieren ser emprendedores, no quieren trabajar para una empresa tradicional”.
Asegura que en Ecuador no todos los que emprenden un negocio lo hacen por convicción, sino por necesidad. “Hoy la forma en la que los jóvenes estamos creando negocios es muy distinta a lo que se hacía antes. En emprendimientos pasados se compraba cacao para vender cacao. Ahora vamos con una innovación bastante clara y con una visión amplia enfocada en las tendencias”. Por ejemplo, indica que la barra energética ahora no solo tendrá granos y frutas tropicales, sino también vegetales.
Galletas que llegaron lejos
Jeanet Hanze cumplió 23 años en marzo. La joven, graduada de chef pastelera, abrió en diciembre del 2014 su primer local de cafetería-pastelería ‘Biscuits by Nane’ y en la actualidad cuenta con 3 sucursales en los centros comerciales de Guayaquil.
Cuenta que abrió su primer local con unos ahorros que le dejaron los postres, galletones, galletas que hacía por pedido desde su casa, además de una ayuda económica por parte de su padre. “Él siempre me aconsejaba que pensara en grande”.
¿Cómo lo logró? Además de la calidad de su producto y la variedad que ofrece, Jeanet usó la tecnología. “Los jóvenes tenemos facilidad al usar redes sociales e Internet, porque se puede llegar lejos con solo subir una imagen de tu producto. Eso es un plus grande. Mis redes sociales fueron mis vitrinas”.
Generación de empleo
Otra de las características de los emprendedores jóvenes es ser generadores de empleo. Boris, de la Casa Grande, explica que no solo cumplen con su sueño de tener algo innovador, un servicio, sino que también contribuyen con la sociedad. “Al irles bien, contratan a una persona y están generando trabajo y riqueza. Es como un círculo virtuoso. El emprendimiento genera más trabajo y más emprendimientos”.
En Indie, Susan asegura que directamente dan empleo a 7 personas e indirectamente -a través de nuestros proveedores- alcanzamos a cerca de 100 que trabajan en la confección de los productos. El emprendimiento de Gary en cambio ha podido dar empleo a 4 personas. Recuerda que cuando le contó a su madre que debía asegurar a su personal, ella no lo podía creer.
Asimismo, Wipala espera extender su número de empleados por los negocios internacionales que han empezado a concretarse.
Para Guido Caicedo -aún en término de impacto- no es tan significativa la generación de empleo o tributación que generan, pero hay un movimiento interesante que trata de negocios potenciales. “No hay ninguna empresa que haya pasado de 2 a 1.000 empleados; pero sí existen empresas fundadas por jóvenes que han logrado tener de 15 a 30 empleados y siguen en búsqueda de crecer más”.
Hanze, mediante Biscuits by Nane, ha dado trabajo a 18 personas, distribuidas en la cocina y la atención en los 4 locales.
Armando y Marjorie León, dos de sus empleados, dicen que admiran que siendo tan joven ha llegado tan lejos. “Muchos como ella soñamos con ser nuestros propios jefes, pero nos resulta complicado. Nos gusta trabajar con ella, porque es muy preocupada por las personas y es algo hecho en Ecuador”.
Castro, de la UCSG, asegura que el emprendimiento es uno de los factores que influye en el desarrollo y dinamismo económico de los países. “Ecuador no se ha creado atrás, el gobierno central, los gobiernos locales, las instituciones educativas, el sistema financiero, los medios de comunicación y otros en mayor o menor medida han venido alentando y apoyando a los emprendedores y recordando a los jóvenes que una opción de carrera es la de ser emprendedor.
Caicedo también destaca iniciativas como el Banco de Ideas por parte del Gobierno, y espacios de Innovación como el que tiene la Espol, y otros como Innovis, Buentrip, pero asegura que todavía falta más estímulo y más facilidades para que accedan a préstamos que les permitan colocar sus productos en el exterior. (I)
ANDRÉS BRIONES/ PRESIDENTE de AJE
Con la tecnología todos tenemos la misma oportunidad para competir
La Asociación de Jóvenes Empresarios de Ecuador tiene afiliados a 134 emprendedores. El 90% es menor de 35 años.
En los próximos 2 meses la Asociación de Jóvenes Empresarios de Ecuador (AJE) cumplirá 2 años de formada. El proyecto que tiene como presidente a Andrés Briones, nació auspiciado por la Cámara de Industrias de Guayaquil y se define como un gremio independiente y autónomo.
¿Cómo surge AJE y cómo se financia?
La motivación que tuvimos fue generar un espacio en Guayaquil al que puedan acudir personas que recién estén montando o tienen más de 1 año con su negocio. Cuando eres nuevo y estás empezando, la fortaleza de trabajar en grupo radica en que puedes aprender con tus compañeros y desarrollar tu base de clientes y proveedores. Nosotros afiliamos a jóvenes emprendedores por la juventud del emprendimiento. En el gremio nos financiamos a través de proyectos.
¿En qué consisten esos proyectos?
La principal consigna del directorio fue convertir esta asociación en un referente de emprendimientos en el país, porque se les imparte networking, capacitación. Bajo esa línea se lanzaron varios proyectos, entre ellos el Dream Maker en 2014, un evento que busca la promoción de emprendedores y que luego se convirtió en una marca.
También se lanzó el premio al emprendedor ecuatoriano a nivel nacional y para este año tenemos algunos proyectos definidos. Además de todo esto la AJE obtiene el financiamiento mediante la membresía que pagan los afiliados cada año.
¿Cuántos emprendimientos están afiliados?
Tenemos 134 afiliados, el 95% es de Guayaquil y el resto de Cuenca. Aquí afiliamos a una persona natural que tiene una idea o ya tiene su negocio formalizado. Dentro de la asociación podemos encontrar emprendedores que ya están validando el prototipo y emprendedores con más de un año que ya en términos de ventas generan un gran volumen y tienen más de 5 trabajadores.
Del total, el 90% pertenece emprendedores que están por debajo de los 35 años y el 70% está en una fase de aceleración, es decir de poder generar más ventas y necesitan apoyo y de los incentivos que puedan ayudarles a crecer.
Hacia dónde se inclina la oferta de los emprendimientos
En Guayaquil hay 3 grandes sectores: tecnología, alimentos y lo textil y calzado. En el segundo ha habido mucha innovación aprovechando en el momento de preocuparse por lo sano, lo fitness, lo orgánico.
¿De qué depende el nacimiento de un emprendimiento?
Hay una tendencia de que los jóvenes ya no quieren depender de las empresas. Ahora tenemos un perfil y una coyuntura: El perfil del ‘millennials’, que justamente es un joven graduado que de alguna forma se considera independiente. Quiere ganar experiencia, conocimiento, pero de alguna forma quiere generar su espacio y dentro de este podemos tener emprendimientos en la rama económica. Por eso es que la juventud de hoy en día está despuntando en cuanto a generación de nuevos espacios productivos, llámense estos emprendimientos.
Usted dijo que hay también una coyuntura. ¿Cuál es?
El crecimiento de los emprendimientos ha sido vertiginoso y esta coyuntura se debe al Internet. Hace 15 o 20 años era complicado lanzar y administrar un emprendimiento por todos los costos que implicaba. Antes había que recurrir a una radio para tener publicidad; pero al tener poco capital se convertía en trabajo difícil liderar o sacar un producto de consumo masivo. Con las redes, y la tecnología todos tenemos la misma oportunidad para competir. Hoy puedo promocionar desde mi teléfono o una tablet mi producto, segmentarlo en las redes sociales y consolidar incluso la marca. Eso es una buena señal y significa que el marketing se ha democratizado. (I)