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Iván dueñas espín / médico ecuatoriano, especialista en medicina familiar

"La discapacidad intelectual podrá ser reversible"

"La discapacidad intelectual podrá ser reversible"
15 de junio de 2016 - 00:00 - Andrea Rodríguez B.

Una sustancia derivada del té verde podría cambiar la vida de miles de niños con síndrome de Down. El compuesto, cuyo nombre científico es epigalocatequina galato —el  principal ingrediente activo del té—, promete mejorar las capacidades cognitivas de quienes padecen esta condición.

Aunque aún está en etapa experimental, los investigadores consideran que hay motivos para creer que esta sustancia, junto con un protocolo de estimulación cognitiva, podría mejorar la calidad de vida de estas personas, porque modifica la conexión funcional del cerebro.

En el equipo de investigación que realizó este descubrimiento participó el médico ecuatoriano Iván Dueñas, quien vivió varios años en Barcelona, España.

Este ecuatoriano, quien cursaba sus estudios de maestría en esa ciudad, colaboró con la científica Mara Dierssen, del Centro de Regulación Genómica, una de las académicas que lideró este trabajo.

Durante años se consideró como un dogma que las discapacidades asociadas al síndrome de Down eran irreversibles. ¿Esto puede cambiar con la aparición de esta sustancia?

Sí, el síndrome de Down es una condición de salud que se acompaña de una serie de características, como el deterioro cognitivo e incluso la incapacidad intelectual. En el síndrome de Down hay diversos grados de severidad de la discapacidad intelectual y, realmente, se ha establecido que esta condición era intratable e irreversible.

Sin embargo, a partir de este estudio realizado en Barcelona se ha demostrado que este proceso podría ser tratado e incluso detenido. De hecho, se podía cambiar el curso de la enfermedad.

¿Es una o varias las sustancias del té verde que actúan en beneficio de quienes tienen esta condición?

Se emplea un derivado del té verde que es una sustancia antioxidante denominada  epigalocatequina galato que se encuentra en cantidades significativas en diversas hojas, pero en el té verde su concentración es mayor. En este estudio no empleamos la hoja del té verde, sino un extracto de este compuesto. Por eso, no nos centramos en el té verde y sus propiedades, sino en una molécula muy específica.

¿Cómo hallaron esta molécula?

En realidad, este proceso tiene muchos años. Los estudios partieron de análisis in vitro, donde se evidenció que esta sustancia mejoraba la plasticidad neuronal y las conexiones neuronales. Esta investigación se aplicó primero en ratones. Fue entonces cuando notamos que estos animales se vuelven más ‘pilas’ con la administración de esta sustancia. Tras esta constatación, el siguiente paso fue su aplicación en humanos.

¿Y cuáles fueron los resultados?

En junio de 2012 realizamos los estudios con 30 personas y se notaron avances significativos en cuanto al rendimiento cognitivo. Las madres de estos chicos pudieron constatar estos cambios, porque sabían cuáles eran los niños con síndrome de Down que tomaban la sustancia y cuáles no. Las madres notaron que quienes tomaron el compuesto tenían una mejor capacidad para desenvolverse por sí solos.  

Varias publicaciones sobre el potencial de esta sustancia aseguran que también podría ayudar en la memoria de corto plazo y el control de los impulsos. ¿Tan prometedor es este compuesto?

En este momento es importante matizar. El estudio no llega a tanto como para decir: recetemos epigalocatequina a todas las personas con síndrome de Down. Estamos en un estudio fase 2 y son 4 fases las que hay que cumplir. Existe la posibilidad de que esta sustancia mejore el rendimiento cognitivo, pero todavía no lo podemos establecer al 100%.

¿Existe la posibilidad de que esta sustancia genere efectos más marcados en los niños?

Sí, claro, sobre todo, en los niños, porque en ellos la plasticidad neuronal es mayor.

¿A qué se refiere con plasticidad neuronal?

Es básicamente la capacidad de las neuronas para establecer conexiones.  

¿Al establecer estas conexiones, las personas aprenden y disciernen?

En realidad, desarrollamos todo nuestro potencial cognitivo y el dominio cognitivo abarca una serie de áreas del intelecto humano: el aprendizaje, la memoria y el raciocinio. Al momento, como el estudio está en fase 2, los investigadores ni recomendamos ni desaconsejamos el uso de esta sustancia. Simplemente decimos que se trata de una nueva alternativa para el manejo de la discapacidad intelectual en personas con síndrome de Down. Esto da la pauta para que se puedan emplear moléculas más efectivas con este fin.

¿Para realizar este estudio observaron el interior del cerebro? ¿A qué herramientas recurrieron?

El estudio fue efectuado entre chicos de entre 14 y 24 años. Los test psicológicos ayudaron a establecer cuáles son las partes del cerebro que se activan más  frente a diferentes estímulos. También se utilizaron pruebas de resonancia magnética para determinar las áreas neuronales que están más activadas y que se tornaron más plásticas como  consecuencia de la administración de la sustancia.

Entonces, es un error pensar que al tomar té verde todos podríamos mejorar nuestras capacidades cognitivas.

Desde luego que es un error. Para poder llegar a las dosis que están contenidas en las cápsulas suministradas a los niños, tendríamos que ingerir muchas tazas. Además, el té tiene  sustancias que podrían ejercer efectos negativos en nuestro organismo.

¿Cuál fue su aporte al estudio?

Fue muy modesto. Evalué los efectos secundarios de los pacientes. También ayudé a reclutar pacientes para el estudio divulgado. (I)   

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