Si creía que ser vegano significa comer solo tomate y lechuga, está equivocado. Los menús son amplios, nutritivos y sabrosos, eso sí, libres de cualquier residuo animal.

El veganismo va más allá de los platillos, es un estilo de vida basado en el respeto hacia las especies. Se trata de una lucha diaria por evitar que miles de estos seres vivos sufran o mueran en mataderos, laboratorios, zoológicos, circos, etc. De ahí que ser vegano no solo es no comer cualquier alimento que provenga de algún animal, sino que también consiste en no utilizar productos cosméticos que hagan pruebas en ellos, ni prendas de vestir elaboradas con lana, cuero, plumas o piel de animales.

Nada de carne, lácteos, huevos, ni miel en los platillos, para algunos puede sonar impensable. Lo cierto es que la comida vegana es rica y nutritiva, para veganos o no, solo es cuestión de dejar volar la imaginación y usar ingredientes que la propia naturaleza los provee.  

Arroz integral con cúrcuma, maíz con jengibre y sal marina, galleta de amaranto con chispas de chocolate son algunos de sus snacks. Empanadas de morocho, amaranto y quinua, que contienen cúrcuma, jengibre y sal marina, rellenas con proteína vegetal de trigo, es otra opción para picar. La leche de amaranto, hecha con cedrón y arroz integral, también es una bebida saludable.

Crema de lentejas, cebiche de champiñones, puré de piñones, milanesa de berenjenas, croquetas de garbanzo y pescado vegetal hecho con calabacín, son algunos de los platillos fuertes que usted puede degustar.

Sarasiza Cazho fundó con su familia la marca Tarpuy, una línea de productos únicamente veganos. Se trata de un emprendimiento familiar que nació de las necesidades de los propios integrantes del hogar. Por ejemplo, la leche de amaranto la crearon hace seis años, cuando uno de sus primos siendo bebé no asimilaba los alimentos. Fue después de algún tiempo que decidieron vender este producto al público. Asimismo crearon la máchica de amaranto para que su tía, quien daba de lactar, produzca más leche.  

Son de Cañar. Ellos desde hace varios años ya tenían la costumbre de comer carne solamente en festividades. Su dieta diaria se basó desde siempre en cereales.

Después de algunos años toda la familia se hizo vegetariana y desde hace ocho son veganos. Cambiaron su alimentación porque -dice Cazho- tomaron conciencia de cuidar su salud, pues al nutrirse correctamente pueden prevenir varias enfermedades.  

Sentirse más saludables y de buen ánimo son algunos beneficios comunes que afirman tener los veganos. Karla Ramón asegura sentirse mejor desde que decidió dejar de comer carne y todo producto que contenga animales. Comenta que ya no sufre de dolores estomacales ni de migrañas. Incluso dice que se ha convertido en una mujer más tranquila. Desde hace 13 años es vegana.

“Opté por este estilo de vida por mi salud. Por ejemplo, mis sobrinos ya nacieron con intolerancia a la lactosa y a mis padres, que son de la tercera edad, les hace mal la leche. Creo que todo lo que viene de animales le hace mal a mi cuerpo”, dice Ramón quien junto con su hermana crearon la marca Sistery Nuts, que son mantequillas de diversos sabores, como de almendras y maní, no contienen lácteos, azúcar, preservantes, conservantes ni gluten.

Aunque suene imposible existen postres que no son elaborados con leche, ni mantequilla, ni huevos, ni gelatina. Como el cupcake ‘lujuria de chocolate’ creado por Sandy Bravo, vegana desde hace siete años. Bajo la marca Pic-Nic Vegan Products, elabora diversos postres naturales como pasteles de plátano y galletas con chispas de chocolate.

“El veganismo es un estilo de vida que engloba protección al ambiente, a los animales y a tu salud. Creas conciencia de cómo tu alimentación puede llegar a afectar al mundo en el que vives”, comenta Bravo.  

La protección animal es el eje central esta práctica. De ahí que muchas de estas personas forman parte de colectivos que luchan por los derechos de los animales. Uno de estos organismos es Animal Libre, que está presente en Chile, Perú, Argentina, Paraguay y, desde hace algunos meses, en Ecuador.

Esta organización promueve esta actividad mostrando a la gente su rechazo al uso, abuso y explotación de los animales en todo sentido. Suelen salir a las calles con carteles, mostrando imágenes fuertes sobre el maltrato que sufren reses, cerdos, aves, peces, etc.

Para Laura Ayala, voluntaria de este organismo, esta práctica no proviene  solo desde los platos, es desde la vestimenta, el entretenimiento y los productos que se usan.

Existen artículos de cuidado personal, belleza y limpieza del hogar hechos con ingredientes naturales, los cuales no han sido probados en animales en laboratorios. Por ejemplo, el shampoo de ungurahua, una palma que está en la Amazonía. La esencia se la extrae de los cocos y sirve para nutrir el cabello, previene la caspa, la caída y la quebradura de la fibra capilar.

Jabones, cremas hidratantes, protectores solares, exfoliantes, desmaquillantes, tónicos para la piel y medicinas son algunos de los productos orgánicos hechos sin tener que maltratar o matar a ningún ser vivo.

Quien decide cambiar sus hábitos alimenticios debe hacerlo poco a poco. Sabrina Cruz, quien está en el camino para hacerse vegana, dice que dejar de comer carne es un proceso que toma tiempo y que hay que hacerlo a conciencia y con responsabilidad.

La persona debe aprender a alimentarse bien, a mezclar bien los alimentos y debe conocer qué alternativas tiene para comer. De ahí que es importante el acompañamiento de un nutricionista para que su salud no se vea afectada por la transición.

“Es una toma de remordimiento personal. Se trata de decidir no seguir viviendo en la crueldad del maltrato animal”, comenta Cruz, quien además organiza la feria The Vegan World Market.

Para Cruz el primer paso para hacerse vegetariano no es solamente decidir dejar de comer carne, sino también es involucrándose con organizaciones que conocen del tema y siendo activista en favor del derecho animal.    

En Quito existen alrededor de 4.000 personas que ya practican este hábito, cerca de la misma cifra se repite en otras ciudades del país, como Guayaquil y Cuenca.

Sabrosos postres veganos rápidos de preparar
Para hacer un arroz con leche, vierta un litro de leche vegetal en una olla mediana junto con una taza de arroz y revuelva. Cuando la leche comience a hervir agregue ramitas de canela y azúcar a su gusto. Revuelva alrededor de 25 minutos. Cuando el arroz esté cocido, el postre está listo.

Para hacer un flan tres leches, en una olla ponga a hervir 150 ml de leche de soya, 150 ml de leche de arroz y 150 ml de leche de almendras con 100 gr de azúcar y una cucharada de vainilla. Incorpore harina previamente diluida en agua y deje que hierva por tres minutos a fuego lento. Coloque una capa de sirope en el fondo de una bandeja. Allí, ponga la mezcla y déjela al frío por cinco horas. Puede servir el flan acompañado de frutos rojos. (I)

Llevar una vida saludable es uno de los lemas de las personas veganas.