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El intersticio, un nuevo “órgano” bajo estudio

El intersticio, un nuevo “órgano” bajo estudio
16 de abril de 2018 - 00:00 - David Guerrero

Estuvo ahí todo el tiempo pero no podía ser detectado debido a las limitaciones de la tecnología microscópica: Se trata del intersticio, un espacio “no identificado” hasta ahora, lleno de cavidades de líquido, presente dentro y entre los tejidos de nuestro cuerpo.

Un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York (NYU, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, describió al intersticio como “una nueva expansión y especificación del concepto del intersticio humano”, algo que tradicionalmente en biología se refería al espacio entre las células y los tejidos del organismo, según recoge la BBC a partir de una publicación de la revista Scientific Reports.

Los expertos concluyeron que estas capas intersticiales de nuestro organismo, que antes se creían formadas por un tejido conectivo denso y sólido, están en realidad interconectadas entre sí, a través de compartimentos llenos de líquido. Estos tejidos están debajo de la piel, recubren el tubo digestivo, los pulmones y el sistema urinario y rodean las arterias, venas y la fascia, una estructura de tejido conectivo que se extiende por todo el cuerpo.

Los investigadores creen que esta “estructura anatómica” puede ser importante para explicar la metástasis del cáncer, el edema, la fibrosis y el funcionamiento mecánico de muchos o todos los tejidos y órganos de nuestro cuerpo.

Los científicos pudieron identificar este nuevo “órgano” gracias a los avances tecnológicos de la endomicroscopia en vivo, que muestra en tiempo real la histología y estructura de los tejidos.

Pero el hallazgo fue una sorpresa. Según detallan en su estudio, el equipo de investigadores hizo en 2015 una operación para la que utilizaron una endomicroscopia con láser, una tecnología llamada Confocal Laser Endomicroscopy (CLE), para examinar el conducto biliar de un paciente afectado por el cáncer.

Y tras una inyección de una sustancia colorante llamada fluoresceína vieron “un patrón reticular con senos (huecos) llenos de fluoresceína que no tenían ninguna correlación anatómica”, registró Scientific Reports.

Pero cuando quisieron examinarlos en las placas microscópicas de la biopsia habitual habían desaparecido. Después de hacer varias pruebas, Neil Theise, coautor senior del estudio, se dio cuenta de que el proceso convencional de fijación de muestras de tejidos en placas drenaba el fluido de la estructura.

Normalmente los científicos tratan las muestras con químicos, las cortan en una capa muy fina y les aplican tinte para hacer resaltar las características claves.

El equipo de Theise descubrió que ese drenaje de fluido hace que la red de compartimentos antes rellenos de líquido se colapse, como los pisos de un edificio y por eso “durante décadas ha aparecido como algo sólido en las placas de biopsia”, dijo Theise, del departamento de Patología de NYU Langone Health.

Cambiando la técnica de hacer la biopsia, su equipo logró preservar la anatomía “en vivo” de la estructura, “demostrando que forma parte de la submucosa y que es un espacio intersticial lleno de fluido no apreciado con anterioridad”, detalló Scientific Reports.

Para este estudio los científicos confirmaron la existencia de esas estructuras en otros 12 pacientes operados. Según los investigadores, hasta ahora la ciencia no ha estudiado bien ni el flujo ni el volumen del fluido intersticial del cuerpo humano.

No todos creen que es un órgano
Los expertos creen que esta red de cavidades es como una autopista para los fluidos en movimiento. Y eso podría justificar la idea de que cuando un cáncer alcanza al espacio intersticial se puede expandir por el cuerpo muy rápidamente, en lo que se conoce como metástasis.

Por otro lado los autores consideran que las células que forman el intersticio cambian con la edad y pueden contribuir con el arrugamiento de la piel y al endurecimiento de las extremidades, así como a la progresión de enfermedades fibróticas, escleroides e inflamatorias.

Sin embargo, no todos los médicos están de acuerdo en catalogar al intersticio como un nuevo órgano.

Según el portal español Hipertextual, el mencionado espacio anatómico es conocido desde hace, al menos, 200 años.

“La idea de que este es un ‘órgano nuevo’ o que el estudio ha descubierto algo nuevo y ‘previamente no identificado’ en el cuerpo humano es claramente falsa”, aseguró a Hipertextual el investigador de la Universidad de Chicago, Mark Westneat, que no ha participado en el trabajo.

Este anatomista cita el Experimenta circa statum sanguinis et vasorum in inflammatione de George Kalternbrunner (1826) como ejemplo de menciones tempranas de esta estructura. “Hay miles de publicaciones al respecto y los cirujanos lo conocen bien”, añadió Westneat.

En Twitter muchos de sus compañeros se mostraron confusos al no entender dónde estaba la novedad.

Theise, como parte del equipo investigador de la NYU, ha respondido a las críticas asegurando que el intersticio “nunca ha sido descrito con tanto detalle”.

Mientras que el investigador del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, Anirban Maitra, pidió cautela del artículo publicado en Scientific Reports. “La afirmación de que se trata de un órgano hasta ahora desconocido, el más grande hasta el momento, parece forzada”, concluyó Maitra.  

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