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Desde el cuadrilátero se combate la pobreza

Desde el cuadrilátero se combate la pobreza
Fernando Sandoval / El Telégrafo
12 de mayo de 2016 - 00:00 - Verónica Endara

Varias son las historias de jóvenes de escasos recursos que lograron salir adelante gracias al deporte. Aunque la actividad más conocida es el fútbol, el boxeo ecuatoriano también guarda grandes vivencias de superación. Una de ellas es la de Ramiro ‘Clay’ Bolaños, quien disputó el campeonato mundial en 1973, en Japón, en peso liviano júnior (130 libras), obteniendo el segundo lugar. Con dificultad recuerda su edad, pues dice que tiene como 60 años, nació en 1955.

A Bolaños le gusta mencionar en sus conversaciones nombres, fechas, peleas, estrategias, como un modo de desempolvar viejos recuerdos. Afirma que este deporte le abrió las puertas para mejorar su calidad de vida, conocer a mucha gente, ganar experiencia y le dio la oportunidad de trabajar. No estudió en la universidad, es bachiller, pero gracias al boxeo pudo -incluso- ayudar económicamente a sus padres.

Oriundo del Chota, cuarto de 10 hermanos, su gusto por las peleas nació por un vecino que se dedicaba a este deporte. Viene de una familia humilde. Sus progenitores eran agricultores, vivían de la venta de productos como aguacates. “Hemos tenido necesidades, pero siempre ha habido algo para comer”.

A los 8 años, cuando su padre lo llevó a vivir en Ambato, conoció al boxeador Segundo Morejón, quien fue su primer entrenador. A los 12 disputó sus primeras peleas en peso pañal, 72 lb. A esa edad tuvo 4 encuentros como ‘abrebocas’, aquellas peleas que se disputaban previamente a que los profesionales entren al ring. De niño era muy feliz cuando se subía al cuadrilátero, pese a que se bajaba de él con los ojos hinchados y los labios partidos.

A los 15 años se trasladó a la capital y un año después empezó a entrenar nuevamente. Permaneció como amateur 6 meses, en ese tiempo tuvo 32 peleas, fue campeón local, nacional e internacional. A los 17 se convirtió en boxeador profesional.

Cuando cumplió 22 años entró en el ranking mundial hasta que llegó a ser el retador número uno del mundo. Participó en el campeonato mundial en Tokio, Japón, en el que peleó 15 rounds. Cuenta que nunca lo noquearon mientras enumera algunos de sus títulos: campeón del Caribe, Latinoamérica y California.

Una vida para entrenar a más jóvenes

Bolaños recuerda que en la década del 70 se realizaban peleas todas las semanas, que convocaban a cientos de personas, esa fue la época de oro del boxeo en el país. En 1992 se retiró y hoy entrena a jóvenes promesas. Les abre las puertas a un mundo que les ayudará a salir adelante. Uno de ellos es Jeyson Minda, conocido como el ‘Verdugo’, de 23 años. Pelea en la división mediano (160 libras).

Él es de Quevedo y vive en Quito desde hace 2 años, tiempo que pelea como profesional. Conoció este deporte a los 6 años. En una pelea en la calle con otros amigos, Emilio Oña, su primer entrenador, lo observó y lo invitó a su gimnasio. Su abuela, con quien creció, apoyó al pequeño Jeyson para que se dedicara a esta actividad.

Minda dice que junto a su abuela pasaron varias necesidades. Cuando empezó a recibir ayuda económica pudo aliviar un poco la carga sobre ella. Su entrenador lo incentivó a mirar más allá de campeonatos locales. Le decía que luchara por ser un boxeador profesional. Primero formó parte de la selección de Quevedo, después de Los Ríos y finalmente de Ecuador. “Cuando uno gana una pelea sea por nocaut, por puntos o por decisión, es porque ha hecho bien las cosas; y si hay algo que corregir, se lo hace”.

Al igual que ‘Clay’ Bolaños, su vida no fue fácil y pasó por varios empleos para conseguir dinero, por ejemplo, fue guardia de seguridad. Jeyson hoy sueña con pasar del título de bachiller y para ello ahorra con la intención de seguir la universidad. Él quiere que vuelva la época de oro del boxeo al país, pues hay muchos jóvenes con talento que quieren superarse a través de este deporte.

A los jóvenes que tienen talento, pero poco apoyo, les dice que se enfoquen en sus sueños: “La vida es dura, uno tiene que sobresalir, tratar de andar por el camino del bien; si haces el bien, recibes el bien. Siempre hay que luchar por salir adelante”.

Cambió las aulas por el ring

Una historia similar es la de Julio ‘Memín’ Cortez, de 27 años. Es de Puerto Quito. Pelea en la categoría pluma (126 libras). Desde pequeño estudiaba y trabajaba ayudando a sus padres. Ellos recogían, apilaban y vendían café. “Me llevaban a trabajar, si no trabajaba me daban palo”, dice el corpulento boxeador entre risas.

Es el tercero de 6 hermanos y nunca tuvo una vida llena de riquezas. De pequeño, vio a su tío boxear con unos militares. Esta experiencia lo dejó fascinado. Empezó a entrenar lleno de entusiasmo a los 12 años, a los 3 meses asistió a peleas de evaluación en Santo Domingo, Cayambe y otro lugares. Cuando quedó campeón de los cantones asistió al primer torneo nacional en 2001, fecha en que logró ser seleccionado de Pichincha. En sus peleas nacionales de 2001 y 2002 obtuvo bronce. Para 2003, a sus 15 años, se radicó en Quito para entrenar. Las medallas de oro empezaron a llegar, por ejemplo, fue 16 veces campeón nacional.

Desde esa edad se ha dedicado solo a boxear, con el apoyo económico que recibía siendo amateur le era suficiente para vivir. Estudió hasta tercer curso, perdía los años por faltas injustificadas por lo que se aburrió -dice- y ya no volvió a las aulas. Y es que Cortez empezó a viajar a pelear en el extranjero. Toda esa recopilación de logros le permitió empezar en el boxeo profesional en 2014, a los 25 años. También considera que el ring le permitió mejorar su situación económica. “Con esto yo mantengo a mi hija, a mi esposa y me mantengo yo”, comenta confiado Cortez.

Asegura que hay boxeadores que ganan millones de dólares, él dice que gana un poco más del básico, pero por cada encuentro recibe un adicional. Espera llegar algún día a la cima y pelear por más dinero. De 10 peleas que ha tenido como profesional, 9 ganó por nocaut y una por puntos. Dice que desde los 14 años aprendió cómo ‘dormir’ a sus contrincantes.

“Si les gusta el boxeo, o cualquier deporte, sigan porque el deporte es vida; se hacen conocer y les da dinero para ayudarse a sí mismos y a su familia”, aconseja a los jóvenes deportistas.
Minda y Cortez entrenan con Bolaños 4 horas diarias. El sábado 28 de mayo ‘Memín’ disputará el título sudamericano de la World Boxing Council contra el peruano Jesús la ‘Cobra’ Bravo. En esa misma fecha, el ‘Verdugo’ se enfrentará al peruano Marvin Roa. (I)

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