Los pezones de los hombres nunca cumplieron una función, lo que significa que son innecesarios. Incluso, sus tejidos podrían formar tumores como los de las mujeres, lo que explica por qué mucha gente considera que son prescindibles.  

Según el médico australiano Andrew Rochford, los pezones son un rasgo evolutivo que los hombres ya no necesitan. De hecho, la evolución no elimina todas aquellas partes que son prescindibles en nuestro cuerpo, sino solo aquellas que resultan costosas.

Además, como se advierte en un artículo del diario español ABC, la evolución simplemente no ha prestado atención a los pezones masculinos porque no han supuesto un costo significativo en términos de supervivencia o éxito reproductivo. Aunque se considera que son inútiles, un artículo publicado en la página Creation.com asegura que el hecho de que los pezones de los machos no se usen para dar de mamar es una razón común para llegar a la conclusión errónea de que son inútiles.

“Los pezones de los machos tienen importantes funciones, pero están involucradas principalmente en la estimulación sexual. Es así que tanto los pezones masculinos como los femeninos contienen una abundante cantidad de tejido nervioso y, por tanto, son muy sensibles al tacto”, señala la publicación.

Aun así, los pezones no son indispensables para vivir, como tampoco lo son otros órganos como el bazo.

Cuando el cuerpo humano ya no dispone del bazo, el hígado es el que asume muchas de sus funciones. Hace más de 3 años, el español Héctor Giner, un árbitro de fútbol, de 17 años, perdió el bazo, después de sufrir una brutal agresión.

Gine vive ahora sin esta pequeña víscera, ubicada en el abdomen, cuya función principal es producir anticuerpos.  

Si extirpan un órgano, otro toma la posta

Para el ecuatoriano Jorge Sánchez, médico intensivista, cada parte del cuerpo tiene una razón de ser, pero —aclara— su función podría ser suplida por otros órganos. “Nuestro organismo es tan maravilloso que siempre tratará de superar una carencia. Es así que las personas pueden vivir con solo una partecita del hígado; es impresionante”. El médico también se refiere a las mujeres a quienes les extirparon el útero, los ovarios, y a los hombres a quienes deben quitarles los testículos.

También hay personas que viven sin las amígdalas, responsables de proteger de una invasión bacteriana a las vías respiratorias, pero, aun así, su ausencia no afecta la respuesta inmunológica del organismo. Aunque algunos órganos del cuerpo trabajan en pares, en ocasiones el funcionamiento de uno no depende del otro.

Es así que las personas que nacen solo con un riñón pueden continuar su vida sin mayores contratiempos. Lo sorprendente es que el riñón sano es capaz de aumentar su tamaño y así realizar su trabajo de forma eficiente para el organismo.

Otra parte que no se necesita es el apéndice que, como advierte un artículo publicado en la BBC de Londres, no cumple ninguna función conocida en los seres humanos.

La evidencia médica indica que a nuestros ancestros les servía para digerir alimentos duros, como la corteza de un árbol, pero en la actualidad no se lo utiliza. ¿Qué ocurre con la vesícula que se esconde tras el hígado?  La vesícula biliar es, de hecho, más conocida por los potenciales problemas que puede ocasionar, ya que es el lugar de asiento de los cálculos (piedras pequeñas) que obstruyen la vía biliar y generan patologías inflamatorias.

Este saco no produce la bilis, porque, en realidad, viene del hígado, pero actúa como una bomba. Así, por ejemplo, si en este momento una persona come una buena porción de pastel de chocolate, el organismo necesita una descarga súbita de bilis hacia el estómago.

¿Qué ocurre con la tiroides?

Según el médico ecuatoriano Fausto Clemente Orellana, hay glándulas endocrinas sin las cuales el ser humano no podría vivir, por ejemplo la tiroides, que controla funciones importantes del cuerpo.

Las enfermedades de la glándula tiroidea pueden afectar a casi todos los órganos, porque, entre otras tareas, se encarga de regular qué tan rápido procesa el cuerpo algunas sustancias y que tan rápido trabaja en general el organismo.

Orellana comenta también que antes de extirpar un órgano hay que evaluar si es necesario o no mantenerlo. “A muchos  ecuatorianos que tenemos hoy entre 45 y 65 años nos quitaron las amígdalas; era casi una rutina extirparlas, lo bueno es que sin ellas no pasa nada”.

En las próximas décadas, con el avance de la tecnología, el ser humano probablemente se preguntará qué partes del organismo son necesarias y cuánto de ellas requiere o desea conservar. (I)

DATOS

Muchos exploradores se someten a la extracción de la vesícula sana antes de una misión en la Antártida.

El cuerpo se ha ido modelando a lo largo de millones de años y, aunque parezca mentira, algunas partes son fruto de la casualidad.

Hay especialistas que consideran que en el cuerpo humano hay importantes errores de diseño en  anatomía y funcionamiento. En la retina hay una pequeña zona que es insensible a la luz y que  produce una ceguera parcial. (I)

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"Tenemos estómagos muy grandes que rara vez necesitan llenarse totalmente"

El cirujano Andrew Jenkinson abre el debate sobre el rol que cumplen órganos que hoy consideramos indispensables para la vida. El investigador señala que los seres humanos tenemos estómagos excesivamente grandes que rara vez deben llenarse totalmente. “Ahora que no somos cazadores-recolectores, el problema es que constantemente tenemos acceso a comida. Nos llenamos el estómago mucho más de lo que deberíamos”.

De acuerdo con Jenkinson, la civilización humana ha avanzado de forma mucho más rápida que el ritmo de la evolución. “En este sentido, a nivel digestivo no hemos logrado superar los comienzos de la agricultura humana. Nuestro sistema digestivo sigue siendo el de los cazadores-recolectores”.

Afirma, además, que solo necesitamos 10% de la capacidad del estómago para vivir. (I)