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Clases en la Costa inician con nuevas cargas horarias
Los cuadernos están forrados con personajes de Dragon Ball Z, Ironman y Pitufos. Los uniformes planchados y doblados cuelgan del armario. Y el jueves Mariuxi Saltos hizo bordar las camisas y pullovers de sus cinco hijos con los nombres y logotipos de las instituciones educativas en las que están matriculados.
Así, Fidel (14 años), Rodick (12 años), Alessandro (10 años), Diego (8 años) y Maximiliano (6 años) volverán a las aulas. Ellos ingresarán de forma escalonada, como lo estableció el cronograma escolar del Ministerio de Educación (MinEduc).
El mayor, que va a primer año de Bachillerato, ingresará mañana a clases, mientras que sus hermanos lo harán el 25, 26 y 27 de abril.
Los menores de edad son parte del universo de 2’669.197 estudiantes que recibirán las instituciones fiscales, privadas, fiscomisionales y municipales.
En el inicio del nuevo año lectivo de la Costa habrá cambios en el currículum y ajustes en la carga horaria.
Según la Subsecretaría de Educación de la Zona 8 (Guayaquil, Samborondón y Durán), desde este año los estudiantes deberán desarrollar las tareas que ocuparán distintos tiempos.
Los de segundo, tercero y cuarto de Educación General Básica (EGB) Elemental tendrán tareas diarias que deben tardar en hacerlas de 30 a 40 minutos; los de quinto, sexto y séptimo de EGB Media, de 40 a 60 minutos; los de octavo, noveno y décimo de EGB Superior, entre 60 y 80 minutos; y los de Bachillerato General Unificado (BGU), dos horas.
En Ecuador, hasta el año anterior, en la Costa, el tiempo destinado para los deberes fue de 11 a 12 horas semanales.
Un informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) de 2011 recomendó que el tiempo necesario debería ser de 4,9 horas a la semana.
Saltos recuerda las maquetas del sistema solar, volcanes en erupción y globos terráqueos que tuvo que elaborar como parte de las tareas de sus hijos. “Me quedaba con ellos hasta la madrugada para que presentasen el deber. Una noche, Diego se puso a llorar por la cantidad de tareas. Realmente eran trabajos que no estaban acorde a su edad. Todos los años me tocaba vivir lo mismo”.
Para Patricia Ortega, máster en educación, la formación será realista y de calidad con la dosificación de las tareas. “Queremos que los niños tengan logros de aprendizaje de acuerdo con su nivel de madurez, respetando sus diferencias individuales y su ritmo y estilo de aprendizaje”.
Con el fin de lograrlo, según Ortega, se trabajará en la coordinación entre asignaturas. “El día en que se envíen las tareas de matemáticas no coincidirán con las de ciencias naturales y lenguaje, y viceversa. De esa forma se podrá trabajar. Lo ideal es que los contenidos se desarrollen dentro del aula”.
La docente Sandra Sinchi, de la Unidad Educativa Fiscal Eloy Alfaro de Durán, asegura que la construcción del conocimiento del estudiante es en clases. Ella desde esta semana participa en capacitaciones.
“Las clases las dividimos en dos períodos: el primero es teórico y el segundo es de ejercicios en los libros, talleres y trabajos en equipo. Así se podrá evaluar al estudiante de manera inmediata y el que no entendió podrá preguntar al profesor”.
Ella considera que el reajuste de la carga horaria ayudará a que disminuyan los casos de deserción en la jornada nocturna. El exceso de tareas -añade- se convirtió en un factor negativo debido a que ellos tenían otras responsabilidades: trabajar y la familia.
Por otro lado, la docente Mónica Moreira advierte que la repetición mecánica no asegura el aprendizaje, sino que deben promoverse actividades que generen que los chicos descubran cómo aprender. Además, que establezcan sus propios conceptos a partir de temas prácticos y situaciones cotidianas.
Fidel Castro, de 14 años, en su tiempo libre se dedica al dibujo. Este año cursará el primero de Bachillerato y por la tarde acudirá a una escuela de fútbol. Foto: Lylibeth Coloma / El Telégrafo
Fortalecer destrezas
Para la psicóloga María Belén Darquea, la educación, en general, ha cambiado. Ella opina que hay una educación más respetuosa y socioemocional. “No necesariamente porque un niño tenga menos tareas se hará vago”. Ella explica que el tiempo libre en casa es una oportunidad para acercarse a los padres y realizar actividades compartidas, como ver una película y dibujar. “El dibujo es una de las mejores formas para que un niño exprese cómo se siente”.
Ella aconseja encargarles responsabilidades dentro de casa. Los padres -añade- deben hacer que ellos se sientan útiles, dándoles alguna función para que así se sientan importantes. “Es relevante que los dejen ser autónomos dentro de sus decisiones”.
La maestra Fanny Morán recomienda a los menores que se involucren en los proyectos escolares que todas las instituciones tienen para desarrollar habilidades en el canto, pintura, música o deporte. “El objetivo es que en los 10 meses del año lectivo no se tenga al estudiante solo con cuadernos y libros, sino que se fortalezcan sus destrezas con otras actividades”.
Fidel lleva tres años entrenando en una escuela formativa de fútbol después de salir de clases. Ha ganado 25 medallas para la Academia Naval Illingworth en la disciplina de natación. “La práctica me ha hecho más ágil cuando hago mis tareas. Aprovecho mi tiempo para que no se acumulen”.
En cambio, Rodick, quien este año ingresará al primer año de colegio en la misma institución, practicará básquet. “Estoy nervioso, pero sé que debo esforzarme para lograr ser comandante”. También ambos dibujan en su tiempo libre.
Otro de los cambios curriculares que se implementarán este año lectivo, según el ministro de Educación, Freddy Peñafiel, es la enseñanza del inglés desde segundo año de EGB hasta el séptimo grado de EGB. La autoridad anunció que habrá 450 docentes para esta asignatura.
Los cambios, manifiesta Sinchi, serán significativos. “Buscaremos desarrollar las destrezas en el salón de clases a través de nuevas estrategias, juegos y representaciones dramáticas. En cada clase deberán promoverse los valores”. (I)