Es mediodía en una esquina de la ciudadela Kennedy Nueva. A esa hora hay varios transeúntes que recorren esta zona, apresurados, algunos mirando el reloj. Algunos ciudadanos cruzan las avenidas del Periodista y Carlos L. Plaza Dañín para converger en una de las esquinas de la intersección.

En este punto, en un tramo de aproximadamente 100 metros, se encuentra una decena de locales, donde se ofertan almuerzos variados a un mismo precio: $ 2,50.

El sitio es uno de los que conforman la lista de rutas gastronómicas más concurridas por quienes trabajan en oficinas de instituciones públicas y privadas. En esta ruta están la Alborada, ciudadela Guayaquil, el casco comercial del centro, avenida Domingo Comín, ciudadela Huancavilca, avenida Portete, entre otras. La oferta y precios varían según la zona.

Lo más usual es encontrar los platos típicos y los mejor condimentados, esos que son ‘bien papeados’, como afirma Guillermo Zambrano, quien labora en una farmacia, localizada en la Avenida del Periodista.

Los comensales tienen una mayor predilección por las comidas más populares y sustanciosas: caldo de bola, seco de pollo, tallarín verde con carne frita, arroz con menestra y cazuela de pescado.

Muchos no están interesados en conocer los niveles de calorías, grasas y azúcares que pueda contener el menú, pero hay otros que sí.

Janeth Benites, quien labora en el Policentro, procura tener cuidado con los carbohidratos, porque no quiere engordar. “Siempre le pido al mesero que me le quite arroz al plato”.

Quienes transitan por estos sectores pueden reconocer los aromas de la comida: comino, carnes asadas y maní.

César Mendoza, propietario del restaurante San Antonio, busca especializarse en ofrecer determinados platillos.

En su local ofrece bolones y empanadas, productos que son consumidos en el desayuno.

“Los clientes que más vienen a mi local son los que trabajan en la clínica Kennedy”.

Una particularidad de los restaurantes ubicados en sectores empresariales es su amplia variedad de caldos y platos fuertes. En Cuba Café, por ejemplo,  hay 3 sopas y 6 platos fuertes. “La competencia es tenaz, así que toca ser muy creativo”, afirmó Lázaro Bravo, propietario del local.

Hacia el norte, en la ciudadela Guayaquil, los platos que incluyen pescado y mariscos son la especialidad en los puestos y locales a los que acuden los  ejecutivos que laboran en el edificio Las Cámaras y empleados públicos del Gobierno Zonal. “La venta llega a ser tan buena que incluso se cierra el negocio bien temprano”, aseguró Segundo Cornejo, empleado de un quiosco en la avenida Justino Cornejo.

Mientras que en el centro de la ciudad, en la avenida 9 de Octubre y sus alrededores, existe una gran oferta gastronómica, tanto en los negocios familiares como en las franquicias de comidas rápidas.

Entre los negocios de venta de comida, uno de los más reconocidos es la cafetería La Palma, en las calles Vélez y Escobedo, una de las más antiguas y emblemáticas de la zona.

Cuatro generaciones de una familia han administrado el lugar que recientemente cambió su tradicional fachada de madera por una de vidrio templado. De esta manera se le otorgó un estilo más contemporáneo y elegante.

Lo que no cambia es la variedad de platillos para desayunar, comentó sonriente Beatriz Costa, administradora de este negocio. Se conoce que en 1901 llegó el pastelero catalán Martín Costa Carbonell, quien adquirió el negocio en 1908, pero en 1951 un incendio destruyó la edificación y se trasladaron al actual sitio, cuya planta baja era la industria de la dulcería.

En una de las paredes del negocio, un anaquel guarda utensilios de cocina de acero, con marcas del incendio.

Los comensales pueden escoger entre bocadillos de pan, dulces, mermeladas, platillos con huevos, jamones, quesos y más. Cualquiera que ingrese a este local saldrá satisfecho. (I)