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700 posibles inventos se reciben cada año en el IEPI

700  posibles inventos se reciben cada año en el IEPI
12 de marzo de 2017 - 00:00 - Andrea Rodríguez B.

¿A quién se le ocurriría que un pedazo de alambre doblado podría ser útil a la humanidad? Quizá quienes inventaron el clip no advirtieron, en su momento, la repercusión que tendría esta sencilla invención que llegó a ser imprescindible para sujetar las hojas y mantener los documentos ordenados.

Otro invento sencillo y ordinario es la clásica pinza para la ropa, la cual tiene su origen en los shakers (Sociedad Unida de Creyentes), una comunidad religiosa estadounidense que diseñó un primer modelo, caracterizado por su practicidad.

La realidad demuestra que los inventores, sean estos hombres o mujeres, tienen un propósito muy claro: crear un producto que las personas estén dispuestas a adquirir; que cuando lo vean, sepan qué es y para qué sirve, y que, sea capaz de solucionar un problema particular. Es así que para inventar, como dijo Thomas Edison, se necesitan únicamente dos cosas: “una buena imaginación y un montón de objetos inservibles”. Además, no es suficiente tener una idea o patente para ser considerado un inventor, se requiere crear ideas con valor comercial.

Según el ecuatoriano Fabián Darquea, químico farmacéutico y experto principal de patentes del Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI), una vez que surgen las primeras ideas y diseños, hay que conocer si el ingenio ya está registrado en una patente similar y si no es así hay que inscribirlo inmediatamente.

Para el investigador Mario Andrade, el gusto por la invención podría aumentar en Ecuador si los trámites para registrar una creación fueran menos engorrosos y desalentadores.

“Las principales trabas de un inventor no siempre radican en aspectos económicos sino burocráticos. Es necesario agilizar los procesos, porque el mayor beneficiario es el país”.

Andrade es categórico al indicar que ser inventor en Ecuador no es algo fácil, porque no es un oficio que garantice grandes ganancias. Incluso se atreve a decir que en el mundo son pocos los inventores que viven de sus desarrollos. Sin duda, los inventos tardarán años en rendir frutos, así que sus creadores deberán poseer grandes dosis de paciencia.

En una ocasión, Anina Sakaguchi, bioingeniera egresada de la Universidad de Guelph, en Canadá, manifestó que aunque la comercialización de un invento suele ser el mayor premio al esfuerzo y la tenacidad, para un inventor las gratificaciones son constantes. “Cada paso que uno da es un momento de hallazgo interesante”.

Para el chileno Mauricio Gallardo, investigador e inventor, no solo los genios tienen la capacidad de inventar.

“La innovación y la invención no son privativas o le pertenecen solo a las grandes empresas, universidades, investigadores o científicos. Ambas son libres y de todo el mundo”.

El investigador considera que hay suficiente información para afirmar que muchas de las mejores y mayores innovaciones las hacen las personas comunes y corrientes.

En Ecuador, sí se inventa

Fabián Darquea, funcionario del IEPI, dice que un promedio de 700 solicitudes de patentes ingresan cada año a este instituto. Se trata de peticiones de patentes de invención, modelos de utilidad y diseños industriales.

Darquea indica que en el IEPI se registran tanto patentes nacionales (personas particulares) como extranjeras (industrias y compañías de diferentes áreas).

El funcionario recalca que, al momento, existe un descuento del 90% que se aplica a las solicitudes de invención y 50% a los modelos de utilidad para determinados grupos (universidades, institutos públicos de investigación, instituciones públicas, investigadores independientes, artesanos).

Eso significa que si una persona presenta un pedido de patente en lugar de cancelar $ 500 por el costo de la solicitud, pagará $ 50 con el descuento.

Pero ¿qué diferencia existe entre patentes de invención y modelos de utilidad? En el primer caso se trata de creaciones en que la actividad inventiva y el desarrollo tecnológico son de vital trascendencia.

En el segundo caso, se trata de mejoras técnicas a un desarrollo ya existente.

Por modelo de utilidad se entiende toda invención que al ser nuevo o al demandar una actividad inventiva, consiste en dar a un objeto una configuración, estructura o constitución de la que resulte alguna ventaja apreciable para su uso.

Así, por ejemplo, si una persona o empresa decide mejorar una maquinaria ya inventada, puede optar por registrar una patente por modelo de utilidad.

Si la invención reúne los requisitos para ser considerada como tal, el IEPI le otorga 10 años de protección y cuando se trata de una invención, 20 años.

De acuerdo con Fabián Darquea, hay muchas personas que en el país aplican técnicas para optimizar el funcionamiento de un equipo ya inventado y buscan la protección por patente a esta innovación.

El trámite no se realiza de un día a otro

El promedio mundial para otorgar una patente de invención oscila entre 4 y 5 años. Cuando se trata de un modelo de utilidad (mejoras a un invento ya existente) el trámite puede tardar cerca de 2 años.

En Ecuador, el tiempo puede ser mayor, pero en cualquier caso, es necesario tener paciencia y constancia. La demora de los trámites para patentar parece ser un común denominador en América Latina.

Mientras en el país tarda de 6 a 7 años, en Argentina se prolonga a 9, pero en Chile, el trámite no supera los 5 años cuando se trata de invenciones. En Estados Unidos, no demora más de un año y medio y en Europa, no más de 2.

La información sobre el invento o el modelo de utilidad se mantiene en reserva en Ecuador, eso significa que ninguna persona, a excepción de su creador, está al tanto del ingenio.

Solo en el instante en que el inventor presenta la solicitud al IEPI, se divulga su desarrollo, es decir la información pasa a ser de conocimiento público.

Según Darquea, “es parte del sistema de patentes el divulgar la información presentada, después de lo cual se realizan exámenes de patentabilidad, una etapa de revisión que permite constatar que cumple los requisitos: novedad, nivel inventivo y aplicación industrial”.

El examinador, una persona capacitada para la tarea, evalúa el cumplimiento de esos requisitos y para ello se apoya en la base de datos de patentes de acceso gratuito. Al mismo tiempo, accede a otras bases de datos de las cuales dispone para verificar si existen o no tecnologías relacionadas. Solo después de esta exhaustiva investigación se otorga o rechaza la solicitud de patente de invención o modelo de utilidad.

El nivel de innovación de Ecuador con relación a otros países, sobre todo los más desarrollados, es todavía bajo, aun así, en este último año se ha registrado un crecimiento en innovación nacional.

Según cifras del IEPI, en 2015 se registraron 59 solicitudes entre patentes de invención y modelos de utilidad. En 2016, el número subió a 95. Al mismo tiempo, en el caso de las universidades hubo un significativo incremento en solicitudes entre 2015 y 2016. En 2015, hubo 13 solicitudes de patentes y 20 durante 2016.

Aunque el número debiera ser mayor, Darquea señala que el IEPI seguirá fortaleciendo una campaña de capacitación y fomento a la innovación. Por otro lado, de las solicitudes globales, la mayoría proviene de  compañías farmacéuticas, empresas especializadas en la elaboración de químicos y del sector biotecnológico.

De hecho, la biotecnología es un área multidisciplinaria, que emplea la biología, química y procesos, con gran uso en agricultura, farmacia, ciencia de los alimentos. Le siguen industrias como la mecánica y las ingenierías. Solo después vienen las universidades y las personas particulares que presentan una solicitud para proteger una innovación.

Los países que más patentan

Estados Unidos fue durante 2015 el país que más patentes registró en el mundo, por medio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), una agencia de la ONU con sede en Ginebra.

En total, Estados Unidos tramitó 57.385 solicitudes, un 6,7% menos que en 2014. Le siguen Japón y China.

En su informe anual, la OMPI indica que “los inventores establecidos en ese país son los que han registrado el mayor número de demandas internacionales de patentes por 38º año consecutivo. Aunque la invención no cesa, la crisis también afecta los ritmos de registro de patentes a escala mundial”.

Carsten Fink, especialista en propiedad intelectual, indicó en una ocasión que, cuando las empresas quieren recortar gastos, una de las primeras afectadas es el área de registro de patentes, aun cuando la inversión en investigación y desarrollo siga en marcha.

Según un artículo de la página de tecnología Xataca, en Estados Unidos patentar se ha convertido casi en un deporte nacional y los mecanismos permiten proteger todo lo imaginable. Esto ha posibilitado que surjan patentes de lo más absurdo, hasta el punto de que cada año se presentan 350 mil solicitudes.

Una investigación desarrollada por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos advierte que el 95% de las peticiones de patentes terminan por recibir luz verde en Estados Unidos frente al 65% de Europa y Japón. 

Ricardo Narváez, Ingeniero Químico

"Hay facilidades para patentar las ideas"

El subdirector técnico del Instituto Nacional de Eficiencia Energética patentó las mejoras realizadas a un gasificador.

Este ingeniero químico, graduado de la Universidad Central del Ecuador, patentó un modelo de utilidad en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI). Se trata de un gasificador que se puso a prueba en La Concordia, un equipo que sufrió varias modificaciones técnicas para funcionar en el país.

Como explica Ricardo Narváez, de 31 años, el responsable de realizar las mejoras a esta máquina, el gasificador disponible para tratar la basura fue diseñado para procesar los desechos generados en países más desarrollados, pero no podía operar en Ecuador, donde los desperdicios son de otro tipo.

Fue así que aunque la tecnología no estaba concebida para nuestro país, gracias a la investigación desarrollada por Narváez, quien es el subdirector técnico del Instituto Nacional de Eficiencia Energética (INER), fue posible optimizar el funcionamiento del gasificador.

“No disponía de ninguna información antes de mejorar la tecnología ya existente. Cuando uno intenta optimizar un producto, una maquinaria que no fue desarrollada en nuestro país, es prácticamente como lanzarse al vacío. En realidad, uno no sabe si funcionará o no; esto es así”.

Para que la tecnología del gasificador funcione es preciso realizar varias modificaciones.

Uno de los primeros pasos es el dibujo en el papel, lo cual resulta fundamental para empezar a incorporar los cambios.

El proyecto empezó en 2012 y un año después conseguimos, finalmente, el financiamiento para la puesta en marcha del prototipo.

Luego vinieron los experimentos y finalmente se comprobó que el equipo funcionaba. “Las mejoras incorporadas dieron resultados y el gasificador permitió, después de procesar la basura, generar petróleo sintético”.

“La solicitud de patente se presentó en noviembre 2013 y fue adjudicada en mayo del año pasado”.

Según el investigador ecuatoriano y su equipo, ya se ha comprobado que este gasificador con las adaptaciones que fueron patentadas en el IEPI, puede ser llevado a escala más grande.

Al momento, la tecnología está validada y el siguiente paso es llevarla a operación continua. Según este ingeniero, el próximo tiene que incorporar otra visión de diseño.

De acuerdo con este joven, en el país existen las facilidades para poder patentar las ideas.

“Es necesario que las personas conozcan el valor que tienen las ideas y cuenten con el financiamiento para materializarlas. El país no gana nada si estas no llegan a convertirse en diseños tangibles”.

Para Ricardo Narváez es fundamental visitar las aulas de las universidades para incentivar la invención. 

Los beneficios de patentar un invento

Las patentes proporcionan los derechos exclusivos que habitualmente permiten utilizar y explotar un invento por un período de 20 años a partir de la fecha de presentación de la solicitud de patente. Gracias a estos derechos exclusivos, los investigadores estarán en condiciones de impedir que otras personas utilicen comercialmente su invención patentada, reduciendo de esta manera la competencia y adquiriendo una posición de prestigio en el mercado.

De acuerdo con la página web de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), las personas que optan por no explotar la patente, pueden venderla o ceder los derechos a otra empresa para que la comercialice bajo licencia.

Por otro lado, cuando una empresa simplemente ha mejorado un producto existente y dicha mejora no tiene la altura inventiva suficiente para ser considerada patentable, pueden constituir una buena alternativa a las patentes los modelos de utilidad (pequeñas patentes o innovaciones de utilidad), modalidad que está vigente en Ecuador. Además, en determinadas ocasiones, es posible que convenga conservar las innovaciones en calidad de secretos comerciales, lo cual exige, en particular, que se tomen las medidas necesarias para mantener la información en secreto.

Es recomendable que los investigadores consulten las bases de datos de patentes existentes. 

Algunos pagos

En el país, los inventores tienen que pagar ciertos rubros como la tasa de presentación de la solicitud; tasas para mantener el trámite vigente y para el examen de patentabilidad.

El costo máximo a cancelar es de $ 2.097, en caso de que la patente sea concedida e incluye 20 años en protección.

El IEPI también brinda asesoría a quienes requieren información sobre cómo patentar un invento. (I)

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