Al menos doce viviendas tendrán que ser demolidas en la ciudadela Pinos Alto, en el norte de Cuenca, para estabilizar una pendiente que pone en riesgo a todo un barrio.

Según los habitantes de este sector de la ciudad, el Departamento de Gestión de Riesgos de la Municipalidad socializó hace un mes con quienes viven en dicho barrio y pidió a los dueños de los inmuebles ubicados en la parte alta de los Pinos que los abandonen.

“Ellos dijeron que tenemos seis meses de plazo para que nos retiremos del lugar”, manifestó el vecino del sector Marco Fárez, quien confesó que la mayoría de casas afectadas no tienen permisos de construcción.

En este sitio el movimiento de masas no se ha detenido, hace siete años ya destruyó 20 casas. Desde que se identificó el macrodeslizamiento se han realizado cuatro estudios técnicos y se han dado tres declaratorias de emergencia. La última fue el 4 de mayo del 2019.

En diciembre de 2018 terminó la construcción de un muro de contención y unas especies de terrazas, las mismas que estaban destinadas a sostener los suelos y evitar desprendimientos de tierra. “Los habitantes de este lugar estamos a la espera de lo que hagan nuestras autoridades”, dijo el ciudadano Marco Fárez.

Fallas geológicas en el cantón

Al menos cuatro puntos críticos son monitoreados de manera permanente en el cantón Cuenca. El macizo de Nulti, una parte de Paccha, Santa Rosa y el barrio Jaime Roldós, los mismos que registran deslizamientos y movimientos de tierra que incluso han ocasionado la declaratoria de emergencia.

Para el director de Gestión y Riesgos del Municipio de Cuenca, Froilán Salinas, el macizo de Nulti es el que más preocupa, pues según el funcionario es una masa de tierra que tiene constante movimiento y en varias zonas de este sector se ha declarado de uso forestal, “pero el alcance y control de las autoridades no llega a todos y cada uno de los vecinos y ellos continúan construyendo en los sitios que no está permitido”, dijo.

Salinas agregó que desde los años 70 se registran movimientos de masas que ya han destruido varias viviendas en el lugar. “El trabajo que estamos haciendo es delimitar los terrenos, luego realizaremos trabajos de infraestructura sanitaria para garantizar la seguridad de las personas y finalmente se harán los estudios para saber hasta dónde se pueden expandir los habitantes”, indicó.

“Se va a invertir una importante suma de dinero, pero lo más importante es dar seguridad a los habitantes de este sector” acotó.

Los ríos son monitoreados

Según el Director de Gestión y Riegos, en este tema, Cuenca posee una red hídrica muy particular. Señala que dos de los cuatro ríos causan problemas, como es el Tomebamba y el río Machángara, pero los mismos tienen una red de alerta temprana que “avisan” cuando están crecidos.

El Municipio ha pedido a todos las juntas parroquiales que tengan los cauces limpios en época de lluvias. (I)

Los ríos que cruzan por la capital azuaya han aumentado sus caudales en los últimos días a causa de las constantes precipitaciones que se registran. Foto: Fernando Machado / El Telégrafo

Derrumbes
Las fallas no son nuevas
En el sector de Guzho, en el cantón Cuenca, hace algo más de 15 años se registró un movimiento de tierra que afectó las viviendas del lugar. Fueron 20 inmuebles los que se perdieron en este sitio por el fenómeno.

4 sitios son considerados vulnerables debido a los deslaves, sobre todo cuando llueve fuerte.

Crecen caudales de los ríos
Los afluentes son monitoreados una vez iniciada la estación lluviosa. Las autoridades cuentan con un sistema de prealertas.