Ecuador / Viernes, 12 Septiembre 2025

Luis Bermeo, fotógrafo, (en la gráfica), a través de su cámara ha documentado la transformación de Cuenca. En sus 50 años de trabajo vio cómo creció y se modernizó la ciudad. Se inició en 1967 cuando su padre le regaló una pequeña cámara fotográfica de rollo, ya que él por curiosidad entró a estudiar esta especialidad por correspondencia.

Dos años más tarde ganó el premio nacional de fotografía a nivel estudiantil. En ese tiempo se educaba en el colegio Normal Católico y con una imagen que le denominó la Yamalita, tomada en el sector de la parroquia Soldado (Azuay) a una niña recostada en un tronco, obtuvo la mención.

“Fue un premio que recibí en Quito. Mitad libros y mitad dinero”, dijo.

Luego llegó a laborar en Canal 5 de TV en Cuenca, pero en  1983 entró a laborar en la Universidad de Cuenca y concretamente en el Instituto de Investigación de Ciencias Técnicas, llevado por Fernando ‘Corcho’ Cordero, donde permaneció 30 años y hasta alcanzar su jubilación.

En esa media década ha visto cómo la urbe se ha ido transformando, “de una manera rápida, sin perder su belleza”.

También ha sido parte de los cambios tecnológicos, pero no le han asustado, a tal punto que todavía sigue fotografiando la ciudad o por donde se mueva. “Cuenca es una ciudad única e ideal para la fotografía”, indica Luis Bermeo. (I)