Dos fotografías de Juan Antonio Serrano y una cámara fotográfica se colocaron sobre el ataúd del hermano del ministro del Interior, José Serrano, antes de su entierro.

Tras la ceremonia, el cuerpo del cuencano fue sepultado en el cementerio Santa Ana, en las afueras de la ciudad. Serrano, de 34 años, fue asesinado en la madrugada del domingo con una puñalada en la yugular, luego de producirse una riña en casa de uno de sus tíos, mientras festejaban el cumpleaños de un amigo.

Las fotos mostraban el rostro del fotoperiodista y la cámara con la que hizo una infinidad de imágenes en sus 11 años de carrera profesional. El sepelio de Juan Antonio se realizó ayer en el exclusivo cementerio Santa Ana, en una ceremonia familiar a la que asistieron varios ministros de Estado y autoridades de la provincia del Azuay.

El funeral se realizó a las 11:00. El espacio donde se ofició el acto religioso resultó pequeño para la gran cantidad de gente que asistió a la ceremonia. El vicepresidente de la República, Lenín Moreno, llegó para estar junto al secretario de Estado, al igual que varios ministros y también el presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero. El acto duró cerca de una hora.

La familia Serrano pidió que el velorio y el entierro se realice de forma reservada, razón por lo cual no se permitió el ingreso a los camarógrafos de los medios de comunicación.

Horas antes del sepelio, ya en la madrugada del lunes, en la audiencia de formulación de cargos, el juez Tercero de Garantías Penales aceptó la solicitud del fiscal y determinó que 5 de los 6 sospechosos del crimen quedaran detenidos, mientras uno de ellos fue puesto en libertad por no encontrar argumentos para su juzgamiento, ya que, según Xavier Barrera, jefe político del cantón, el joven estaba alcoholizado en uno de los vehículos y no pudo haber participado en  el hecho de sangre. Los detenidos fueron trasladados hasta el centro de rehabilitación social de Cuenca, en donde permanecerán durante 30 días. 

La audiencia se instaló cerca de las 23:00 del domingo y finalizó en las primeras horas de la mañana de ayer con la determinación del juez. El ministro coordinador de Seguridad, Homero Arellano, dijo que las cámaras de videovigilancia fueron claves para identificar a quienes cometieron el delito y capturarlos inmediatamente.

Críticas a funcionarios

Arellano señaló que hay un exceso de consumo de licor en Cuenca y falta de actividades deportivas para erradicar este problema. “Hay suficientes razones para que existan ordenanzas municipales mucho más contundentes para precautelar la paz y la tranquilidad en Cuenca”.

Arellano llamó la atención de algunos funcionarios de la Municipalidad y señaló que quizás no merecen estar en la Alcaldía porque demoran los procesos. “Sé que tenemos más de 50 cámaras nuevas y listas para ser instaladas, pero por falta de postes aún no se lo ha hecho. Eso es tremendo”, dijo el secretario de Estado. Agregó que está en comunicación con el Alcalde para que se tomen acciones al respecto.

Para el Ministro, Cuenca sigue siendo una ciudad tranquila, pero indicó que le preocupa que la violencia se haya enquistado en los jóvenes: “Sabemos que más cámaras y policías no solucionan el problema de seguridad, debemos hacer una reflexión sobre lo que está pasando con la juventud”.

En lo que tiene que ver a la plazoleta de la Merced, uno de los sitios más conflictivos en los últimos tiempos, el funcionario dijo que se debe cumplir con las normas para el expendio de bebidas alcohólicas en ciertos sectores. “Es un tema que hay que erradicar de la sociedad. Hay que ser duros en este sistema para beneficio de todos los ciudadanos”.