En el 2009, el actual alcalde de Cuenca, Paúl Granda, en su campaña electoral, a más de ofrecer a los ciudadanos la construcción de 5 mil viviendas y solucionar en parte el déficit habitacional, hizo la promesa de edificar un tranvía que ponga fin a los problemas del tránsito en la urbe.

Ello  fue visto por muchos sectores como una oferta demagógica, pero al final hizo que los electores le dieran su voto.
¿Qué significa el espaldarazo del gobierno al proyecto?

Es la viabilidad del proyecto. Si no hubiese el espaldarazo, el proyecto financieramente sería inviable.

¿El 80% de apoyo cuánto representa?

No se ha definido el porcentaje, lo importante es que ya no hay un límite al acuerdo inicial que era de 50-50; en lo posterior se discutirá en función de las capacidades que tenga el Municipio de asumir un valor importante para esta construcción.

¿Hay más expectativas ahora?

Hemos venido trabajando intensamente y el Presidente está muy entusiasmado por el proyecto y por todos los beneficios que va a generar, no solamente para Cuenca, sino para la provincia y el país. Este es un proyecto hito, es un proyecto que está a la vanguardia de América Latina, por lo tanto no es un proyecto simple, es un proyecto donde mucha gente a nivel internacional ha puesto sus ojos por toda su importancia.

¿Buscan quebrar al transporte público?

No, de ninguna manera. La apuesta es por el transporte público. Los estudios dicen que en el futuro habrá más viajeros en el transporte y por lo tanto ellos tendrán mayores ingresos.

¿Los $0.25 de costo por pasaje será suficiente para sostener el proyecto?

No es suficiente, pero hemos trabajado sobre ese escenario y en la línea de seguir subsidiando el tranvía, sin embargo, la tarifa en algún momento se volverá a discutir, pero no sabemos cuándo.

¿Hay un espaldarazo político?

No estoy trabajando en capitalizaciones políticas. Sería un egoísmo que a dos años de las elecciones seccionales esté pensando en un interés particular.