Todo fue sorpresa. En el sector de Turi ninguno de sus  habitantes  esperaba que ayer la maquinaria del consorcio del mismo nombre entrara a los predios del sitio conocido como La Playa para iniciar los trabajos de construcción del nuevo centro de rehabilitación de Cuenca.

Desde las 08:00 militares y policias ocuparon puestos estratégicos en la zona. La situación era tensa. Una avanzada de agentes, en medio del frío y una pequeña llovizna, inspeccionó el sitio y abrió paso para que buses y vehículos llenos de policías se tomen el lugar.

Doscientos uniformados llegaron  para resguardar el ingreso de la maquinaría. El rumor de su presencia comenzó a correrse por la zona, mientras cuatro vehículos pesados llegaban al sitio custodiados por decenas de miembros del Grupo de Intervención y Rescate (GIR).

Desde lo alto de la montaña, Gladys Dután gritaba en contra de las autoridades pidiendo que no se contruya allí la nueva cárcel. “Los estudios dicen que es zona arqueológica”, dijo la mujer, mientras más personas iban llegando al lugar para impedir los trabajos.

Dután dijo desconocer los beneficios que  puede brindar la construcción del centro carcelario. La incertidumbre aumentaba en el lugar a medida que transcurrían  los minutos.

Unos cien militares esperaban órdenes en lo alto de la montaña, mientras el comandante de Policía Azuay Nº 6, Lenín Bolaños, trataba de calmar los ánimos de varios de los manifestantes, entre ellos muchas mujeres que, armadas de palos, trataban de agredir a los maquinistas y también a los uniformados.

Dos personas fueron detenidas por agresión a la fuerza pública y llevadas al Centro de Detención Provisional (CDP) en medio de los reclamos y el lanzamiento de piedras a los vehículos de la entidad policial. 

Pese a los gritos, los trabajos se iniciaron. El consorcio Turi, con su maquinaria, removió la tierra en el lugar. Un representante de la empresa, que pidió la reserva de su nombre por seguridad, dijo que la primera fase contempla la construcción de plataformas. 

La segunda, en cambio, es para construir una vía de 5 kilómetros; y en la tercera se edificarán los pabellones en 8 bloques. Para terminar las plataformas tienen  3 meses, mientras que para la construcción de la vía, 6 meses; y para  los edificios, un año.

Son 8 hectáreas donde será levantado el centro de rehabilitación, el cual está destinado tanto para varones como para mujeres. El costo total de la obra, que es financiada por el Gobierno Nacional, es de $ 25 millones. Para el gobernador de la provincia, Humberto Cordero, no puede postergarse la construcción por la oposición de un grupo de personas.

“La ciudad y la región necesitan un centro de rehabilitación. Existe mucho hacinamiento en el actual”, dijo, sin descartar el diálogo con los moradores para explicar lo que se va a edificar y los servicios que pueden tener  los habitantes de este sector.

El alcalde Paúl Granda expresó que, para llegar a esta parte del proceso de construcción, se han efectuado 29 estudios que implican todo lo ambiental, arqueológico, arquitectónico y manejo de suelos. Cree que si se busca una verdadera rehabilitación y seguridad, es necesario tener espacios adecuados.

Paralelamente al centro -anunció- se desarrollarán obras complementarias, como la construcción de un sistema de agua potable y alcantarillado, mantenimiento vial y mejoramiento de las escuelas.

Las autoridades dijeron que la vigilancia será permanente para proteger la maquinaria y que la obra termine en los plazos previstos. “Hemos tenido más de 30 socializaciones con los moradores para que comprendan los beneficios”, aseguró el alcalde.