Llenas de nostalgia, miles de personas llegaron desde temprano al cementerio General de Machala, para visitar a sus seres queridos.

Cantos y rezos llevaron los deudos a cada una de las tumbas, pero también hubo momentos de tristeza. Algunos aprovecharon la fecha y el lugar para reencontrarse con otros familiares. Ayer con dos misas campales los allegados de los finados se agruparon a las afueras del camposanto para escuchar la ceremonia dirigida por el obispo Oscar Tinoco.

A las 10:00, unas 2.000 personas participaron en la ceremonia. En la noche, a las 20:00, también hubo otra eucaristía a cargo del obispo de Machala, Hermenegildo Torres, actual encargado de la diócesis del cantón. Allí la presencia fue masiva como en todos los años, los organizadores calcularon que al menos unas 4.000 personas escucharon la misa.

Algunos ciudadanos arreglaron las tumbas por la mañana. La familia Chávez Pezo  fue una de las que llegó   temprano al panteón, pues aseguran que este día (2 de noviembre) se lo dedican a sus seres queridos que ya fallecieron.

Muchos llegaron desde otros cantones para visitar una vez al año a sus deudos, otros, en cambio, continuamente lo hacen para demostrarles que están presentes y que merecen el cuidado y atención que recibieron cuando estaban vivos.

Iván Chávez fue una de las personas que arribó desde Guayaquil para visitar a sus dos abuelos y un tío. Aunque su vida la tiene hecha en  el puerto principal, no se olvida que tiene seres queridos en Machala. “Yo me crié con mi tío, lo que soy ahora le debo a él, por eso vengo todos los años a visitarlo, aunque ya vivo más de 10 años en la capital del Guayas”, dijo. María Guerra, una joven estudiante, llegó al camposanto con el fin de visitar a su madre que hace menos de 1 año dejó de existir.

Ella con una oración muy personal que la traía impresa le rezaba frente a su tumba y le hacía muchas promesas. “Lamentablemente perdí a mi mamá el año pasado, pero antes de morir le prometí que iba a ser una persona profesional y eso es lo que le estoy cumpliendo”, expresó la muchacha, quien nostálgica aseguró que se quedaría hasta que el cementerio cierre sus puertas.

Personal del Cuerpo de Bomberos, Defensa Civil y voluntarios de la Municipalidad  instalaron carpas fuera del lugar para atender emergencias, entre ellas que los menores de edad se separen de sus padres.

Además para recomendar el buen uso de las velas. Ayer una pequeña se quemó las manos en los exteriores del Cementerio General en un puesto ambulante de comidas.

Al parecer, la madre aprovecha las fechas de feriado para vender papitas con pollo a un costado del panteón y en un descuido la niña sufrió el percance. La menor de inmediato fue trasladada a una casa de salud para brindarles primeros auxilios.

Subió valor de la colada

Ayer la gente que gusta de la colada morada se quejaba por el alza de esta bebida. En comparación con el año pasado ha subido $ 0,50 más. En Machala no es fácil encontrar un lugar para  servirse la bebida. 

Sofía Becerra, quien vende la colada hace más de 10 años afuera del cementerio, dijo que el año pasado vendía una olla de 10 litros en la mañana y otra en la tarde a $ 1 el vaso grande con una guagua de pan. “No quieren pagar $ 1,50 a pesar de que todo se ha encarecido, así que la seguimos vendiendo a $ 1”, acotó.