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La tecnología desplazó a los fotógrafos de cajón en Machala
La fotografía se ha vuelto casi esencial en la vida de las personas. Aunque muchas no tengan conocimientos técnicos sobre el tema, grandes y pequeños utilizan sus celulares para captar imágenes.
Por ejemplo Ana García, una estudiante del colegio Simón Bolívar, en la provincia de El Oro, pide a sus amigas que posen para una foto. Todas sonríen.
El teléfono celular de Ana es un aliado a la hora de registrar momentos importantes con sus amigos.
La cámara del móvil es de 12 megapixeles y le permite tomar fotografías nítidas.
La era digital terminó con el oficio de los viejos fotógrafos en la ciudad. A estos empíricos se les llamaba de ‘cajón’ por el tipo de cámaras que utilizaban y que les permitían revelar las fotografías en cuestión de minutos.
Muchas veces ellos fabricaban sus equipos de trabajo. El cajón es una cámara compuesta por un cofre cerrado de madera que contenía en su interior un objetivo, papel de impresión y químicos para revelado.
En su “época de oro” (1960-1999), hasta 20 fotógrafos ocupaban los parques de Machala, principalmente el Central, el Colón y el de La Madre. Pese a que trataron de adaptarse al uso de los equipos digitales, no fue posible para todos y solo unos pocos lo lograron.
Carlos Cedeño es uno de los 2 fotógrafos que se mantienen en el parque Central de Machala. Tuvo que acoplarse a las nuevas tecnologías para mantener su trabajo.
Los clientes dejaron de buscarlo desde hace ya 8 años.
Klinton Sánchez, fotógrafo profesional, que bordea los 70 años, tiene amplia experiencia en el campo. Vivió de cerca los cambios y la evolución de la fotografía. Esta profesión se convirtió en una oportunidad de trabajo para él hace 40 años, tras ser despedido de un empleo.
Desde aquel momento aprendió a manejar una cámara fotográfica de la época. ‘Los Escobar de Guayaquil’ le enseñaron el oficio y luego se convirtió en uno de los pioneros en la fotografía de la capital orense.
Así como otros fotógrafos, Sánchez tuvo que adaptarse al avance de las nuevas técnicas, no solo adquiriendo equipos para captar las imágenes sino también capacitándose para mejorar su labor.
“Antes íbamos al domicilio de las personas para entregar las fotos, ahora se imprimen y reparten en el momento”.
En cambio, los propietarios de los laboratorios fotográficos de Machala señalan que las impresiones de imágenes desde los celulares de los jóvenes se han incrementado en un 70%.
Pablo Flores, dueño de uno de los laboratorios de revelado, indica que un promedio de 10 y 15 jóvenes llega diariamente a imprimir fotos. Solo en su local se plasman entre 100 y 150 imágenes al día.
Una encuesta de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), señala que el 16,9% (1’261 944) de las personas de 5 años en adelante posee un teléfono inteligente.
Ante esto, los fotógrafos profesionales aseguran que se están quedando rezagados, porque ahora hay menos interesados en contratar un fotógrafo para actos sociales como bautizos, graduaciones, cumpleaños y matrimonios, en los cuales solían ser los más solicitados para captar las imágenes del recuerdo. (I)