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Los promotores de la revolución iniciaron la revuelta el 15 de diciembre
Jóvenes de Cuenca, en 1869, se rebelaron en contra de García Moreno
Cuando los jóvenes consideraron que era imposible continuar con el sistema autoritario del gobierno y que había que mostrar su oposición, decidieron —con total disposición al sacrificio— tomarse el cuartel militar y tomar presas a las más altas autoridades: el Gobernador y el Jefe Político, entre otros.
Los jóvenes promotores de la revolución de Cuenca iniciaron su revuelta el 15 de diciembre de 1869, en “forma intempestiva y temeraria” actuaron bajo el lema de las libertades, pero sin considerar las consecuencias de luchar contra el régimen.
En el proceso judicial que se les siguió se conoce que fueron los promotores de la revolución los siguientes jóvenes: Manuel Ignacio Aguilar, Cayetano Moreno, Antonio y Manuel M. Banegas, Vicente Heredia, Francisco Ramírez, Avelino Palomeque, Gregorio Uzhca, Hilario Suárez, Mariano Bacuilima y Jerónimo Merchán, pero, de acuerdo con el Dr. Antonio Borrero Vega, que estudió el caso, además de los procesados también actuaron en esa rebelión los siguientes jóvenes estudiantes: Rafael y Jerónimo Torres, Juan Bautista Dávila, Carlos Joaquín y Antonio Córdova, Luis y Joaquín Vega, José María Borrero, Adolfo y Darío Lozano, Abel Landívar, José María Heredia, Mariano Mera, Federico Andrade y otros.
Triunfantes en su revolución se tomaron la plaza y enviaron emisarios al Cañar para conseguir apoyo a su propuesta, pero el triunfo duró apenas pocas horas, porque desde Azogues llegaron tropas que tomaron presos a los rebeldes.
El fusilamiento del Gobernador Ordóñez
Cuando tomaron preso al gobernador Ordóñez, los jóvenes revoltosos intentaron fusilarlo, tomaron las armas del cuartel y decidieron ejecutarlo en la plaza principal; para suerte del gobernador, las heridas no fueron graves y salvó su vida. Inmediatamente al enterarse, el presidente García Moreno ordenó el uso de facultades extraordinarias y que se reuniese de inmediato un Consejo de Guerra Verbal para el ejemplar juzgamiento y castigo de los jóvenes y obreros como reos de Estado.
Las palabras del mismo gobernador Ordoñez en un informe que envía al Gobierno, describen el suceso: Los rebeldes habían penetrado en la casa de Gobierno, y “subiendo varios de ellos, me encontraron en el corredor, en un punto inmediato a la grada, me intimidaron con la orden de prisión, haciéndome preguntas uno de ellos… que si yo era el Gobernador de la Provincia.
Preso yo en el Gabinete y custodiado por centinelas… me pusieron grillos”, por órdenes de uno de los jóvenes los grillos fueron remachados por un herrero, luego fue puesto preso en la prisión del Juzgado de Comercio, donde pasó la noche del día 15 de diciembre, al día siguiente fue llevado a la plaza y colocado en el puente de la entrada a la casa de Gobierno, 3 de los jóvenes dispararon sus rifles, quedó herido pero no muerto. Según palabras del mismo Gobernador, los más activos fueron Aguilar, los Torres, los Lozano, especialmente Adolfo, considerados los cabecillas.
El Consejo de Guerra y Juicio
El primero de enero de 1870 en el Convento de San Agustín, que servía de Cuartel a la Columna Azuaya, se llevó a cabo el Consejo de Guerra verbal, presidido por el Comandante Ramón Pesántez, con oficiales y Jefes.
A partir de las aseveraciones de los testigos, se sabe que las razones presentadas por los rebeldes fueron entre otras: “Abajo la tiranía, abajo el despotismo, abajo García Moreno”. Entre las ideas que se esgrimieron en la defensa está la presentada por Manuel Ignacio Aguilar, quién decía: “que él no se había comprometido para asesinar a nadie, y que su compromiso se había limitado a cambiar por medio de la revolución el personal de los empleados.
Muchos pidieron que el Consejo de Guerra no fuera considerado competente y no siguiera la causa, el propio Gobernador del Azuay pidió indulto para los insurgentes y decidió perdonarlos, pero al presidente García Moreno no le pareció ni oportuna ni consecuente la declaratoria de incompetencia del Consejo de Guerra y siguió buscando el escarmiento de los jóvenes revolucionarios, así que mandó que se instituyera un nuevo tribunal con personas que estaban dispuestas a acatar su voluntad.
Un nuevo Consejo de Guerra sentenció a muerte a los jóvenes Manuel Ignacio Aguilar, Vicente Heredia y Cayetano Moreno, pena que se cumplió en la plaza mayor de Cuenca, hoy parque Calderón, el 4 de febrero de 1870, otros fueron llevados presos a Quito y continuaron las persecuciones, hasta que muchos de ellos optaron por el destierro voluntario o se ocultaron. Años más tarde, la causa seguía abierta, pero no había voluntad política de parte de las autoridades de Cuenca, para seguir en la persecución y condena de los jóvenes.
El padre de uno de los complotados, Ministro Juez en el año de 1876, en defensa de su hijo afirmó: “éste fue un acto de imprevisión juvenil, no fue ni es un delito”, puesto que habían tratado, únicamente de restablecer el Gobierno legítimo del doctor Javier Espinoza, que desapareció mediante la inicua revolución acaudillada por el doctor Gabriel García Moreno, y apoyada por los empleados y funcionarios públicos de esta provincia. El juicio finalmente fue archivado y suspendido en julio 27 de 1876. (F)
Jóvenes se apoderaron del cuartel
La Constitución de 1869, la 'Carta Negra'
La octava Constitución Política del Ecuador, llamada la ‘Carta Negra’ por todos los adversarios del presidente Gabriel García Moreno, denotaba el abuso de poder y la limitación de las libertades, la necesidad de ser católico para poder ser ciudadano, las formas con las que llegara a la Presidencia en el año de 1869 García Moreno, así como la prepotencia de su gobierno y sus gobernadores, llevaron a que los jóvenes, los estudiantes y los obreros en Cuenca, consideraran desconocer al gobierno y reclamar por el gobierno legítimo de Javier Espinosa.
Pocos meses después de la posesión en Quito, un grupo de jóvenes en Cuenca trataron bajo el grito de: “¡Viva la libertad!”, “¡muera el despotismo!”, mostrar su posición contra el autoritario García Moreno, así que se apoderaron del Cuartel Militar en Cuenca y aprisionaron al Gobernador de la Provincia, don Carlos Ordóñez Lasso, así como a varias autoridades locales, como el Jefe Político doctor Juan Bautista Vázquez proclamando su rebelión contra el Gobierno. El gobernador del Azuay, don Carlos Ordóñez Lasso, propietario y miembro de la élite económica de la ciudad de Cuenca, muy amigo y partidario de García Moreno, según sus biógrafos, secundaba las obras del Presidente en especial la carretera Cuenca-Molleturo-Naranjal, antiguo camino que unía Cuenca con Guayaquil, y que era el sueño de los cuencanos para mejorar las condiciones de transporte. (O)