La fiesta del Señor de Girón se ha convertido en uno de los acontecimientos más importantes, no solo para los habitantes del cantón azuayo -situado a 49 kilómetros de Cuenca-, sino también para los turistas nacionales.

La fiesta, también conocida como de los toros, se transforma en el imán para atraer a una buena parte de sus “hijos” que llegan al cantón luego de pasar  varios años en los Estados Unidos.

Ayer desde las 04:00 la casa de Manuel Zumba y Rosa Inga se convirtió en el centro de atención. Los dueños de casa y los vecinos se levantaron temprano para iniciar la fiesta en honor al Señor de Girón. Los juegos pirotécnicos alumbraban el oscuro amanecer y el camino de tierra que llevaba hasta el sector de Sula, desde el centro de este cantón. “Que viva el Señor de Girón”, gritaban al interior de la vivienda, mientras la banda de músicos, llamada “Centenario”, ponía a bailar a los priostes, entre ellos, a Fabián Zhinín y a su madre, Tránsito Pauta, priostes del año 2012.

En la entrada los baldes de café y las canastas de pan eran repartidos a las personas que llegaban a la vivienda. Poco a poco se veía la claridad del nuevo día, mientras los priostes, con la botella de licor en mano, brindaban los canelazos o el licor con cola a los invitados.

A eso de las 06:00 y con los primeros rayos de luz, los priostes del año 2011 salieron hacía un espacio verde. Allí estaba Manuel Zumba que llegó exclusivamente para estas fiestas desde Nueva York, donde vive hace 23 años con su familia.

El hombre dijo que trabaja como chofer, pero que el Señor de Girón lo ha ayudado mucho y en  agradecimiento él ahora organiza la fiesta durante 8 días, “pero el señorcito también me ayudó a conseguir los papeles y ahora soy una persona que vivo en los Estados Unidos con todo los documentos”, dijo, mientras las bandas de pueblo no dejan de entonar música ecuatoriana para que bailen festejando al Señor de Girón o conocido también como El Señor de las Aguas.

A un costado estaban 8 jovencitas, a las que llaman platilleras, son chicas que durante los 8 días acompañarán a los priostes y se encargan de llevar los adornos y bailar con los invitados.

Según los mismos priostes estas fiestas no dejan de costar entre 20.000 y 30.000 dólares, dinero que es ahorrado por los emigrantes que residen en Estados Unidos.

La imagen del Señor de Girón es venerada en todos los lugares, para todos es una imagen milagrosa. “Queríamos un poquito de agua y vea ya tenemos, ya cayó la lluvia”, dijo Manuel Espinoza, un habitante que llegó para el festejo.

Tras tomar el cetro de mando, Fabián Zhinín, prioste de este año, junto con su madre, recorría el lugar brindando una copa de licor como muestra de agradecimiento y apoyo que ha recibido.

El Fiesta Alcalde, como se conoce también al prioste, no dejaba un momento su bastón de mando, “si lo pierde, o abandona, tiene una fuerte multa”, dijo Carmen Regalado, quien estaba en el lugar. Sin embargo, el prioste principal   puede encargar su bastón a su madre o a su hermano, pero por breves momentos.

Una corrida, pero sin matanza

A eso de las 09:00 se entregaron 6 animales (toros) a los priostes como regalo, cada toro tenía un promedio de   1.400 dólares y posteriormente hubo la gran corrida.

Los toros fueron sueltos en el “ruedo” que no era más que un improvisado patio, donde la gente corría tratando de agarrar al animal. Encima de ellos se subía el líder del grupo, ya que los animales estaban destinados para los priostes, autoridades, también para las platilleras y otro para el público.