Para Ricardo Tello Carrión, catedrático universitario, editorialista y amante del parapente, el periodismo y el deporte viven dentro de él con  la misma intensidad y  la pasión.

Desde adolescente  ya hacía sus travesuras “lanzándose al vacío” y quería volar como un colibrí, al igual que su padre, Vicente Tello, un destacado deportista de Alas Delta de la provincia del Azuay, pero su progenitor siempre se opuso para que Ricardo no asuma este deporte por los peligros que el mismo conlleva.

Recién el 4 de octubre del 2015, Tello “rompió” ese anhelo represado y voló desde la montaña denominada “Cabeza de Perro” en el cantón Paute. Un mes después tuvo una lesión en su pierna derecha, pero regresó a la montaña un 28 de diciembre del mismo año para seguir con su actividad que es el parapente.

Desde entonces Ricardo Tello ha compaginado, el periodismo (editorialista), la cátedra en la Escuela de Comunicación de la Universidad de Cuenca y el deporte. Viajó a Perú y sobrevoló las líneas de Nazca y desde allí lleva un tatuaje en su hombro izquierdo de un colibrí, igual esta ave está plasmada en la vela de su parapente.

Tello ha registrado un récord en la provincia que es volar desde el cantón Paute hasta Gualaceo, dos cantones que están frente a frente en la parte oriental del Azuay.

Lleva dos competencias internacionales, la última hizo en Cali-Colombia y ahora se apresta a viajar a San Diego-California por invitación de la universidad de ese estado, pero no va  solo, en sus hombros lleva su mochila con el parapente. (I)