“No hay como estar en mi país. Y cuando estás en tu propia tierra, bailas, juegas y comes a tu gusto”, dijo ayer Carlos Juela, quien llegó al Ecuador hace poco, tras 12 años en los Estados Unidos.

El migrante logró obtener sus papeles el año anterior y lo primero que hizo fue planificar un viaje a su ‘querido cantón Gualaceo’, en donde vive la mayor parte de su familia. Así como Carlos, muchos ciudadanos nacionales y extranjeros han llegado para festejar el tradicional carnaval de esa zona del país.

Cecilia Pacheco, quien vive en Quito pero nació en ese cantón azuayo, dijo que los carnavales han cambiado mucho en su tierra. “Antes eran muy familiares. Me acuerdo que nos reuníamos cada día donde un familiar cercano, matábamos un chancho y todos disfrutábamos. Ahora se han unido los desfiles y los grandes shows”.

Hace unos 10 años los carnavales se asentaron en los cantones orientales: Paute, Gualaceo, Sigsig, Chordeleg y ahora también en Guachapala, Sevilla de Oro y El Pan, donde las autoridades han apostado con ello para atraer turistas.

Cada año llegan a esos sectores alrededor de 200 mil personas y este no fue la excepción. Las playas del río Santa Bárbara, Zhingate y las orillas del río Paute recibieron a los visitantes.

A la altura de Gualaceo, las riberas del Paute estuvieron llenas de gente que desde muy temprano jugó carnaval en sus frías aguas, sin que importara el clima (este lunes cayó lluvia tanto en Cuenca como en otros sectores de la provincia).

“Nuestra intención es fomentar el turismo, hacer que estos sectores sean los reductos permanentes para que lleguen los visitantes de distintas partes del Ecuador y del extranjero”, dijo el gobernador de la provincia, Juan Cristóbal Lloret.

En Gualaceo, la fiesta del carnaval estuvo matizada con danzas, bailes folclóricos, música y mucha espuma carnavalera. Grupos de baile de la provincia del Guayas y Azuay desfilaron y llenaron de color las calles de la ciudad. “Es una verdadera fiesta la que se vive, donde los ciudadanos se olvidan de las preocupaciones”, comentó el alcalde de Gualaceo, Juan Diego Bustos.

Pero no solo el desfile llamó la atención de los visitantes, provenientes en buen número de las provincias de El Oro, Guayas y Loja; hubo presentaciones artísticas en las que participaron La Sonora Dinamita, Alberto Barros y la India Meliyará, todos de Colombia, quienes con sus actuaciones pusieron a bailar a la gente.

“Ya es tradición llegar acá con mi familia. Todos los años venimos para comer el hornadito y saborear los ricos dulces”, dijo Freddy Zúñiga. El hombre se quejó de que los agentes de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) estuvieron muy exigentes y reiterativos a lo largo del trayecto en la revisión de documentos y el estado de las llantas.

En Paute y el cantón Sigsig la fiesta no fue menor. En el primero de esos cantones, los grupos de comparsas hicieron el deleite de los turistas que se congregaron en el centro de la ciudad. Las playas se llenaron, pues muchos visitantes  llegaron con sus carpas y alimentos para ‘adueñarse’ de un buen espacio para poder disfrutar del carnaval. El río Paute ayudó en este punto, pues su caudal no revestía peligro para quienes se bañaban en sus aguas.

En Sigsig, las playas de Zhingate se llenaron de turistas puesto que a ese lugar estaba prevista la llegada de una de las mejores orquestas colombianas de la actualidad, dirigida por el músico Alberto Barros. (I)

Las orillas del río Santa Bárbara sirvieron para que los visitantes jueguen el tradicional carnaval. El poco caudal ofreció seguridad a los bañistas. Foto: Fernando Machado/ El Telégrafo