Por la presencia de vasos ceremoniales, silbatos, compoteras y otros vestigios arqueológicos localizados en este sector, se puede afirmar que durante el período de Desarrollo Regional, la cultura Tacalshapa Cañari habitó estos territorios, poco tiempo después con la conquista Inca, estos últimos utilizaron el lugar como un sitio de asentamiento principal para expandir su imperio.

Durante la Colonia, los cantones de la actual provincia del Azuay tenían diversas funciones dependiendo de los recursos naturales y humanos que ofrecían estos territorios. En el caso del cantón El Pan, la minería fue quizá la principal actividad económica, incluso ya entrada la época Republicana. Según registros históricos locales, en el año de1824 se envió indígenas para la construcción de la carretera a Naranjal por los páramos de Molleturo, anotándose la denominación de los indios conciertos. Los denominados indios conciertos, es decir varios de los pobladores de los cantones orientales del Azuay que participaron activamente en la construcción de puentes y carreteras, consiguieron la eliminación de su condición en la administración de Alfredo Baquerizo Moreno, quien gobernó el país desde 1916 hasta 1920.

La participación de los pobladores de El Pan en la construcción de infraestructura moderna que conectaría a su territorio con grandes ciudades como Cuenca, representó un momento histórico importante para el cantón. En este sentido, podemos mencionar 2 hechos trascendentales: el primero fue la construcción del puente de Machángara que une esta localidad con Cuenca y, el segundo, la construcción del puente de Chicty en 1834, con el apoyo de los cantones Paute y Guachapala.

Muy poco se conoce sobre la relación que existió entre el cantón El Pan y la explotación y comercialización de la cascarilla a mediados del siglo XX, usada para el tratamiento de la malaria, durante la Segunda Guerra Mundial. Los pobladores de los actuales cantones del Pan y Sevilla de Oro viajaban a lomo de mula durante varios días hacia las provincias de Morona Santiago y Zamora Chinchipe para obtener la famosa cascarilla. Este producto era transportado por los arrieros en sus acémilas hacia el Pan, en donde era guardado para luego ser llevado a Cuenca y, finalmente, vendido a los países europeos que participaban en la Segunda Guerra Mundial; esta actividad duró 3 años, hasta el fin de la guerra.

Es importante recalcar que el cantón El Pan fue parroquia rural tanto del cantón Gualaceo como del cantón Paute; sin embargo, en el año de 1907 El Pan pasa a formar parte de Paute, debido a la conexión vial con este último cantón. Finalmente, el 10 de agosto de 1992, en la presidencia del Arq, Sixto Durán Ballén, El Pan pasa a ser declarado y reconocido como Cantón.

Las fiestas tradicionales se mantienen vivas en el mes de enero con la fiesta de El Señor del Pan de gran convocatoria, y la de San José en marzo. Así como el Carnaval.

El Patrimonio Alimentario en el cantón El Pan

El Ministerio Coordinador de Cultura y Patrimonio define al patrimonio alimentario como el valor cultural inherente y añadido por el ser humano, mediante el cultivo y preparación de los alimentos, tanto en la cotidianidad como en fechas u ocasiones especiales. La gastronomía juega uno de los papeles más importantes durante la celebración de las fiestas populares ecuatorianas, es un elemento clave a la hora de distinguir un evento de otro.

En el caso del cantón El Pan existe una amplia y diversa cocina patrimonial que se ha mantenido viva durante siglos gracias a la transmisión oral del conocimiento ancestral de sus mujeres. Entre los principales platos podemos mencionar algunos elaborados a base de maíz como los chachis, y diversos tipos de tortillas, además de los 2 tipos de pan: el pan tradicional y el mollete hecho a base de harina de maíz y cuya contextura y sabor dista mucho del pan común. Pero existen otros platos que tan solo se pueden disfrutar en este cantón y que resaltan el patrimonio gastronómico de esta localidad, entre estos platos podemos mencionar al delicioso dulce de porotos.

Después de un viaje de aproximadamente 2 horas desde Cuenca, la parroquia San Vicente del cantón El Pan nos recibió con una serie de pequeñas casas de adobe que dejaban salir el olor característico del pan recién horneado. Durante nuestro recorrido, la señora Isabel Espinoza, dejando a un lado sus labores cotidianas, nos compartió a breves rasgos cuál es el proceso para elaborar este delicioso dulce.

La preparación consiste en hervir el poroto, algunas personas, según Doña Isabel, primero sancochan el poroto y lo ponen en agua y al día siguiente lo pelan, otros pelan el poroto con ceniza como cuando se pela el maíz. Una vez pelado y lavado el poroto hasta el punto de quedar blanco, incluso mucho más blanco que el mote, se cocina hasta que presente la textura de una colada. Se cierne este líquido en un cedazo y se lo pone en una paila junto con leche, panela, canela y pimienta dulce. Una vez puestos estos ingredientes en la paila, se debe mezclar constantemente hasta que dé punto. Todo este proceso dura aproximadamente 2 horas y es un plato que se elabora generalmente para Carnaval.

Doña Isabel aún recuerda que durante su niñez observaba a escondidas a su abuela y a su mamá elaborar este y otros platos, que ahora muy pocas veces se preparan. Después de probar este exquisito dulce acompañado de los famosos y grandes molletes, nos despedimos, hasta pronto, de El Pan, un cantón pequeño en extensión pero enorme en cultura y patrimonio.

Pronto, cuando las investigaciones avancen, podremos contarles un poco más acerca de la vida de sus habitantes, sus tradiciones y sus tesoros.