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El Telégrafo
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Este parque nacional tiene varios reconocimientos mundiales, entre ellos: sitio Ramsar de Humedales (2002), Áreas de importancia para la conservación de aves (2003) y Reserva de Biosfera (2013)

El Cajas, un esfuerzo de conservación

La laguna de Llaviuco tiene una capacidad para recibir a 114 personas por día. Por este lugar se puede realizar una caminata para avistamiento de varias especies de aves como el tucán andino. Fotos: Diana Vera / El Telégrafo
La laguna de Llaviuco tiene una capacidad para recibir a 114 personas por día. Por este lugar se puede realizar una caminata para avistamiento de varias especies de aves como el tucán andino. Fotos: Diana Vera / El Telégrafo
06 de septiembre de 2015 - 00:00 - Diana Vera López

La pesca de truchas se ha convertido en una actividad común en el Parque Nacional Cajas (PNC), área protegida de 28.544 hectáreas.

La principal característica del Cajas es su riqueza hídrica, pues está representada por 235 lagunas permanentes e innumerables cuerpos de agua.  

Se ha convertido en lugar favorable para la pesca deportiva, ya que en sus aguas se pueden encontrar truchas, la especie piscícola más importante del parque, que fue introducida por los años sesenta.  

Este pez es considerado una especie invasora y voraz. En el caso del PNC estaría causando algún efecto sobre la población de anfibios. “Casi el 50% de anfibios que existían hace 10 años están extintos y una de las causas podría ser la trucha, porque se comen los huevecillos eliminando la posibilidad de que estos (los anfibios) se reproduzcan”, dijo Adriana Ortega, guía naturalista.

La especie nativa de esta zona es la preñadilla, también conocida como bagre de río. Paúl Vintimilla, administrador de Áreas Protegidas de Etapa EP, empresa que está a cargo del manejo del Cajas, expresó que esta especie está en una fase de extinción justamente por la depredación de la trucha. Además, según Vintimilla, una vez cumplido el ciclo de vida de este pez, al descomponerse pueden acelerar el proceso de eutrofización (acumulación de residuos) en las lagunas.

Estas afecciones, dijo el administrador, aún no están totalmente comprobadas y es por ello que se planea realizar estudios a profundidad para determinar la dimensión del problema. “No es una situación extrema pero sí es un tema de interés para los técnicos y científicos de llegar a estudios más profundos sobre la presencia de la trucha”, comentó.

En el Cajas, declarado Parque Nacional en junio de 1996, también se evidencia la presencia de ganado vacuno. De acuerdo con un censo realizado por la empresa, en el área protegida pastorean unas 300 cabezas.  

Etapa invierte alrededor de $ 2 millones en la conservación de las áreas protegidas de la capital azuaya.

Vintimilla indicó que este número es poco para el nivel de hectáreas que comprenden el parque, sin embargo, su tenencia está prohibida.

La compactación del suelo causada por el pisoteo del ganado hace que el pajonal no pueda recuperar su estado natural, esa es una de las alteraciones causadas por su presencia. Estos animales son de gente que vive en las 9 comunidades aledañas al parque. Frente a esto, según el funcionario, han iniciado procesos de socialización y anunció que desde el próximo año comenzarán con el retiro del ganado con la ayuda de la Gobernación.

Asimismo dijo que la presencia de los bovinos no ha generado problemas de grave repercusión, debido a que no se encuentran en un solo lugar, sino que permanecen recorriendo ciertas áreas lo que minimiza el impacto.  

Otra de las especies que ha sido introducida al Parque Nacional, son las llamas. Esta especie es compatible con el área y por el tipo de pezuñas no causa daños al suelo. Etapa las introdujo por aspectos paisajísticos y turísticos.  

El Parque Nacional Cajas, según Fernando Juela, técnico del Ministerio del Ambiente, es una de las áreas protegidas mejor conservadas a escala nacional y esto se evidencia a través de indicadores de conservación, entre ellos, la presencia de animales que aparentemente se habían extinguido en el área.   

Desde hace 4 años se realizan investigaciones a través de cámaras-trampa. Gracias a las filmaciones se ha podido observar la presencia de osos de anteojos, tigrillos, pumas, y venados.  

Otro indicador, según Vintimilla, es el estado de las lagunas: “Mantienen sus espejos de agua y que en ciertas épocas del año disminuyan su caudal es normal”, dijo.  

25 guardaparques están encargados del control y vigilancia del área, que inicialmente era considerada como Área de Recreación.

Etapa maneja un programa de monitoreo y control de recursos hídricos a través de estaciones. Actualmente existen 60 estaciones de monitoreo, donde se toman muestras de agua y periódicamente se hacen análisis físicos y químicos. “Los parámetros nos indican que el agua cruda que se mantiene en todo el sistema lacustre del parque está en un estado óptimo”, acotó.  

Otra de las medidas implementadas en el parque para precautelar su estado, son límites de capacidad de carga turística. Se elaboraron análisis técnicos para encontrar el número de visitantes que podrían estar en un mismo espacio, en un día.  

Por ejemplo, en el sector de Llaviuco, el número óptimo de visitas es de 114 personas, mientras que en la laguna La Toreadora (una de las más visitadas) es para 92 personas.    

Circulación vehicular

La vía Cuenca-Molleturo-El Empalme, que atraviesa el PNC, también representa una amenaza para la zona. Por esta carretera circulan anualmente 1.200.000 vehículos entre livianos y pesados.

Está prohibido, por este sitio, el traslado de más de 60 sustancias tóxicas que podrían generar polución. Además de la contaminación atmosférica (de la que no se han hecho estudios concluyentes aún) otra de las principales preocupaciones son los accidentes de tránsitos.  

Vintimilla expresó que semanalmente se registran de 2 a 3 eventualidades. “Y cuando hay estos accidentes, existen derrames de combustible, aceites que pueden llegar a las lagunas”, indicó. (I)

DATOS

El 94% de la superficie del Parque Nacional Cajas corresponde al ecosistema de páramo; el 2%, a bosques nativos; el 1%, a vegetación arbustiva y el 3% a humedales.

En esta área protegida nacen 2 de los 4 ríos que atraviesan la capital azuaya: el Tomebamaba y el Yanucay. De acuerdo con Etapa, esta zona natural abastece de agua a casi el 60% de la población de Cuenca.

Se han identificado 15 especies de anfibios, 5 de reptiles, 151 especies de aves y 43 de mamíferos. Se han registrado 16 especies endémicas de flora y 19 de fauna (el ratón de agua).

Su nombre proviene de la palabra kichwa caxas que quiere decir frío. Existe otra versión de que su nombre viene por la apariencia producida por su tipo de formación geológica, que forma ‘cajas’ en las cuales se encuentran las lagunas. (I)

El Parque Nacional Cajas tiene un origen glaciar. En el tiempo en el que se derritieron los glaciares en las elevaciones se labraron los valles en forma de ‘U’.

Un espacio para la investigación científica

Son una serie de investigaciones (alrededor de 10) en temas de manejo de recursos hídricos, flora, fauna y especies, las que realiza Etapa EP en el Parque Nacional Cajas, a través de convenios con universidades locales, nacionales e internacionales. Estos estudios se convierten en indicadores del estado de conservación del parque.

Una última iniciativa es estudiar los impactos del cambio climático en los últimos 200 años. Dentro de este proyecto, denominado Ecuaflux, se realizará un análisis de los flujos de carbono considerando las interacciones entre la vegetación terrestre (pajonal y bosques de polylepis), el suelo y las masas de agua, espacios que componen el ecosistema del Parque Nacional.

Los resultados de esta investigación, como se explica en la página web del proyecto, permitirán anticipar aspectos importantes de la respuesta de estas cuencas al cambio climático y aportarán la información requerida para gestionar adecuadamente el abastecimiento de la ciudad de Cuenca.  

Los análisis de campo del proyecto se desarrollan en 3 cuencas —seleccionadas por no recibir aportes de agua externos y por contener diferente concentración de carbono disuelto y particulado en las lagunas—. El proyecto está en una fase inicial y se desarrollará durante 3 años. Está auspiciado por la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) y la Universidad de Cuenca; colaboran además investigadores de más de 9 instituciones nacionales e internacionales, entre ellas: la Universidad Técnica Particular de Loja, la Universidad de Barcelona y el Consejo de Investigaciones Científicas de España. (I)

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