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El árbol de Navidad fue hecho por 50 obreros

Uno de los árboles navideños más grandes que se han hecho en el Ecuador está en la ciudad de Machala. Foto: Fabricio Cruz/El Telégrafo
Uno de los árboles navideños más grandes que se han hecho en el Ecuador está en la ciudad de Machala. Foto: Fabricio Cruz/El Telégrafo
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Desde la semana anterior un millón de luces alumbran uno de los árboles de Navidad más grandes del Ecuador y está situado en Machala.

Detrás de todos estos llamativos adornos y juegos de luces está el arduo trabajo de 50 obreros que, desde el mes de septiembre, pusieron mucho esfuerzo a la obra para, ahora, entretener a los miles de ciudadanos que llegan hasta la entrada de Machala donde se ubica el árbol de Navidad de 30 metros de altura.

Antes de que se encienda este tradicional símbolo navideño, encontramos en la casa de Chocolate (uno de los atractivos alrededor del árbol) envolviendo las guirnaldas y las luces de colores a Patricio Peña, quien estuvo encargado de la elaboración del gigantesco árbol.

“Llevo colaborando desde hace 9 años en la construcción de este atractivo. En 2006 fue un árbol pequeño, pero poco a poco lo hemos ido agrandando hasta convertirlo en uno de los más grandes de Ecuador”, cuenta Peña mientras decora.

Otro de los obreros es Emilio Alejandro, quien se vale de sus conocimientos de electricista para armar la estructura. Son 30 metros de altura, formados por varios niveles tejidos con pesados hierros, que al final dan la forma a un pino gigante.

Las amas de casas también pusieron su aporte para que los machaleños disfruten de este atractivo. Las luces son encendidas por una computadora ubicada dentro del mismo árbol. Durante el pasado noviembre, alrededor de 30 personas efectuaron un trabajo de ‘hormigas’, tejiendo una a una las guirnaldas sobre la estructura metálica.

Peña explicó que en los filos inferiores de cada piso se colocaron luces LED blanco hielo, que forman un cintillo brillante cristalizado; además, en las puntas definidas del árbol se instaló un total de 78 bombillos metálicos elaborados a mano, diseñados con diferentes proporciones que se acoplaron de forma simétrica y estética; estos fueron recubiertos de chenilla dorada y luz amarilla cálida. “Son más de un millón de luces las que adornan todo el espacio donde está el árbol de Navidad más grande del país. El año pasado estuvo entre los más grandes de Latinoamérica”, dijo el alcalde Carlos Falquez Aguilar, quien realizó el conteo para que las luces se prendan en la ciudad. Falquez Aguilar agregó que este es un proyecto que, además de la parte turística, genera fuentes de trabajo para que artesanos orenses demuestren su potencial artístico.

Este año, uno de los atractivos adicionales es una pista acrílica para patinar como en las pistas de hielo, el visitante tendrá que retirar —gratuitamente— un ticket para poder ingresar.

En su estructura y forma general, el árbol es parecido al del año anterior, aunque su altura aumentó y ahora llega a los 30 metros. El entorno fue mejorado con adecuaciones en la casa roja de Papá Noel, una cabaña con el nacimiento, la casita de chocolate, pasillos y senderos adornados, así como el arreglo e iluminación del árbol natural Samán; es decir, un mejoramiento general del espacio que incluyó plantas ornamentales, caminerías, etc.

El mensaje de este año son los valores de la Navidad como el amor, la paz y la unión, los cuales han sido representados en cada uno de los diseños elaborados.

Peña contó además que 50 personas trabajaron en las estructuras. Andrea Guevara, artesana que participó en las tareas de diseño y decoración del árbol relató el proceso: “Desde el mes de septiembre estamos trabajando. También elaboramos la casa de chocolate que tiene varios detalles navideños, los atractivos son los muñecos de nieve de 1,80 de altura”.

Pesebre con figuras gigantes

Al otro extremo de Machala, en el barrio Los Olivos, se levantó un pesebre con figuras de tamaño natural. En el caso de la familia Álvarez Fadul, todos se juntan en esta época del año y confeccionan el nacimiento más grande de El Oro.

La creadora del nacimiento cuenta que esta tradición comenzó luego de que experimentara graves problemas en su salud y aunque no especificó cuál fue su dolencia, sí contó que su promesa fue hacer este pesebre todos los años mientras tenga vida. A pocos metros, se ha construido una iglesia denominada Divino Niño Jesús, en donde cada noche se reza la novena y cada 24 de diciembre celebran una procesión, en la que se lleva al Niño desde la Catedral hasta el pesebre.

Según los ayudantes de la familia, el lugar es preparado con 2 meses de anticipación; allí se colocan imágenes del nacimiento, luces, decoración variada y detalles que brindan elegancia al sitio. (I)

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