Hasta ayer se contabilizaban más de 17 incendios forestales en apenas cuatro días en la ciudad de Cuenca, mientras que en Azogues -en julio- el Cuerpo de Bomberos registró a 33 flagelos en el sector rural.

El intenso verano -que seca el pasto y se enciende con facilidad- ha provocado que las llamas consuman grandes extensiones.

El fin de semana, el Cuerpo de Bomberos de Cuenca tuvo que movilizar a más de cien voluntarios para apagar las llamas que en algunos casos amenazaron viviendas.

Ayer, en el sector de Monay, un incendio forestal puso en riesgo una casa. Los elementos de la casaca roja tuvieron que emplear 2.700 galones de agua para controlarlo, mientras 20 voluntarios con mangueras de alta presión sofocaron las llamas. “Pedimos a los ciudadanos que no provoquen incendios”, dijo el comandante de los bomberos, Oswaldo Ramírez.

En julio los uniformados combatieron 33 incendios forestales, especialmente del área rural de Azogues. Isaac Orellana, encargado del área de estadísticas del Cuerpo de Bomberos, dijo que la mayoría de estos fuegos es provocado por los moradores debido a la errada idea de que deben quemar  árboles para que el humo provoque  lluvia.

“Nosotros acudimos al lugar de los hechos en el menor tiempo posible”, indicó. Melvin Alvarado, director del Ministerio del Ambiente del Cañar, dijo que de los 33 incendios forestales registrados en la provincia, tres fueron de grandes magnitudes y se quemaron hectáreas de terreno.

“Nosotros tuvimos que acudir con los guardaparques que previamente fueron capacitados para sofocar el fuego”, expresó.