Nibia Chuga es una las primeras mujeres en formar parte del taxismo carchense. Tras la muerte de su esposo, Jorge Andrade, quien era taxista, asumió las riendas de su hogar a través de la conducción profesional en el servicio público de transporte.

“Decidí convertirme en taxista, hace 16 años porque falleció mi esposo, desde ese entonces tomé las riendas de mi hogar, ya que me quedé con 2 hijos menores de edad, el uno de 4 años y el otro de 8 años”, relata.

Los dirigentes de la cooperativa de taxis Rápido Nacional, a la cual pertenecía su difunto marido, le abrieron las puertas para ingresar y continuar en el taxismo.

Doña Nibia recuerda que cuando tramitó la licencia realizó un curso de conducción de 15 días y era la única mujer entre todos los hombres. “Salir de las ollas al volante fue difícil, me tocó asumir este trabajo y ahora es una alegría”.

En un principio fue complicado acoplarse, los pasajeros se sorprendían al verla frente al volante, pero se acostumbraron, incluso usuarios colombianos le felicitaban por dedicarse a esta actividad.

“Nunca les fallé a mis hijos hasta que culminaron sus estudios, me alcanzó el tiempo para trabajar y dedicarme a ellos”, indicó Nibia.

Su tenacidad fue reconocida por sus compañeros y por el mismo Sindicato de Choferes del Carchi, que hace un año la incorporó como instructora de la escuela de conducción Miguel Delgado Fierro. Actualmente forma parte del consejo ejecutivo del Sindicato, donde también es la primera mujer en asumir estas funciones.

A sus 50 años, Nibia se siente orgullosa de ser una profesional del taxismo, una actividad que generalmente es dominada por el sector masculino. Tras su decisión de convertirse en la primera mujer taxista en la ciudad de Tulcán, muchas de sus congéneres siguieron su ejemplo. Al momento, en su cooperativa existen 14 mujeres. (I)