Entre las provincias de Esmeraldas e Imbabura se encuentra una de las reservas naturales más  importantes del país: Cotacachi-Cayapas, considerada el hogar de varias especies vegetales y animales, muchas de las cuales están en peligro de extinción. En sus ambientes naturales, grandes mamíferos como jaguares, tapires y osos de anteojos pueden vivir y reproducirse relativamente sin obstáculos.

Esta reserva es catalogada como un área protegida y la zona de conservación más importante en los Andes occidentales del Ecuador, no solo por su tamaño, sino también por el amplio rango altitudinal que cubre.

Abarca 10 zonas de vida que van desde los bosques siempre verdes de tierras bajas hasta los páramos. Estos son los hábitats de varias especies de fauna y flora, lo que convierte a esta área en un banco genético para la región. Además, contiene las principales fuentes de agua para las provincias que atraviesa. Alrededor de esta importante área protegida, existe una gran diversidad cultural.

Fue creada el 29 de agosto de 1968 y posee una extensión de 243.638 hectáreas. “Esta reserva natural cuenta con varias facilidades turísticas que atraen al visitante.

Tenemos actividades como senderismo, paseo en lancha, alojamiento, alimentación y servicios de guía por parte de las comunidades aledañas”.

Por todas estas características es el área protegida más visitada del Ecuador continental. Solo en 2013, se registró la llegada de unas 170 mil personas. Este escenario natural no está lejos de la capital y es de fácil acceso.  

Debido al potencial turístico de esta reserva, el Ministerio del Ambiente inauguró el Sendero Ruta Sagrada, con el propósito de contribuir al desarrollo de un ecoturismo responsable en el Área Protegida y para rescatar el carácter sagrado de la Laguna de Cuicocha.

Según el Ministerio del Ambiente, esta ruta continúa el camino marcado por las milenarias culturas indígenas que florecieron en las faldas del volcán Cotacachi, y que, ahora, constituye el motor de una actividad económica que conjuga la conservación y la gestión sostenible de esta Área Natural Protegida.

Este sendero, dividido en 4 representaciones denominadas Calendario Solar, Calendario Lunar, Sitio de Ofrendas y Baño Ritual, fue construido, a través del Programa de Apoyo al Sistema Nacional de Áreas Protegidas del MAE y con el financiamiento de la Cooperación Alemana (KFW).

En los alrededores de la Reserva Ecológica Cotacachi–Cayapas, está el volcán inactivo Yanahurco, el cerro Cotacachi y la laguna Cuicocha.

La laguna con 2 islotes es uno de los sitios más visitados de la provincia de Imbabura. Situada a solo 110 kilómetros de Quito, la laguna de Cuicocha está a 3.064 metros sobre el nivel del mar. Sus aguas están en el cráter de un volcán que inició su actividad hace 4.500 años.

En la actualidad, mantiene una flora única y algunos animales pueden ser observados en su medio ambiente.

Hay más de 400 especies de plantas entre la orilla del lago y las cumbres de los islotes. Las variedades predominantes de plantas son medicinales, utilitarias y decorativas.

En esta región se encuentran animales como el cuy de monte, la cervicabra o soche, el conejo de monte, el armadillo, el zorrillo, el zorro andino, el chucuri, y gran cantidad de aves como tórtolas, torcazas, colibríes, gorriones, mirlos, lechuzas y patos.

Esta reserva, una de las más importantes del país, fue afectada este año por varios incendios forestales que tuvieron lugar a mediados de septiembre. Uno de los incendios se registró en las faldas del volcán Cotacachi, próximo a la Reserva Ecológica Cotacachi-Cayapas, como lo informó la Coordinación zonal del Ministerio del Ambiente, en la provincia de Imbabura. Se quemaron muchos pajonales y un bosque de pinos.

De acuerdo con las declaraciones de Diego García, gobernador de Imbabura, más de 2 mil hectáreas fueron afectadas en los 6 cantones de la provincia.

Durante décadas, esta reserva fue considerada un tesoro natural con un alto potencial turístico,  ahí los visitantes pueden practicar senderismo, paseo en lancha; cuentan con alojamiento, alimentación y en la guianza se involucran los miembros de las comunidades aledañas.

A solo 200 metros de la entrada de la Reserva, se encuentra el Centro de Interpretación que, según el Ministerio de Turismo, contiene información didáctica de este lugar. Además, hay un auditorio, en el cual se dictan charlas de educación ambiental; un pequeño jardín botánico, donde se pueden apreciar las diferentes especies de flora que tiene el área; y un vivero donde se producen plantas para reforestar zonas degradadas.

Al salir del centro de interpretación, se encuentra también el inicio del Sendero Ruta Sagrada que tiene una distancia de 330 metros y recorrerlo toma alrededor de 45 minutos.

El propósito de este espacio es fusionar cultura y naturaleza. El sendero unidireccional cuenta, además, con 4 paradas que ayudan a explicar más sobre la cosmovisión andina.

Este sendero es una muestra del trabajo que desarrolla el Ministerio del Ambiente, en coordinación con diferentes comunidades, con el fin de armonizar los objetivos de conservación.

Por varias décadas, se ha prestado atención a esta reserva natural, visitada por decenas de turistas al año. Aunque desde el Ministerio del Ambiente se impulsan programas de conservación, aún falta mucho por hacer para preservar este escenario biodiverso. (I)