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Miles de fotos llenan los álbumes de su archivo personal

Timoshenko Chávez ha capturado la historia del puerto a través de su lente

El suceso que marcó la vida periodística de Chávez fue cuando un avión de carga de la compañía Million Air cayó en Manta, el 22 de octubre de 1996. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo.
El suceso que marcó la vida periodística de Chávez fue cuando un avión de carga de la compañía Million Air cayó en Manta, el 22 de octubre de 1996. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo.
28 de septiembre de 2014 - 00:00 - Mario Rodríguez Medina

Timoshenko Chávez no empieza a contar sus vivencias fotográficas sin antes hablar sobre el origen de sus nombres: “Soy Liberty Timoshenko Chávez García. Liberty por la Estatua de la Libertad y Timoshenko en honor al héroe soviético que triunfó en la batalla de Stalingrado venciendo a los nazis”.

Con 70 años de edad, este hombre continúa en el fotoperiodismo. Trabaja de manera independiente, colaborando en diarios manabitas. “Si algún medio necesita mis fotos, solo me llaman y cumplo con el trabajo”, cuenta Timoshenko, quien destaca, con cierto recelo, que en la actualidad es más fácil que un periodista pueda realizar una fotografía, “pero no con la misma calidad que un profesional de la imagen”.

Luego de trabajar en el servicio de erradicación de la malaria (su primera experiencia laboral), trabajó del Inecel (Instituto Ecuatoriano de Electrificación), en el tendido que une a Manta y Portoviejo.

Años antes de graficar vibrantes partidos de fútbol, como aquel de 1993 en el que Emelec se consagró campeón en el estadio Joca, con un gol de Iván Hurtado, Timoshenko también fue futbolista. Era volante ofensivo y “con bastante llegada a gol”, resalta.

Pasó por el América de Manta, el España, Estibadores Navales (con este equipo estuvo cerca de clasificar a Copa Libertadores en 1964). “Ocupé todos los puestos, menos el arco”, cuenta.

Tras su retiro de las canchas como jugador activo, Timo, como es conocido por sus amigos, se dedicó a la fotografía. Cuando era director técnico, en uno de sus viajes a Tosagua conoció a Emanuel López, quien años después se fue a vivir a Manta y le enseñó el mundo de las fotos.

“Cuando Emanuel fue a Manta, se dedicó a la fotografía y yo lo ayudaba. Al principio era un trabajo más, pero luego me llamó la atención el plasmar la realidad social. La fotografía tiene mensajes cuando se la sabe utilizar”, afirma Timoshenko.

Otro de sus tutores en ‘las gráficas’ fue Raúl Villavicencio. “Me enseñó muchas cosas cuando la fotografía era en blanco y negro. En aquella época trabajaba en diario El Sol”, manifiesta.

De los fotógrafos de antaño, Timoshenko es el que más se vinculó al fotoperiodismo. “Me he quedado arraigado en el periodismo, sobretodo en el deportivo”, resalta.

Desde que empezó como fotorreportero, en la década de los setenta, Timo ha estado en diversos acontecimientos en Manabí. “El más impactante fue cuando se cayó el avión en el barrio La Dolorosa. Tengo un álbum que tiene más de 100 fotografías de ese evento”, señala.

La noche del 22 de octubre de 1996, una aeronave norteamericana de carga, Boeing 707, de la compañía Million Air, cayó en el centro de Manta con cerca de 80 mil litros de combustible. En aquel evento fallecieron 32 personas y fueron destrozados 54 inmuebles. Todos los cuerpos fueron identificados, menos uno, el de una niña de 11 años.

“La Iglesia de La Merced quedó destruida. Daba miedo ver las llamas que se elevaban a gran altura por el combustible del avión. Qué terrible fue ver, al otro día, los cadáveres en el parque de La Dolorosa, fue algo que jamás olvidaré”, relata Chávez.

Otros 2 capítulos de la vida laboral que Timoshenko cuenta con penumbra son los vividos en los inviernos de 1982 y 1998, cuando el Fenómeno de El Niño azotó a la Costa ecuatoriana.

“El invierno de 1982 fue catastrófico, sobre todo en la zona baja del río Manta, ya que afectó los barrios 4 de Noviembre, 15 de Septiembre y Senadita, entre otros. Vi desfilar viviendas sobre el agua, algunas que venían desde San Juan,  que estaban a la orilla del río y otras que el río las saco enteras desde sus cimientos, como una que vi que avanzó hasta la desembocadura entre la Senadita y Miraflores y que luego se hizo pedazos”, recuerda.

En el invierno de 1998 (ver la foto) también hubo mucha destrucción, en especial porque la población no estaba prevenida, cuenta Chávez. “Nadie nos advirtió que habría este fenómeno. En ese invierno hubo muchas casas que fueron destruidas en Miraflores. Se abrió el cauce. Hice muchas imágenes de viviendas que al otro día ya no estaban”, dice.

Timoshenko empezó su recorrido fotográfico con una cámara Pentax. “Era mecánica, de lente fijo”, lanza al respecto, y luego continúa diciendo que empezó a utilizar una cámara digital debido a que los clientes se lo pedían. “Me decían: ‘Ya deja esa cámara, que eso no se usa’. La cámara digital facilita el trabajo, ya que uno puede ver la imagen. Eso sí, no hay que olvidar que se pueden tomar grandes fotos con las cámaras antiguas”.

Timoshenko ha sido maestro para gran cantidad de fotógrafos en Manta, en especial para aquellos que quedaron encantados con el atrapante mundo del periodismo.

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