Leiberg Santos Gaibor es un guayaquileño que hace 15 años decidió dejar su ciudad natal para instalarse en Manta. En este tiempo, afirma, ha “jurado la bandera” como manabita y, a través de la fotografía, se ha enamorado más de Manabí.

Con su cámara ha recorrido diversos puntos recónditos de la provincia. Conoce sus 22 cantones y en cada viaje ha tratado de captar la esencia de cada pueblo.

En una amena charla, Leiberg cuenta cómo ingresó al mundo de la fotografía.

“Al principio no quería ser fotógrafo. Mis padres, que ya ejercían esta profesión, querían que yo siguiera su caminar, pero preferí dedicarme a otras actividades, entre ellas el diseño gráfico, pero con el transcurso de los años sentí la necesidad de hacer mis propias fotos”, cuenta el joven.

Confiesa que no tenía grandes habilidades para dibujar, por lo que optó por la fotografía como el medio para expresarse gráficamente. Sin darse cuenta, el estar entre cámaras, flashes y atardeceres se fue metiendo en la que ahora es su forma de vivir.

Leiberg indica que a través de la fotografía ha podido conocer a infinidad de personas y puntos del país que nunca imaginó.

“Yo recorro la provincia para que otras personas conozcan lo que hay y se enamoren de su tierra a través de la fotografía. Hay personas que ni siquiera conocen todos los lugares de su ciudad”, resalta.

Como ejemplo, este reportero gráfico pone a Manta. “En esta ciudad hay una selva que puede estar a 4 °C, que parece Sierra. Este punto se llama Pacoche. Esos detalles son los que quiero destacar con la fotografía, que la gente conozca lo suyo, para que puedan amarlo, protegerlo y sentirse felices con lo que tienen.

Leiberg manifiesta que la fotografía es más que tomar una cámara y captar momentos.

“El ser fotógrafo es ser un artista. Para mí, más que fotografía, esto es una inspiración de vida”, acota este manabita por adopción, quien, además, hace poesía bajo el nombre del ‘Enmascarado del Rock’.