Mientras los turistas esperan su turno para salir en una de las embarcaciones que están ancladas en la rada, Carolina Chávez ultima detalles para embellecer el malecón de Puerto López.

Su trabajo diario es certificar que las embarcaciones cumplan con los requisitos para zarpar, pero en estos últimos días también ha sido parte del equipo de labores que pintó las barandas del malecón y limpió el lugar para que esté listo para hoy, en la apertura de la temporada 2017 de avistamiento de ballenas.

Ella asegura que todos los puertolopenses se unen para dar un servicio óptimo para los miles de turistas que llegan hasta la localidad para la temporada de ballenas, que inicia a mediados de junio y concluye a finales de octubre, cuando la temperatura de las aguas baja.

“Así como nosotros, los dueños de hoteles, restaurantes y todos quienes dan servicios para los turistas trabajan a full”, destaca Chávez, quien resalta que “después de los trabajos, el malecón quedará impecable”.

A inicios de semana, el turista uruguayo Federico Oddone es uno de los visitantes que pudo ver ballenas. Antes, los operadores turísticos no ofrecían el avistamiento del cetáceo, pero la especie ya registra actividad en la Costa manabita desde hace 3 semanas.

“Tras una semana de trabajo (como voluntario para construir casas en la localidad), quería un poco de playa y este paseo es lo que esperaba. Fue una experiencia muy linda ver ballenas, algo único”.

Diego Cantos, dueño del restaurante La cabaña de Chucky, destaca que ya se abasteció de comida para cumplir con los requerimientos de los clientes. “Ya contamos con todos los mariscos y preparamos todo lo que nos pidan. Los turistas que llegan en esta época a Puerto López vienen a gastar; además de ver ballenas se van a Los Frailes y también a Agua Blanca”.

Historia y avances

Aníbal Ponce, directivo de la asociación de operadores turísticos de Puerto López, cuenta que hace 30 años el avistamiento de ballenas era un espectáculo natural del que solo disfrutaban los pescadores.

“Con los años, las personas que llegaban a Puerto López en la temporada escuchaban que se podían ver ballenas y pagaban a los pescadores para que los lleven en sus lanchas. Ahora es un trabajo muy organizado, con personas que se ocupan exclusivamente de atender a los turistas”.

En la actualidad son 27 embarcaciones las destinadas para el avistamiento de ballenas, además hay otras 11 que realizan viajes a la Isla de La Plata (este recorrido se realiza durante todo el año).

Ponce destaca que hace 25 años la población local empezó a organizarse por el tema turístico. “Vimos la necesidad de ofrecer un mejor servicio, porque poco a poco llegaban más personas. Hemos crecido como destino”.

Wilmer Parrales es otro de los operadores turísticos de la localidad. Hace 5 años dirige su empresa Orca & Tour, con una embarcación que lleva el mismo nombre y que está valorada en $ 50.000.

Cada compañía puede tener solo un barco y está estipulado que durante la temporada de ballenas solo pueden salir dos veces por día.

“Nosotros salimos a las 11:00 y a las 14:00. Tenemos capacidad para 21 pasajeros y brindamos el mejor servicio, con un refrigerio incluido”.

Parrales cuenta que semanas atrás realizó el chequeo de motores y compró chalecos salvavidas nuevos para estar 100% operativo para la temporada de ballenas. La época deja un promedio de $ 10 millones al sector turístico de Puerto López, destacó Cinerman Miranda, alcalde subrogante del cantón.

Tanto Parrales como Ponce indican que el año pasado hubo una gran baja en la llegada de turistas por el terremoto del 16 de abril. En 2015, según datos del Ministerio de Turismo, arribaron a Puerto López por el avistamiento de ballenas 35.000 personas; mientas que en 2016, según datos del Ministerio del Ambiente, llegaron a la localidad 17.258 visitantes.

“El año pasado se sintió bastante la falta de turistas, ni siquiera vino la mitad y eso fue perjudicial para nuestra economía. Ahora tenemos una ayuda muy grande, que es el nuevo malecón que hizo el Gobierno”, dice Ponce.

El cuidado ambiental es vital

El reto del Ministerio del Ambiente es que el entorno de las ballenas no se vea afectado con la presencia de turistas, destaca el director del Parque Machalilla, José Luis Mendoza.

Destaca que la entidad ejerce los controles respectivos y socializa las regulaciones para que los visitantes respeten los espacios de los cetáceos, que buscan la calidez de las aguas de la Costa ecuatoriana para su reproducción.

Destaca Mendoza que las regulaciones son bajo parámetros internacionales. Entre las normas está que las embarcaciones deben tener una distancia mínima de 100 metros. Además, cuando estén a 400 metros deben bajar la marcha. El avistamiento debe ser por un costado o por atrás del animal.

El viaje de la especie inicia en la Antártida, en un recorrido de 8.000 kilómetros hacia las costas del Ecuador, donde pueden ser vistas cerca de 6.000 ballenas jorobadas que migran entre junio y octubre en busca de aguas cálidas para aparearse y parir a sus crías. Las rutas de avistamientos son desde la Reserva Marina de Machalilla, la Isla de Plata, la Isla Salango y los Bajos de Cantagallo.

Vicente Zavala, coordinador Zonal 4 del MAE, explicó que el Ministerio del Ambiente realiza un estricto control marítimo a las embarcaciones turísticas que zarpan hacia el área protegida. (I)