Hacia un costado del malecón, sentado y apoyando los brazos sobre una mesa de madera,  Zagalo Saltos (72) se inspira en un diálogo.

Trae a su mente composiciones movidas por sus sentimientos, cuyos fragmentos lanza con voz fuerte. “El progreso de Pichincha fueron sus grandes montañas. La madera balsa y caña fue lo que lo embelleció…”, relata el hombre.

Saltos formó parte de la cuarta familia que pobló el cantón Pichincha, de Manabí, en la década de los cuarenta.  Era 1942, año que lo tiene muy presente, cuando dejó Canuto, en el cantón Chone, para asentarse en Pichincha junto con sus hermanos, madre y padrastro. 

“Este cantón estaba totalmente cubierto de montañas. Conocí cómo fue creciendo y naciendo el pueblo, el caserío estaba cerca de la desembocadura del estero Solano. Una vez que se hizo parroquia cruzaron a ser parte de la zona urbana, y se formó el cantón”, cuenta mientras muestra un libro que hace poco lanzó. Del texto se imprimió 1.000 ejemplares, en los que se resume el trabajo artístico.

Al pueblo siempre llegaba el sacerdote Luis María Pinto, proveniente de Calceta. En una conversación del religioso con algunas personas, entre las que estaba Simón Velásquez, que era de Calceta, surgió la idea de crear un pueblo, ya que el sitio donde estaban asentados resultaba muy pequeño.

Buscaron río arriba y  encontraron una amplia planicie en un lugar conocido como las Corrientes de Germud. Allí decidieron construir el pueblo. De esa manera Pinto se convirtió en uno de los gestores que ayudaron al surgimiento de Pichincha, como consta en la historia narrada en la página web del Municipio.

La población de aquella época se dedicaba a la pesca y a la siembra de arroz y maíz. Las especies que capturaban eran de distinta clases.

Zagalo echa una mirada al río Daule (frente al sector Filamir Vélez)  y continúa con la historia de Pichincha. Comenta que antes las aguas del afluente eran cristalinas y los comerciantes llegaban con sus negocios en canoas.

Su madre, Victoria Vera, —cuenta Zagalo mientras avanza en su relato— fue la primera profesora del lugar: “Entonces yo aprendí más de ella”. El septuagenario dedicó su vida a la agricultura y ha escrito canciones y poemas.

Su arte nació en el cantón en el que —asegura— hay muchos lugares para deleite del turista, por ejemplo, el mirador en el malecón, balnearios y 8 cascadas. 

Espejo de agua atrayente

El cantón tiene 2 parroquias rurales, San Sebastián y Barraganete, y una urbana, Pichincha.
Armando Vélez, morador del sitio, dice que admira lo verde del campo y que le agrada ver arribar a tanta gente que aprovecha los días de comercio.

Además existen 2 puertos formados en el embalse, uno en Puerto Conguillo y otro Puerto Chorrillo, donde los visitantes pueden disfrutar de la navegación en gabarra, canoa o bote, y observar la flora y fauna y los islotes formados luego de la construcción de la represa Daule-Peripa.

Víctor Tuárez, comunero, explica que la navegación es un atractivo. El viaje en lancha cuesta $ 0,50.  
Los pichinchanos tienen la característica de ser muy serviciales y amables, lo que es notorio desde que el visitante llega. Esa particularidad la destaca con orgullo Norma Suárez, coordinadora de Turismo del Municipio de Pichincha. “Tenemos el embalse Daule-Peripa que es un espejo de agua.

A la par está la hidroeléctrica que cuenta con una reserva natural llamada El refugio de los Monos donde se pueden observar aves, manadas de monos aulladores y muchas especies de flora”, dice.

Las cascadas, situadas tanto en el área urbana como rural, se han convertido en un gran atractivo por lo que en invierno son visitadas diariamente y en verano los fines de semana. Hay bosques nativos y balnearios que se constituyen en los atractivos naturales más concurridos.

Pichincha cuenta con una ruta de venta de productos lácteos. Dentro de la gastronomía de la zona está el queso, la cuajada, tongas, seco de gallina criolla, entre otros. 

La finca modelo es un proyecto que pretende ser el referente del turismo rural de Pichincha, está ubicada en el sitio Solanillo.  “Tenemos planificado la colocación de vallas e indicadores que nos muestren en qué sector estamos”, comenta. A través del Ministerio de Turismo en los próximos días se colocarán nuevas vallas entorno al cantón. Los pichinchanos residentes en otras partes del país y en el exterior llegan periódicamente a la localidad.

El alcalde del cantón, Nilo Álava, explicó que este año en Pichincha  trabaja en la regeneración urbana en los barrios 1° de Mayo y San Pedro. En un recorrido va mostrando los trabajos que se efectúan.

“Tenemos ahora contratado el plan maestro de agua potable que está en plena ejecución; el cual ya cuenta con un avance del 45%. Debió estar listo el 31 de julio pero el invierno ha sido muy fuerte y hemos tenido algunas veces que paralizar la obra por razones de seguridad, porque si metemos tubos y no podemos compensar ese material que sacamos de allí para volverlo a poner tenemos que botarlo al contaminarse y debemos traer material de otro lado para ir sellando”, refiere.

Se estima que en octubre ya esté concluido. “Estamos haciendo un estudio nuevo para la ampliación de alcantarillado para el cantón”. En el barrio San Pedro se construye una edificación para que funcione Registro Civil, Fiscalía y Registro de la Propiedad. Hay un avance casi del 80 %.

“Estas 3 oficinas del Estado, que es obra municipal, se la vamos a entregar al Presidente de la República cuando estén listas”, dijo el burgomaestre.

En lo que respecta al barrio 1° de Mayo sus calles ya cuentan con el adoquinamiento completo.
En la comunidad se busca que se remedie el servicio de energía eléctrica, así lo destaca Dídimo Saltos, gerente de la Empresa de Agua Potable del cantón, quien dijo que hay cortes seguidos los cuales afectan a la distribución. (I)