Giovanni Alcívar camina por los alrededores del astillero local.  Muestra que aquellos 80 metros de espacio entre el lugar y el mar se redujeron a 15 debido a los recientes oleajes y aguajes.

Es el dirigente de la Asociación de Carpinteros Navales, quien indica que se han visto en la obligación de buscar un mejor espacio para trabajar. “Sabemos que los aguajes van a continuar y provocar que en un momento dado nos quedemos sin territorio”.

Reveló que gestionaron ante el Municipio de Manta (ente con el que mantienen un comodato por el uso del espacio) para tener un nuevo lugar en el cual se fabriquen y reconstruyan las embarcaciones, sin el temor de que estas sean estropeadas por el mar.

El lugar observado por la directiva es Miramar, el cual limita con los terrenos de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).

El gremio que dirige Alcívar ya tuvo una primera respuesta del departamento de Planeamiento Urbano. “Toca esperar la de Catastro, porque hay que definir si ese espacio corresponde al Municipio o por estar cerca de la zona de la FAE sea de la institución. Nos informaron que habrá una reunión para analizar el tema”.

El dirigente explica que no piden todo el territorio, sino que se les asignen unos 50 metros por 50. Actualmente el astillero se levanta entre el sector Tarqui y Los Esteros, bajo una concesión de 50 años. Su extensión es de 120 metros por 80.

Este lugar es muy visitado por turistas nacionales y extranjeros, sobre todo los que llegan en cruceros, pues regularmente se acercan a observar el trabajo incesante de los obreros navales.

En días pasados en que hubo un fuerte oleaje y aguaje se cayeron 4 embarcaciones. Ello porque el mar ha ido socavando el territorio.

El Municipio colocó sacos de arena para mitigar el impacto causado por la fuerza de las olas. Alcívar recalca que “no se puede dar alargues al tema, porque se nos vienen más aguajes”.

En la atarazana laboran 300 personas entre carpinteros, enfibradores, electricistas, soldadores artesanales y armadores. Está ocupada por 18 embarcaciones en construcción y reconstrucción, de las cuales actualmente solo se trabaja en 6, por el temporal.

El armador pesquero Simetrio Calderón no está muy de acuerdo con que se traslade el astillero a otro sector.

A su criterio, los aguajes y oleajes ocurren de vez en cuando. “Aquí es más cómodo y tranquilo. Si nosotros vamos al lugar donde dice la asociación, tienen que darnos comodidades. Por allí pasa el río Muerto, que está contaminado. Se le debe dar un buen tratamiento y construir un puente para pasar los materiales. No me opongo al desarrollo de Manta, pero esa es mi observación”.

Joselías Sánchez, habitante de la zona, considera que el astillero no debe moverse y lo que hay que darle es mejores condiciones.  

Según su opinión, los carpinteros navales deben entender el aguaje como algo natural y prepararse. “De salir de la zona se perdería la importancia turística. El aguaje que hay es el mismo que habrá allá en Miramar.  Para que ese sitio sea algo turístico tienen que cerrar el río Muerto  que desemboca en el sector y que está contaminado por los desperdicios que allí se lanzan”.

No definen espacio

Andrea Zambrano, directora de turismo Municipal, tiene su propia hipótesis de lo que ocurre en la zona: “El mar quiere ocupar su espacio y evidentemente los artesanos no pueden seguir ejerciendo la actividad ahí”.

La funcionaria aclara que todavía no está establecido el lugar a dónde podría trasladarse el astillero. “En lo turístico no afectaría, porque se reubicaría en otro punto donde los viajeros también van a  poder visitarlo. Será un astillero abierto. Se está tratando de buscar el sitio de tal manera  que no afecte la parte del turismo”.

El alcalde de Manta, Jorge Zambrano, indica que los integrantes de la asociación son quienes decidirán si quieren reubicarse.
Asimismo acota: “Donde quiera que esté el astillero, no perderá la importancia turística”.  

La comerciante Graciela Sácido  manifiesta que de salir el astillero del actual lugar, no afectará al sector, porque los balnearios de Tarqui y Los Esteros son constantemente visitados.

Luz Zambrano, detalla que donde se reubique la atarazana tendrá la visita de nacionales y extranjeros. “Para ellos es bastante novedoso ver, en directo, cómo se trabaja en las embarcaciones”, expresó la ciudadana. (I)

En la capital orense, las autoridades evacuaron a familias que viven en las riberas del estero El Macho, debido a que el agua inundó sus casas y provocó daños. Foto: Fabricio Cruz / El Telégrafo

DATOS

El taxista Omar Mieles, quien recorre la ciudad durante casi 8 horas, afirma que la vía que conduce a La Revancha tiene muchos baches y debe esquivarlos.

El ciudadano Wilson Coronel, habitante de la ciudadela Los Cactus, reveló que existen varios hoyos, formados por las lluvias, en ciertos tramos de la avenida Puerto Aeropuerto.

El alcalde Jorge Zambrano reconoce los daños en arterias del cantón. De ahí que dispuso que se intervenga en el barrio Jocay los ingresos al colegio Julio Pierregrosse, Urbirríos, entre otras rutas. (I)

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Casas quedaron inhabitables

En El Oro hay 236 evacuados debido a lluvias

Las fuertes lluvias que cayeron el pasado jueves y viernes en Machala, provocaron daños en muchas casas.

Hasta ayer había 236 personas evacuadas en Machala, Huaquillas, Santa Rosa y Pasaje, cantones que soportaron la tormenta. La capital orense fue la más afectada. Allí hay 136 albergados en el colegio Nueve de Octubre y en el Coliseo de Deportes Machala.

La mayoría proviene del norte de la ciudad donde se desbordó el canal El Macho e inundó los barrios Las Katias y Ursesa 2.

En ese sector el agua sobrepasaba el metro de altura, por lo que las viviendas quedaron inhabitables. Aquí fueron más de 100 familias las que sacaron sus enseres para ponerlos a buen recaudo.

En Venecia, Miraflores y 18 de Noviembre aún permanecieron inundados durante el fin de semana. Las aguas no descendieron, pese a que la marea había bajado 2 veces. (I)

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Trabajo para evitar inundaciones

Prefectura retiró gran palizada en el río Bulubulu

A fin de evitar que el río Bulubulu se desborde debido a los aguaceros, la Prefectura del Guayas limpió una gran  palizada que taponaba una parte del baipás del afluente, a la altura del Puente Payo, en la parroquia Boliche del cantón Yaguachi.

Las tareas estuvieron a cargo de la Dirección de Obras Públicas, que destinó una excavadora y volquetas al lugar. Esa maquinaria también sacó otros residuos que amenazaban con colapsar las compuertas de la infraestructura.  

Jimmy García, director de Obras Públicas del Gobierno Provincial, explicó que el objetivo es remover todo el material. “También hemos hablado con la empresa Concesiones para contar con más máquinas si es que se  llegaran a requerir”.

Agregó que si no se cumplían estos trabajos, se corría el riesgo de que se tape el viaducto y el cauce de las aguas se desvíe, provocando inundaciones. (I)