“Con una horma de esperanza/ Y dedos de clavellina/ Va tejiendo su sombrero/ La manabita más linda/ Que finas que son sus hebras/ Tan finas como ella misma/ Ay quien fuera Horacio Hidrovo/ O el panal de su poesía/ para cantarte en aromas/ Una canción de toquilla”... A través del pasillo ‘Romance a una Tejedora Manabita’, Francisco del Castillo y Filemón Macías rinden homenaje a las artesanas de Montecristi, que con horas y hasta días de trabajo, dan forma con sus manos a los inconfundibles sombreros de paja toquilla.

Precisamente, al sonar de esta canción, artistas, autoridades y decenas de ciudadanos fueron parte de la inauguración del monumento a La Tejedora Manabita, ubicado en el redondel de Colorado, en Montecristi. En esta obra se invirtieron $ 237 mil, de los cuales el Municipio de Montecristi aportó con el 70%, el Gobierno Provincial de Manabí (GPM) el 20%, mientras que el 10% fue una colaboración de varios montecristenses residentes en Estados Unidos.

Esta obra tiene 15 metros de alto y su estructura está recubierta de cerámica. Por su imponente tamaño, La Tejedora se distingue a más de 100 metros.

El monumento representa a una mujer tejiendo en posición curvada. Tiene áreas verdes, cisterna, instalación eléctrica subterránea y accesos para que los turistas la observen de cerca y hasta puedan fotografiarse. En las noches, se puede observar un juego de luces que la rodean, con lo que La Tejedora Manabita destaca aún más.

La construcción de esta imagen, mentalizada y gestionada por Luis Pachay y la exreina del cantón, Ivanna Zambrano, estuvo a cargo del escultor Juan Sánchez y del contratista Jorge Luis Mero.

El prefecto de Manabí, Mariano Zambrano, destacó que la integración interinstitucional fue fundamental para concretar obras como el monumento a La Tejedora.

“Esta obra representa a nuestra mujer manabita, inteligente y trabajadora, que día a día se esmera no solo para elaborar el mejor sombrero, sino con todas sus actividades cotidianas”, destacó la autoridad provincial.

Por su parte, el alcalde de Montecristi, Richard Quijije, expresó: “Si tenemos patria y patrimonio, tenemos derecho a poseer una identidad, tal como lo destacó Tatiana Hidrovo (presidenta del Centro Cívico Ciudad Alfaro). Es que esa es la verdad, esa es la historia que nos sirve para vivir este presente y planificar el futuro. Si no hay historia, estamos divagando en el aire y sin razón”.

La construcción de La Tejedora Manabita inició en 2012 y estaba previsto que se concluya la obra en 2013, pero desacuerdos entre las partes y la constructora aplazaron los trabajos. Quijije destacó que se coordinan trabajos con Zambrano para adjuntar el pentagrama del pasillo ‘Romance a una Tejedora Manabita’ en letras de bronce en la base del monumento.

El edil Luis Pachay, presidente de la Comisión de Cultura del GAD Montecristi, señaló que el cuidado y mantenimiento de este monumento estará a cargo del personal que trabaja en el Paseo Lúdico y en el Área de Parques. “Estamos orgullosos de esta obra, que ya es un ícono cultural y turístico en honor a las mujeres manabitas, hermosas y laboriosas, que arman el sombrero para mantener a su familia. Es aquí donde están los mejores sombreros, en Montecristi”, enfatizó el concejal.

Más que sombreros...

El sombrero de paja toquilla es el producto insigne de Montecristi. En diciembre de 2012 fue nombrado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por  la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Este reconocimiento tiene como objetivo visibilizar el significado y función sociocultural del patrimonio inmaterial que se expresa en un conjunto de conocimientos, prácticas y técnicas tradicionales.

En Manabí, esta tradición la mantienen poblaciones de Picoazá, Pacoche, El Aromo, Montecristi, San Bartolo, Las Pampas, Las Palmas, Los Bajos, La Solita, Pile, Guayabal y La Pila, entre otros sectores.

La Unesco también ha distinguido a Quito, como Patrimonio Cultural de la Humanidad (1978); las Islas Galápagos, como Patrimonio Natural de la Humanidad (1979); el parque Nacional Sangay, como Patrimonio Natural de la Humanidad (1983); y Cuenca, como Patrimonio Cultural de la Humanidad (1999).  Tejer un sombrero de paja toquilla es complicado, a veces puede tomar hasta 8 meses. Este producto se exporta a Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia, Australia, etc. (I)