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La Danza de la lucha, Días plasmados, Hebras continuas son varios de los tejidos presentados

La hebra de la toquilla, un trabajo que unió a diversos tejedores montecristenses

El salón Isabel Muentes, lugar que lleva el nombre de la histórica montonera del general Eloy Alfaro, es el sitio donde se exponen los 6 trabajos realizados por los artesanos montecristenses. Foto: Centro Cívico Ciudad Alfaro
El salón Isabel Muentes, lugar que lleva el nombre de la histórica montonera del general Eloy Alfaro, es el sitio donde se exponen los 6 trabajos realizados por los artesanos montecristenses. Foto: Centro Cívico Ciudad Alfaro
13 de diciembre de 2015 - 00:00

Por: Centro Cívico Ciudad Alfaro

Las paredes del salón Montonera Isabel Muentes, del Centro Cívico Ciudad Alfaro, están llenas de arte y tradición gracias a la exposición permanente Las hebras de la Toquilla, que reúne 6 murales elaborados por las manos artesanas de hombres y mujeres de distintas comunidades de Montecristi, por conmemorarse el tercer año de la Declaratoria como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad al sombrero fino de paja toquilla (5 de diciembre).

En un acto para rendir homenaje a los artesanos de Montecristi y la provincia de Manabí, Ciudad Alfaro develó 6 murales que ahora forman parte de la exposición permanente La hebras de la Toquilla.

La  ‘Danza de la lucha’ es un mural inspirado en las batallas libradas por el general Eloy Alfaro Delgado y la montonera montecristense, Isabel Muentes de Alvia, quienes, junto con los campesinos de Montecristi, lucharon para sacar adelante el ideal de igualdad y derechos de los más desprotegidos.

Está elaborado con 75 muñecas de paja toquilla de 3 tamaños diferentes, en colores natural, rojo y concho de vino, fue confeccionado por los hombres y mujeres de las comunidades de Los Bajos y Toalla Chica.

Las mujeres de las comunas Pepa de Huso y La Sequita elaboraron ‘La  ruta  de la unión’, un mural que muestra la identidad de estos pueblos vecinos separados por una calle a nivel de la loma y el bajo.

Está compuesto por 6 esteras caladas y labradas con los diferentes tipos de tejidos, en los que sobresale la pimienta, el pancito, el metro, la estrellita y el cuencano.

El trabajo artesanal elaborado por gente de las comunas Las Lagunas y Agua Nueva, identificadas como ancestrales, elaboraron el mural ‘Días plasmados’, el cual muestra sombreros de paja toquilla calados con figuras de estrellas, rombos, pancito y  líneas ascendentes y descendentes.

En este mural se encuentran los nombres de las comunas La Sequita, Pepa de Huso, Guayabal, Pile, Cerro Copetón, Las Pampas, Las Lagunas, Las Palmas y Los Bajos.

Hebras continuas es el trabajo artesanal elaborado por jóvenes de la comuna Las Pampas. Este maravilloso trabajo artesanal muestra de manera didáctica las partes básicas del sombrero de paja toquilla, la corona, la falda y el ala. Estos sombreros están unidos por finas hebras de paja  toquilla a manera de hilos cruzados.

Las comunas Cerro Copetón y Las Palmas elaboraron el mural La Carrera con tejidos de remates de sombreros de paja toquilla conformados por largas tiras tejidas con hebras gruesas, finas y semifinas que forman los sellos precolombinos de la cultura Manteña, que los arqueólogos han llamado ‘Sello del Agua’.

‘Grados de esperanza’ es el mural realizado por la comuna Pile, conocedora del saber del tejido de paja toquilla, y donde hoy se tejen los sombreros más finos del país y del mundo. El mural está conformado por muestras de los diferentes tipos de tejidos que se realizan en la provincia. Este trabajo artesanal fue elaborado por los jóvenes y mayores de la comunidad.

En el acto realizado en el Centro Cívico Ciudad Alfaro se condecoró a diferentes artesanos de las diversas comunidades de tejedores.

Tatiana Hidrovo, presidenta de la institución, enfatizó la importancia de que los más jóvenes conserven los conocimientos ancestrales aprendiendo de sus abuelos las técnicas de un arte tan noble, como la elaboración del tejido de paja toquilla, que fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, el 5 de diciembre de 2012. (I)

Tejer sombreros, un arte ancestral que perdura

El sombrero de paja toquilla se teje con las fibras de una palmera peculiar que crece en las costas del Ecuador. Los agricultores del litoral cultivan los toquillales y recogen los tallos a fin de separar la fibra de la corteza verde, hirviendo esta última para eliminar la clorofila y secándola después con carbón de leña y azufre para que se blanquee.

Con esta materia prima, los tejedores comienzan el tejido de la copa y del ala del sombrero. El tejido de un sombrero puede durar de un día a 8 meses, según su calidad y finura.

En Pile, los tejedores confeccionan sombreros extrafinos que requieren la existencia de condiciones climáticas específicas y un número exacto de puntos en cada hilera del tejido. Finalmente se lava y se blanquea el sombrero, antes de plancharlo y hornearlo.

Los tejedores son en su mayoría familias campesinas, y las técnicas de tejido se transmiten a los niños en el hogar, mediante la observación y la imitación, desde una edad muy temprana. Para las comunidades que la perpetúan, esta tradición artesanal constituye un rasgo distintivo de su identidad y un componente de su patrimonio cultural. (I)

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