Desde mediados de este año, más de 60 mujeres de la parroquia Picoazá, en especial de la ciudadela Las Amazonas, asistieron a talleres de serigrafía, bordado y gastronomía en el Aula Picoazá del Complejo Arqueológico Hojas–Jaboncillo. Los productos elaborados durante este tiempo fueron exhibidos en la feria neoartesanal Picoazá: Identidad y emprendimiento.

La vinculación con la comunidad en los proyectos que tienen como objetivo conservar, salvaguardar y difundir el patrimonio de todos los ecuatorianos es una arista fundamental para el Centro Cívico Ciudad Alfaro, a través del Parque Arqueológico Hojas–Jaboncillo.

Por este motivo, las investigaciones realizadas por los arqueólogos se están difundiendo en los productos elaborados en los talleres de serigrafía, bordado y gastronomía. El valor agregado de estos talleres es que los componentes son las iconografías, los símbolos y las costumbres de la cultura Manteña.

Tatiana Hidrovo, presidenta de la institución, señaló que para el Gobierno Nacional es primordial que cualquier impulso o ejecución de un proyecto cultural o científico vaya de la mano con la comunidad.

“La arqueología social que ha sido muy importante en América Latina considera que se debe transmitir el resultado de sus conocimientos a la comunidad que devienen de esa herencia de pueblos ancestrales. Con esos 2 criterios hemos buscado que esos conocimientos se transformen en emprendimientos”, comentó Hidrovo.

Por su parte, Jamileth Tejena, participante de los talleres de gastronomía, destacó la unión que se formó durante el proceso con todas las participantes. “Nos están impulsando a hacer cosas positivas, a querer mejorar y a conservar los saberes y las costumbres de nuestros antepasados, y estamos muy orgullosas y contentas de hacerlo”.

Serigrafía artesanal con iconografía manteña

La serigrafía, técnica de impresión milenaria, se encuentra presente en muchos objetos de la vida cotidiana. En el taller, a cargo de Jorge Maldonado, las participantes aprendieron a construir las herramientas fundamentales de la serigrafía artesanal, como el shablón y la regleta. Además recibieron técnicas para elaborar un marco de madera y templar la tela organza, asegurándola con grapas, así como recubrir toda la tela templada con emulsión, para poder lograr el revelado del diseño.

El trabajo final consistió en la elaboración de productos artesanales, los que sirvieron para plasmar con la técnica de la serigrafía iconografía de la cultura Manteña.

Durante el taller se crearon varios productos como mochilas, bolsos, caminos de mesa, cojines y alforjas. Todas las tareas diarias para la elaboración de los productos eran repartidas entre las participantes del taller: un grupo se encargaba de pintar, otro de cortar las telas y otro de armar el producto final.

Lentejuelas y grecas en símbolos manteños

En el taller de bordado, las mujeres de Picoazá demostraron sus habilidades en el arte de la costura y realizaron delicadas artesanías con símbolos de la cultura Manteña, como sillas, vasijas y mazorcas de maíz. Estas figuras decoradas con perlas, grecas, lentejuelas y flequillos fueron los complementos que le dieron forma a las lámparas, colgantes de ramas de palo santo, banderines y pecheras.

El tallerista Leonardo Álava, quien lleva 16 años bordando las conocidas cintas y banderas para las fiestas de san Pedro y san Pablo, manifestó que “estos talleres no solo ayudaron a las mujeres de la ciudadela Las Amazonas, sino de todo Picoazá, y las hizo más seguras de sus capacidades”.

Los sabores también estuvieron presentes

Maíz, yuca, higo, plátano y otros alimentos fueron escogidos por nuestras mujeres para elaborar deliciosos platos y conservas que llevan el toque autóctono de la zona. Cecilia Cedeño, chef profesional, las acompañó durante el taller incentivándolas a demostrar sus sazón innata. De esta manera, elaboraron un variado menú que incluía conservas, dulces, mermeladas, ron popes, helados, el tradicional canelazo, y diferentes piqueos.

Decsy Laz, moradora de la ciudadela Las Amazonas, mencionó el cambio que ha tenido la parroquia, especialmente en la actitud de los vecinos. “Ahora trabajamos en grupos, estamos muy entusiasmados con todo lo que estamos aprendiendo y queremos que más gente venga a conocer Hojas–Jaboncillo, que es patrimonio de todos los ecuatorianos”, dijo.

Todos los conocimientos aprendidos por estas hábiles y creativas mujeres de Picoazá se exhibieron en la feria neoartesanal Picoazá: identidad y emprendimiento, a la que asistieron más de 400 personas.

Los rostros de alegría de las participantes de los talleres durante esta colorida feria demostraron la satisfacción del trabajo que realizaron y por el que se llevaron decenas de aplausos y de felicitaciones. (I)