Bajo un intenso sol se divisa un mar completamente azul; las olas van y vienen. En la orilla de la playa El Murciélago, en Manta, personal de Salvares esperaba el momento idóneo para ingresar al agua a Yadira Macías, llamada también Yayita, y a Carlitos Espinoza.

La felicidad de estas dos personas contagiaba a quienes desde la arena veían cómo se bañaban sobre unas sillas anfibias para personas con discapacidad, que fueron entregadas a la ciudad por el gobierno local, a través del patronato.

Entre quienes observaban el disfrute de estos jóvenes estaba Rossy Sánchez, del sector Sí Vivienda.

Ella analizaba cómo usaban las sillas, con la ayuda de salvavidas locales, y luego pensó que esta era una buena oportunidad para llevar más seguido a la playa a su hija Denis Calle.

“Sí, la traemos a la playa de repente, pero ahora con estas sillas estaremos más seguido”, expresó.

Ángel Alvarado, desde su silla de ruedas, mencionó que ahora será mucho más fácil ingresar al mar. “Sin dudas voy a hacer uso de esta ayuda”, indicó el montecristense.

Jesús Palacios, madre de Yayita, resaltó que las sillas serán de gran aporte para los padres que quieran llevar a sus hijos que tengan algún tipo de discapacidad física al mar.

“Qué felicidad es ver a mi hija gozar de un baño en el mar, de relajarse. Antes la cargaba en brazos con la ayuda de mi esposo; meterla al agua era dificultoso”.

Por su parte, Carlitos no paraba de reír mientras el salvavidas Diego Casquete lo ayudaba a que se sintiera cómodo durante el baño. Juan Carlos Espinoza, progenitor del joven, siente felicidad de ver que su hijo, de 20 años, entró por primera vez al mar. “Con estas sillas Carlitos va a querer venir todos los fines de semana”, dijo Espinoza.

Estas sillas, gracias a su anchas ruedas (que además son flotadores), les permiten moverse sobre cualquier tipo de superficie y además son desmontables; tienen un respaldo inclinable para una comodidad óptima del usuario.

Ana María Suárez, presidenta del patronato, señaló que estas sillas, que serán utilizadas como distracción específicamente por las personas que tengan algún tipo de discapacidad, están bajo la administración de los rescatistas de la Fundación Salvares. 

Miguel Valencia,  dirigente de la Asociación de Personas con Discapacidad Física Manta-Montecristi, manifestó que: “gracias a Dios estamos viviendo estos tiempos de inclusión; tenemos más rampas y eso nos significa menos dificultades”.

Valencia relató que antes ingresar a la playa El Murciélago le resultaba muy difícil porque solo había arena. “Ahora contamos con la rampa y le sumamos las sillas anfibias, con las que podremos disfrutar del agua”.

El alcalde de Manta, Jorge Zambrano, señaló que estas dos sillas son las primeras de muchas más que pronto llegarán a la ciudad.

“Estoy seguro de que con la ayuda de muchas personas incrementaremos este servicio”.

Sara Lino, hija de Mauro Lino, persona discapacitada, asegura que llevará a su padre a la playa  por lo menos dos veces al mes para que utilice estas sillas. (I)