En Tungurahua no es novedad que el volcán que lleva el nombre de esta productiva provincia ‘despierte’ y cause daños en viviendas, cultivos y ganado de poblaciones cercanas. El coloso lleva 16 años activo, con períodos de actividad alta de aproximadamente 30 días y 3 meses de comportamiento calmado. El 9 de noviembre el Tungurahua expulsó gran cantidad de ceniza, material que por acción del viento cayó en poblaciones ubicadas al occidente del cráter, como La Calera, El Guanto, El Guasmo y Hualcanga, del cantón Quero, entre otras, y devastando siembras de papa, maíz, fréjol y zanahoria. El único producto que no resulta afectado por el polvo volcánico es la cebolla blanca, porque la planta es tubular, pequeña y carece de hojas y frutos. Otro de los factores que favorecen la resistencia de esta especie es que posee un capullo en la parte superior que acumula la ceniza, y puede ser sacudida por los agricultores sin peligro de ser destruida. La permanente actividad del Tungurahua ha motivado a moradores de estas comunidades a cambiar sus cultivos tradicionales por cebolla blanca. Su precio en mercados como el Mayorista, Central y América, todos de Ambato, fluctúa entre $ 0,50 y $ 1 el atado, valor que satisface a los comuneros. (I)