La gastronomía andina, con la que se pretende retomar los productos que utilizaban los antepasados indígenas hace medio siglo, está ganando más espacios en Tungurahua.

Los propietarios de hosterías y emprendedores de los cantones Píllaro, Cevallos, Quero y Mocha están creando recetas novedosas para atraer visitantes. Es así que se elabora, por ejemplo, el conejo a la leche, la chicha de quinua, las empanadas de jícama, el cuy asado, el cebiche de cuy, etc. Para esto, los propietarios de las quintas como María Isabel (sector El Rosal), Escondida (El Porvenir) y Los Sabores de mi Tierra (Pinguilí) se aliaron con asociaciones de mujeres productoras para impulsar la gastronomía.

“Nuestra finalidad es potenciar las organizaciones locales, utilizar sus productos y la mano de obra para ofrecer alimentos preparados con calidad”, dijo América Vinueza, emprendedora.

Otros platillos que ofrecen son el cuy asado o brosterizado, caldos de gallina y sopa de quinua con oreja de puerco. Los precios varían entre $ 3 y $ 5.

A pesar de que se cocina y se come como un grano, la quinua es técnicamente una semilla, y se relaciona con la espinaca, la acelga y la remolacha.

La quinua crece mejor en zonas de montaña, a 3 mil metros o más sobre el nivel del mar, y prospera en suelos pobres, con aire y clima extremos. Sus tallos miden entre 3 pies y 6 pies de altura, y cada planta puede producir hasta una taza de semillas.

En las casas de campo y hosterías, este producto se está retomando con fuerza. En el barrio Tres Juanes de Yanahurco, en la zona baja del cantón Mocha, los criadores de cuyes la usan para preparar sus alimentos.

Hilda Guevara se dedica a la crianza de especies menores y ella es parte de la Asociación de Mujeres 12 de Julio que a su vez está integrada a una red de emprendedores, cuya sede está ubicada en la hacienda La Escondida. (I)