Publicidad

Ecuador, 25 de Junio de 2025
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
+593 98 777 7778
El Telégrafo
Ecuado TV
Pública FM
Ecuado TV
Pública FM

Publicidad

Comparte

Recorriendo el bosque de papel en el Chimborazo

Desde Guaranda al sector de Cruz del Arenal,  el  viaje en sentido sur-norte toma cerca de 40 minutos; luego se llega a un desvío y ya en las faldas del volcán Chimborazo, se toma una vía de segundo  orden hacia el sur, en el límite entre las provincias de Bolívar y Chimborazo.

A más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, el viento puede ser hostil. Las ráfagas superan los 80 km por hora y ese es  precisamente  uno de los encantos de esa parte del país. Sin embargo, solo en ciertos lugares de esos parajes se puede sentir tal fuerza.

El sector de El Arenal, como su nombre lo indica, es un desierto en el páramo de los Andes ecuatorianos. Y a pesar de parecer un terreno estéril, este engloba una gran biodiversidad, así como riqueza cultural.

DATOS

La Reserva de Producción Faunística  Chimborazo comprende 58.506 hectáreas dentro de tres provincias andinas centrales del Ecuador: Tungurahua, Chimborazo y Bolívar.

La Reserva de Producción Faunística Chimborazo se creó en 1987 con el objetivo principal de implementar en ella un programa de manejo de camélidos andinos (llamas, alpacas y vicuñas).

Según datos del Ministerio del Ambiente, un 80% de la reserva  Chimborazo está en manos de 38 comunidades indígenas, organizaciones campesinas y unos pocos propietarios privado
En la zona, la vegetación se intercala con espacios de suelo duro, sea rocoso o, con más frecuencia, arenoso. En ciertas partes, donde los vientos son fuertes y persistentes, se ve la formación de dunas donde crecen ciertas plantas como la loricaria. En otras partes,  la vegetación apenas muestra algunos penachos de hierba, pocos arbustos, hierbas aisladas, musgos y líquenes. Una especie característica de este tipo de páramo es la chuquirahua,  también conocida como la flor del andinista.

Y luego de contemplar ese paisaje, uno  puede dirigirse hacia el sur, dejando a  las espaldas el espectacular Chimborazo.

La caminata dura más de tres horas, pero vale la pena cada minuto avanzado. El recorrido incluye leyendas, visita al bosque de polylepis, cuya corteza está conformada por láminas finas que parecen papel.

En la zona de los cuatro tambos, Fredy Paguay contó que hace  millones de años, los volcanes que “vivían” cerca de la mama Tungurahua debían tener en sus faldas agua y un bosque que represente la vida; esto era un requisito para poder conquistarla. Y que así es como el bosque de polylepis fue poblando las faldas del taita Chimborazo, su principal enamorado.

Mientras  caminábamos y se avanzaba por el pequeño sendero, los técnicos de la Dirección del Ministerio de Turismo (Mintur) de Bolívar explicaron que esa ruta “es muy visitada por comunidades indígenas y por deportistas que practican ciclismo de montaña. Por eso estamos fortaleciendo las relaciones con las comunidades para seguir desarrollando turismo comunitario y que las personas se beneficien de esta actividad”, indicó Germán Sánchez, técnico de Gestión de Proyectos del Mintur-Bolívar.
 
Fredy contó que las experiencias son enriquecedoras. “Muchos visitantes prefieren el turismo comunitario; les gusta hospedarse en nuestras casas, quieren saber cómo vivimos. Esto genera un intercambio cultural muy constructivo para las dos partes”, explicó. En ese contexto, además del idioma, la gente intercambia ideas y genera amistades. “La última vez mis hijas se quedaron muy tristes por la partida de una familia de Bélgica, pues las niñas hicieron mucha amistad”, dijo.

Mientras avanzamos, nos cruzamos con un grupo de estudiantes de la Politécnica de Chimborazo. “Es increíble la diversidad de plantas que hay en el páramo. En este momento tomamos una pequeña muestra de romerillo, el mismo que tiene propiedades para tratar la diabetes”, dijo Carlos Pazmiño, estudiante de Farmacia.

Después del bosque de polylepis, queda el descenso. Pasamos frente a la montaña del Cóndor, y luego hacia la comunidad del Corazón.

Los glaciares son fuente vital

Los 1.636 habitantes de comunidades como Culebrillas, Totoras, Marcopamba, Larcaloma, Pukarapamba y Quindigua Central, se han comprometido para cuidar las vertientes de agua pura y declarar al sector un páramo limpio.

Son 12 vertientes que se encuentran separadas por algunos metros. Se maneja la versión de que es allí donde nace el río Guayas y esa escena se encuentra representada en el Escudo Nacional. “Estas aguas tienen propiedades curativas. Muchas personas de las comunidades vienen a celebrar el Pawkar Raymi y el Inty Raymi, pero aún nos falta ser más conscientes con respecto al manejo de desechos. Ese es uno de los problemas a erradicar”, explicó Fredy Paguay, dirigente y guía de la comunidad de Larcaloma.

Publicidad Externa

Ecuador TV

En vivo

El Telégrafo

Noticias relacionadas

Pública FM

Social media