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La apertura de un shopping fue el mayor reto para el comercio tradicional de Ambato

El patio de comidas del centro comercial es uno de los lugares de encuentro más reconocidos de la urbe. Allí además están restaurantes y salas de cine.
El patio de comidas del centro comercial es uno de los lugares de encuentro más reconocidos de la urbe. Allí además están restaurantes y salas de cine.
Foto: Carlos Novoa Sánchez / El Telégrafo
09 de julio de 2016 - 00:00 - Redacción Centro

Ambato, ciudad con 165 mil habitantes, es, sin duda, el cantón más comercial de la Sierra central.

Si bien existe actividad mercantil en Chimborazo, Cotopaxi, Pastaza y Bolívar, en la capital tungurahuense se compra y vende gran parte de la producción agrícola, textil y ganadera de estas provincias.

Allí además se encuentran importantes centros de expendio, como el Mercado Mayorista y la Plaza Urvina, los cuales son referentes regionales a la hora de fijar precios de verduras, tubérculos, frutas y demás productos comestibles.

Para esta sociedad en la que el comercio es la tercera actividad económica más importante, después de la agricultura y la industria carrocera, la apertura de un mall representó un verdadero desafío para el sector comercial.

Mall de los Andes

Esto es precisamente lo que ocurrió   el 6 de abril de 2005, cuando el Mall de los Andes, primer centro comercial de esta clase en la región central, fue inaugurado en Ambato.

Hasta ese entonces, la mayor parte de las actividades mercantiles, sociales y recreativas, tenía lugar en el casco urbano.

La apertura de este shopping cambió esta realidad de forma radical. Ubicado en el sur de la urbe, este centro comercial fue el pionero en la descentralización de la capital tungurahuense, es decir, la salida de algunas entidades administrativas, educativas, carteras de Estado y negocios, hacia sectores del norte, sur-oeste y sur de la urbe.

En este caso, el barrio Oriente, ubicado entre las avenidas Atahualpa y Los Chasquis, muy cerca de la Universidad Técnica de Ambato (UTA), se convirtió en la sede de muchas instituciones que antes tenían sus oficinas en el centro de la capital tungurahuense.

Entre ellas los ministerios de Inclusión Económica y Social (MIES), del Ambiente, de Agricultura, de Movilidad Humana y de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, y la Municipalidad de Ambato.

La presencia de esta última se debe precisamente al desarrollo comercial y crecimiento urbanístico que experimentó en la última década la poblacional de la zona sur.

Desafío al comercio tradicional

A decir de Norman García, sociólogo ambateño, los malls representan el mayor reto para el sector comercial tradicional por varias razones.

“En una urbe tan comercial como Ambato, la apertura de un shopping  representa un verdadero desafío. Esto es fácilmente comprobable: hasta hace 11 años el ambateño promedio acostumbraba a hacer la mayoría de sus compras, como ropa, comida, electrodomésticos, etc., en plazas y mercados. Hoy las grandes   tiendas del Mall de los Andes ofrecen estos productos con gran calidad y facilidades de pago; lo que obliga al  comercio tradicional a mejorar sus servicios para no perder la  clientela que tanto le ha costó conseguir”, dijo.

Carlos Maisanche, dirigente de una asociación de comerciantes del Mercado Modelo, afirma que, si bien esto último es positivo y realizable, la presencia del mall cambió los hábitos de consumo.

“Antes la cantidad de visitantes de los centros populares de expendio era mayor. Los padres solían llegar con sus hijos, tenían más tiempo para escoger el producto y hasta para socializar con los vendedores. Hoy, debido al acelerado ritmo de vida, las mercancías se adquieren a la brevedad posible, lo que obliga al consumidor a comprar en tiendas de productos procesados y donde todo está listo, como en  tiendas de los grandes centros comerciales”, comentó.

Diversificación de la oferta

Hoy el sitio preferido para hacer las compras semanales de una familia es el mall, por varias razones. Entre las principales, el hecho de que allí se ofrecen varias posibilidades de ocio para todas las edades.

Álvaro Rothembach, gerente regional de Corporación Favorita, propietaria del Mall de Los Andes, afirma que esto solo amplía la oferta comercial en la ciudad, más no representa una competencia desleal al sector comercial tradicional.

“El objetivo de abrir un shopping no es obligar a cerrar a pequeños negocios ni ser rivales para ellos, sino ampliar las alternativas adquisitivas de los usuarios. Además este lugar no solo tiene locales de venta de alimentos y más productos de primera necesidad, sino que además hay farmacias, salas de cine, librerías, restaurantes, es decir, opciones de diversión y proveedoras de productos y servicios para grandes y chicos”, explicó.

Además de esto Rothembach calificó de positiva la presencia de varias entidades financieras, pues así se reduce el riesgo de sufrir robos y asaltos a la hora de retirar dinero y hacer otras transacciones.

El año anterior este centro comercial fue remodelado. El patio de comidas, que hasta inicios de 2015  estaba en la segunda planta y tenía una capacidad menor a 500 personas, hoy se ubica en el tercer piso y tiene una capacidad para 750 comensales.

Antes había espacio para 650 vehículos y ahora el número de plazas para automotores se incrementó a 900. (I)

El mall además es un punto de referencia urbana

Además de ser un conjunto de locales comerciales de gran variedad, el mall es un punto referencial de Ambato por excelencia. Según Verónica Sánchez, antropóloga de la UTA, este espacio se ha convertido en uno de los principales lugares de encuentro.

“El reloj del parque Cevallos, la Casa del Portal, la Catedral, la Quinta de Juan León Mera, entre otros puntos, eran hasta hace una década los sitios referenciales de la capital tungurahuense. Hoy, esta lista la encabeza el patio de comidas de este gran centro comercial, cuya capacidad es para 750 personas, tras la apertura del cual se notó uno de los fenómenos sociales y urbanísticos más curiosos del ser humano”, dijo.

En esta última parte la antropóloga se refiere al desplazamiento posprogreso, fenómeno migratorio que se caracteriza por la mudanza de locales comerciales de un sitio a otro, después de notar el despegue comercial del negocio pionero.

“Esto es normal pero impresiona la competencia publicitaria que se desata tras el traslado de negocios. Sin duda la presencia del Mall, así como del Multiplaza, pequeño centro comercial ubicado en Ingahurco que se inauguró en 2013,  aportó al desarrollo de la urbe; pero solo el tiempo dirá si éste no ‘ahogó’ pequeños locales que han estado cerca por años, como tiendas, ferreterías, librerías, y otros establecimientos que han sido el soporte económico de muchas familias ”, concluyó Sánchez. (I)

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