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En su trayecto al Amazonas, el río Pastaza es la ‘madre’ de 7 etnias indígenas

En la comunidad Pomona, ubicada a 15 minutos de Puyo, los turistas pueden disfrutar de paseos en canoas debido a la pasividad de las aguas del río Pastaza.
En la comunidad Pomona, ubicada a 15 minutos de Puyo, los turistas pueden disfrutar de paseos en canoas debido a la pasividad de las aguas del río Pastaza.
Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
11 de noviembre de 2017 - 00:00 - Redacción Centro

La productiva y vasta provincia de Pastaza es una de las localidades con mayor recursos hídricos en el país. Sus cascadas, ríos, vertientes, lagos y bosques húmedos, preservan el líquido vital en estado casi puro a lo largo de sus cuatro cantones.

La abundancia de agua en Puyo, Arajuno, Mera y Santa Clara potencia significativamente la actividad agrícola, ganadera, piscícola y avícola, así como el sector turístico.

Uno de sus ríos más grandes, del cual toma nombre la provincia, es un verdadero ‘paraíso’ para la flora y fauna que se vive en sus riveras, superficie y profundidades, así como para los pueblos que residen cerca.

Nace de la unión de los arroyos Patate y Chambo, al pie del volcán Tungurahua, en el cantón Baños. Pocos kilómetros más adelante toma fuerza y se convierte en el torrentoso y respetable río Pastaza.

Para las 7 etnias indígenas que allí residen, este tributario del gigantesco río Amazonas guarda verdaderos tesoros que pocos conocen, además de ser el principal escenario para la recolección de frutos.

“En sus correntosas y oscuras aguas trae esporas, polen y semillas de miles de especies vegetales que se encuentran en sus riveras, a lo largo del trayecto desde su nacimiento en la Sierra. Este material es la base para el desarrollo de nuestras selvas y bosques húmedos, en los cuales se recolecta frutas silvestres y tubérculos, además de cazar y pescar”, señala José Tsamaraint, de la nacionalidad achuar (NAE).

Este es uno de los siete pueblos amazónicos que habitan en Pastaza. Andoa, shuar, kichwa, shiwiar, waorani, y zapara son las demás etnias que viven en la provincia, para quienes el torrentoso arroyo tiene el carácter de ‘dador’ de vida.

“En nuestra cosmovisión los ríos son comparables a una madre, pues en ellos se alimentan, reproducen y desenvuelven especies que consideramos hermanas, es decir las plantas y animales. No obstante también es el hogar de muchos espíritus que pululan en la superficie acuática, por lo cual es escenario de varios rituales que nuestros hombres sabios (shamanes) realizan en diferentes épocas del año”, destaca Benancio Supai, de la etnia shuar.

Características

Antes de convertirse en el río Pastaza, sus aún cristalinas aguas discurren por valles de los cantones tungurahuenses Patate y Baños, provenientes de la cordillera oriental de los Andes.

En este último poblado atraviesa varios fascinantes accidentes geográficos, y en su última parada antes de ingresar a la Amazonía   forma la cascada Agoyán, de aproximadamente 60 metros de altura.

Con dirección sureste, su curso constituye el límite natural entre las provincias Pastaza y Morona Santiago. En este tramo recibe varios afluentes, entre ellos el río Palora, el Capahuari y el Bobonaza.

Tiene una extensión total de 273 kilómetros, y es un afluente del río Marañón, pues avanza hasta el departamento de Loreto (Perú), que a su vez es un tributario del fascinante e imponente Amazonas.

Muchos de los arroyos que alimentan al Pastaza se originan en los deshielos del Parque Nacional Llanganates, tales como el Verde Chico, el Blanco, el Verde Grande, el Topo y el Palora, entre otros. En su ruta desde Baños hasta Puyo (cabecera cantonal de Pastaza), de aproximadamente 70 kilómetros, este correntoso río forma varias cascadas.

“Esta es solo una de las razones por las cuales el río Pastaza es considerado la ‘columna vertebral’ del sistema fluvial amazónico. A lo largo de su trayecto hasta Perú forma pequeñas piscinas en valles y otros parajes del bajío donde parte de la población ha optado por la piscicultura y ganadería”, dijo Lorena Caiza, guía turística de Pastaza.

Monos, tigrillos, capibaras, venados, y una enorme diversidad de aves, peces e insectos, son las especies que habitan en las riveras del río. En cuanto a flora, existen árboles y plantas de coco, chonta, mango, plátano, bromelia, orquídea y liana, entre otras especies.

Turismo y gastronomía

A su paso por el cantón Baños, las aguas del Pastaza sirven para la práctica de rafting, kayaking, tubbing y descenso de cascadas.

“La corriente en este punto alcanza el nivel 2 en el ránking de intensidad para hacer rafting, por tal motivo es posible practicar este deporte extremo de forma segura, al igual que el traslado fluvial sobre kayak y sobre tubos de neumáticos”, señala Maritza Fuentes, operadora turística de Baños.

En la comunidad Pomona de Pastaza el río se torna apacible. “Si bien el arroyo en este sector es más calmado, también su dimensión y profundidad es superior, por ello todos los turistas llevan chalecos salvavidas; después del paseo los visitantes se deleitan con la diversa oferta gastronómica, un menú encabezado por el maito de trucha, tilapia y carachama, hormigas a la plancha, y chicha”, explica Carlos Llerena, guía turístico. (I)

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