“Mi hija era inteligente, le gustaba las artes, la poesía, la declamación, era brillante, pero nunca pudo superar ese dolor que le causó la violación por parte de dos de sus compañeros cuando ella tenía 15 años, después de 9 años se suicidó”, cuenta Katalina Ribadeneira, madre de “Diana”, adolescente de  Guaranda, que fue violada en 1996.

El caso aún está en proceso.
“No es posible que los autores permanezcan impunes, voy a seguir luchando para que se haga justicia”, explicó Katalina, quien a su vez es coordinadora del Foro de la Mujer de  Bolívar, una ONG que  trabaja por más de 15 años por los derechos de las mujeres de la provincia.

Desde 1997, el caso no ha prosperado, el mismo se encuentra represado en la Fiscalía de Bolívar. Este es uno de los tantos hechos -de los que se han denunciado- en la provincia  sobre violencia de género.       

Según Ribadeneira, factores como el alcoholismo y el machismo son los principales causantes de las agresiones. Al mismo tiempo, problemas intrafamiliares, hogares con antecedentes de violencia repercuten en el comportamiento de las personas. “En el sector rural es donde más se denuncian este tipo de actos, o es donde más se visibiliza. Muchas parejas de jóvenes recién casados tienen este tipo de situaciones, principalmente por que el hombre cree ser dueño de la mujer”, explicó Ribadeneira.

Las denuncias por violaciones son diarias. Solo en la coordinadora del Foro de la Mujer, en lo que va del año se han receptado 100 denuncias por violación. La violencia de género es un mal social latente, muchas familias sufren de este mal y este se multiplica en la sociedad. De todas las denuncias receptadas en la coordinadora, las de violación superan el 40% frente a las de desapariciones que son un 5%.

En la provincia, 8 de cada 10 mujeres son violentadas. El silencio da paso a la impunidad y por ende, a que se sigan cometiendo este tipo de crímenes. Sin embargo, dicho silencio, muchas veces es por amenazas de parte del agresor.

Según Lucía Pérez, socióloga y activista en la lucha por los derechos de la mujer, en muchos casos la violencia es solo un reflejo de lo que se vive en los hogares. “La violencia es del ser humano y debemos canalizarla, explotarla de otras formas, sobre todo cuando las parejas tienen hijos menores, son ellos los que más tarde replicarán las acciones y los ejemplos que han aprendido, los trasmitirán a la sociedad”, indicó Pérez, quien lleva trabajando por más 6 años por los derechos de la mujer. “La relación dentro del núcleo familiar, debe fortalecerse para romper esquemas mentales, paradigmas que son violentos y atentan contra la mujer”, indicó.

Para Marisol Moposita, comisaria de la Mujer y la Familia del cantón Guaranda, muchas de las denuncias receptadas son por violencia psicológica. La violencia intrafamiliar ataca directa e indirectamente a los miembros de la misma. “No solo las mujeres se han acercado a denunciar, hay un porcentaje (aunque muy bajo, 1% de denuncias) de hombres que sufren maltrato, físico y psicológico.