Con una inversión mayor a $ 50 mil, la Dirección Distrital del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), en Tungurahua, firmó el pacto de cooperación interinstitucional con la Universidad Técnica de Ambato (UTA), para implementar el servicio de atención médica a personas con discapacidades.  

Mediante este acuerdo, ambas entidades se comprometieron a colaborar en el Centro de Cuidado Diurno, que funcionará en los predios universitarios de Huachi Chico.

Luis Criollo, director distrital del MIES, afirmó que el proyecto está enfocado en atender a personas en situación de vulnerabilidad. “El Centro recibirá a niños, jóvenes o adultos. La prioridad es la población en situación de extrema pobreza y vulnerabilidad. La UTA tiene los equipos y la infraestructura necesaria para atender a este grupo de personas que merecen cuidados especiales”, dijo.

Además de esto, el funcionario señaló que allí se atenderá a 45 personas con discapacidades físicas, intelectuales, visuales y auditivas, que han sido escogidas con anterioridad, tomando en cuenta los casos de mayor necesidad de asistencia médica y el grado de extrema pobreza en la que viven.

“Ha sido una tarea exhaustiva, los funcionarios de la cartera de Estado han revisado detenidamente cada uno de los perfiles para designar como beneficiarios del proyecto a las personas que más lo necesitan, ya sea por la urgencia de tratamiento o por situación económica deplorable”, añadió.

El aporte del MIES es de $ 51.600, mientras que el de la UTA asciende a $ 21.300, que sumados dan un total de $ 72.900.

Ampliación de beneficiarios

Aparte del desembolso económico, la cartera de Estado pondrá a disposición personal especializado para los diferentes casos.

Entre ellos estarán coordinadores, facilitadores, auxiliares de cuidado, especialistas, terapeutas del lenguaje y profesionales en rehabilitación física, quienes elaborarán a diario programas y terapias, de acuerdo a los pacientes.

Los sueldos de los profesionales también estarán a cargo del MIES, así como la alimentación de los 45 beneficiarios. El Centro  atenderá de lunes a viernes, desde las 08:00 hasta las 16:00

Vicente Roldán, joven ambateño con 60% de discapacidad física, afirmó que a pesar de ser un proyecto positivo, se debería ampliar el número de beneficiarios. “Al igual que muchas personas que utilizamos silla de ruedas, me gustaría ser favorecido del proyecto. La terapia para incentivar la movilidad de las extremidades inferiores es muy costosa y escasa en Ambato, motivo por el cual deberían analizar la posibilidad de aumentar el número de personas que recibirán terapia en la universidad”, dijo.

Duración del convenio

Galo Naranjo, rector de la UTA, manifestó que el convenio tendrá una duración de 6 meses. “La importancia de este tipo de acuerdos permite priorizar la atención especializada a personas con algún grado de discapacidad, motivo por el cual están en situación de vulnerabilidad. Esto sin descuidar el principal objetivo que persigue la universidad: ser una institución generadora de ciencia e investigación. El convenio de cooperación interinstitucional durará 6 meses, contando a partir del primero de septiembre”, indicó.

Pese a que el proyecto cuenta con fecha de caducidad, las autoridades de ambas instituciones han manifestado que se planifica extender el tiempo de ejecución del plan, pues su beneficio es grande.

La universidad ejecutará el plan con la norma técnica y propuestas de mejoría que ha emitido el MIES, entidad que con anterioridad lo ha aprobado bajo estrictas normas.

Adicional a los profesionales que el ministerio designe al proyecto, estudiantes del centro educativo de carreras afines, como Medicina y Terapia Física, podrán hacer su vinculación y prácticas profesionales allí. “Además de beneficiar a personas de escasos recursos con discapacidad, esta iniciativa permitirá adquirir valiosos conocimientos a los universitarios. La práctica in situ dotará a los estudiantes de una gran experiencia que les servirá una vez que empiecen a ejercer en hospitales, clínicas y centros de rehabilitación”, añadió Naranjo.

Fernando Jaén, estudiante de Terapia Física de universidad, agradeció la apertura de estos espacios. “Esto nos permitirá aprender de manera práctica nuestra carrera, además de hacer la vinculación con la comunidad y hacer las prácticas preprofesionales requeridas antes de egresar y posterior a la graduación”, comentó el joven.

Labor desde 2013

La ejecución de este proyecto llega a la ciudad un año después de la apertura del Centro de Discapacidades El Peral, unidad especializada en la atención a personas con problemas físicos, visuales, auditivos e intelectuales del centro de la urbe.

Allí, desde septiembre de 2013 se agrupan organizaciones y asociaciones de sordos, ciegos y parapléjicos, quienes con ayuda de maestros y tutores especializados en la materia, realizan terapias enfocadas en mejorar la calidad de vida.

María Fernanda Naranjo, vicealcaldesa de Ambato e impulsora del proyecto, manifestó su conformidad con esta clase de iniciativas.

“Indudablemente es positivo cualquier plan que beneficie a este grupo de personas, quienes al margen de las discapacidades que padecen, son muy capaces de realizar tareas y trabajos específicos. Tras 15 años de trabajar con ellos, puedo afirmar que ayudar a estas personas es una tarea por demás satisfactoria y reconfortante, pues al colaborar con ellos, uno también aprende valiosas lecciones y de superación, esfuerzo y constancia, además de experiencias de vida”, dijo Naranjo.

Otras personas de la región están interesadas en recibir asistencia.