La carretera Aceropaxi (Lasso)-Mulaló-puente de Aláquez (occidente), que une   la carretera Panamericana con el Aeropuerto Cotopaxi y  fue reinaugurada recientemente, aún  presenta  problemas en el sector del puente antiguo.

Al ingresar hacia el occidente  frente a la fábrica Aceropaxi (sur de Lasso), el camino es de tierra y está en mal estado. Son unos 100 metros que terminan en un estrecho y vetusto puente sobre el río Cutuchi. De allí en adelante, la vía es de dos carriles y está asfaltada, pero sus costados no tienen cunetas, drenajes ni iluminación.

En ese estado, la prefecta de Cotopaxi, Blanca Guamangate, reinauguró el 22 de enero último la vía, que fue mejorada con un préstamo del Banco del Estado (BEDE) al Consejo Provincial. En la obra, que consistió en la ampliación y asfaltado del camino,    se invirtieron 2’515.700   dólares aproximadamente. 

“Se supone que el puente lo iban a ampliar. Así como está constituye un  riesgo”, afirmó Luis Catota, propietario de una camioneta que usa para transportar a los pobladores entre la Panamericana y Mulaló.

Guamangate aseguró que la construcción del puente   “desde un principio” fue un compromiso de la Junta Parroquial de Mulaló.

De su lado, el presidente del Gobierno seccional, Víctor Hugo Espinosa, lo negó y dijo que en 2008, cuando empezó el mejoramiento de la vía, el ex prefecto César Umaginga estableció un presupuesto de 4’500.000 dólares que incluía la construcción de un nuevo puente. “No sé cómo se justificaron los gastos para que estos terminen en 2’515.700 dólares (…) Por este recorte ahora   faltan los drenajes y cunetas en la vía”, dijo al referirse a lo invertido por Guamangate.

El presidente del Gobierno Parroquial se comprometió, sin embargo, a gestionar el presupuesto para elaborar los estudios del puente. Hacerlo con dinero propio no sería factible, ya que –indicó- la Junta Parroquial de Mulaló tiene un presupuesto anual de 154.000 dólares, mientras que “solo el estudio costaría entre 7.000 y 10.000 dólares y la obra unos 130.000 dólares”.

El Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomías y Descentralización (Cootad) establece multas paras las autoridades que inauguren obras inconclusas, pero la prefecta de Cotopaxi sostiene que en el caso de la vía Aceropaxi-Mulaló-puente de Aláquez ella no teme ser sancionada, porque, insistió,   la construcción de un nuevo puente no formaba parte del contrato entregado a Alvarado Ortiz.

Sin embargo, la prefecta reconoció que faltan obras complementarias y que al ejecutarlas se incrementará a 3’800.000 dólares el costo total  de la carretera. “Desde marzo  se iniciarán los trabajos de reconocimiento”, sostuvo.