Se trata de un pequeño pueblo junto al mar ubicado a 30 km al norte de Esmeraldas. Su playa, de 7 km de ancho y aproximadamente 300 metros de amplitud, está llena de caracoles, cangrejos y jaibas. Sus pobladores se dedican principalmente a la pesca.

Según los moradores, al lugar llega el agua limpia del océano lo que permite que existan abundantes camarones. De ahí el nombre de esta parte de la costa. Otras especies, como langostas y diversos peces, se los encuentra mar adentro.

En un clima que oscila entre los 21°C y 32°C, es común observar a niños y algunos turistas recogiendo ostiones y almejas al filo de la playa. Acompañados de unas gotas de limón, se los puede comer en ese momento.

La playa está rodeada de cocoteros, matorrales y algunos árboles ornamentales. Gaviotas y pelícanos también forman parte del paisaje. El turista disfrutará de una playa llena de paz donde podrá estar en contacto directo con la comunidad. Y es que en un ambiente tranquilo, en las tardes las mujeres elaboran artesanías. Asimismo, el atardecer llega acompañado de los gritos y risas de los niños que juegan en pequeños espacios que son usados como canchas.  

Para los amantes de las aventuras, en esta playa también se puede practicar parapente con una vista única de la zona. Aunque no hay grandes hoteles, los turistas pueden hospedarse en pequeñas cabañas de los propios moradores.

En cuanto a la gastronomía, Camarones cuenta con pocos restaurantes pero cuya sazón es inigualable.

Fuente: www.viajandox.com