Mote Pata
- ½ libra de carne de cerdo cortada en dados de 2 cm
- ½ libra de chorizo cortados en trozos de 2 cm
- 4 rebanadas de tocino ahumado picados en trozos pequeños
- ½ libra de cuero de cerdo cortado en cuadrados de 2 cm
- 2 cebollas blancas finamente picadas
- ½ taza de pepa de sambo tostado y molido
- 1 litro de leche
- 4 tazas de agua con sal
- 3 cucharas de manteca de cerdo
- 2 cucharas de achiote
- 1 libra de mote cocinado
- 4 dientes de ajo molidos
- Sal pimienta y comino al gusto
- Lleve una sartén al fuego medio coloque una cuchara de manteca de cerdo, deje que se caliente y agregue la carne de cerdo dore por tres minutos, agregue el chorizo y mantenga con la carne dos minutos más hasta que el chorizo suelte su grasa. Reserve.
- En un sartén a fuego medio dore el tocino, retire del calor y reserve.
- Ponga en un recipiente las cuatro tazas de agua con sal, lleve al fuego y cuando hierva ponga el cuero de cerdo. Cocine hasta que este suave. Escurra y reserve el caldo.
- Coloque al fuego la olla en la que va a preparar el mote pata, realice un sofrito con: dos cucharas de manteca de cerdo, el achiote, espere hasta que se caliente y agregue la cebolla blanca y el ajo, cuando la cebolla este cocida, añada la pepa de sambo, mezcle estos ingredientes y termine adicionando el mote y la leche, sazone con sal pimienta y comino. Deje en cocción por diez minutos.
- Finalmente añada todos los ingredientes que reservó (pasos 1. carne de cerdo con el chorizo; paso 2. el tocino; paso 3. cuero de cerdo con el caldo). Cocine diez minutos más, y el mote pata está listo para servir.

- Para preparar el mote pata es necesario utilizar una olla con fondo grueso, recuerde que lleva más de dos horas de cocción y si cocina en una olla delgada, los líquidos se evaporan más fácilmente y la sopa puede quemarse.
- Para obtener un mejor sabor utilice la pepa de sambo tostada y molida con leche para dar cremosidad, no olvide agregar al último momento cuando la sopa está hirviendo.
- Se acostumbra agregar pata de cerdo o de res, la receta original no contiene estos ingredientes, sugiero el evitar añadirlos.
Beneficios de la pepa de sambo
Las pepas de sambo son las semillas del fruto del zambo, un alimento muy nutritivo, popular en Ecuador consumido de diversas maneras. Se destacan por su alto contenido de proteínas, vitaminas como la K, y minerales como el zinc, además de ser una fuente de fibra. Se pueden comer solas, ya sea tostadas como bocadillo, o integradas en preparaciones más complejas.
Las semillas de sambo son ricas en nutrientes como zinc, magnesio, fibra y grasas saludables, lo que aporta beneficios para la salud como el fortalecimiento del sistema inmunológico, la mejora de la salud cardiovascular y la regulación del azúcar en la sangre. También son un antiparasitario natural y pueden ayudar con problemas de próstata y la regulación del estrés.
La pepa de sambo (semillas de calabaza) no tienen contraindicaciones estrictas, pero un consumo excesivo puede causar problemas digestivos como gases, hinchazón y dolor abdominal debido a su alto contenido de fibra y grasa.

Agustín Eloy Cuesta Vintimilla
Agustín Cuesta Vintimilla (Cuenca, 1884 – 6 de diciembre de 1946) fue un poeta, médico, profesor universitario, historiador, legislador y director de asistencia pública ecuatoriana.
“Cantos de mi herencia”, su poemario, se publicó en 1918. Una escuela que lleva su nombre se encuentra en Baños, parroquia ubicada al suroeste del cantón Cuenca.
Dr. Agustín Eloy Cuesta Vintimilla, nació en Cuenca en 1884. Escribió versos desde los 16 años. En 1918 se editó su hermoso poemario “Cantos de mi Heredad”. Agustín Cuesta Vintimilla, dueño de una melancolía de extrema entonación. Fue un profesor universitario muy querido por sus alumnos, fue legislador, director de asistencia pública, entre otros cargos importantes que asumió.
En una de sus obras “La Tísica” obra que trata de como su bondadoso quehacer medico obliga a leer en Pobre Marta. Un poema que retrata la cariñosa ingenuidad del médico que no puede desgarrar el pétalo de una rosa enferma anunciándole el mal: es el “sedare et mentiré”, que aconsejó el gran Maestro, como en el caso de la niña tísica.
Esta bella composición, es una de las bien logradas obras del autor, escrita en 1914, fue dedicada a Alfredo Baquerizo Moreno. Otra interpretación poética de las primeras labores en la sala Anatómica, nos ofrece Agustín Cuesta, menos
descriptiva acaso, pero con el hondo lirismo que enflora, en el estudiante de Medicina, en las primeras prácticas de Disección, allá por el mes de octubre, ante los despojos de una Joven muerta: es el poema Disección. Esta composición la dedico al doctor Nicanor Merchán. El corazón del poeta dejo de latir el 6 de diciembre de 1946.